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La Guerra De Los Pasteles


Enviado por   •  14 de Abril de 2013  •  1.184 Palabras (5 Páginas)  •  659 Visitas

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“ La Guerra de los Pasteles”

El señor Remontel, ciudadano francés dueño de un restaurante en el poblado de Tacubaya, declaraba enfáticamente: en 1832, oficiales del entonces presidente Antonio López de Santa Anna habían degustado de su finísima repostería francesa y, tras el placer abandonaron su negocio sin pagar lo consumido, aprovechando los recurrentes disturbios y motines que asolaban por doquier.

Por esa deuda impagada, Monsieur Remontel exigía 60 mil pesos de ese entonces Tal reclamo – del que la prensa hizo mofa – dio nombre a la primera guerra de México con Francia: “La Guerra de los Pasteles”.

El contexto de este conflicto internacional fue el de una crisis generalizada en el territorio nacional: economía paralizada, inseguridad y malas comunicaciones, levantamientos armados que genero una creciente inestabilidad.

Era el año de 1837. Entonces, además de atender los asuntos internos, los hombres de gobierno debían estar vigilantes de lo que ocurría en las fronteras, pues el peligro asechaba constantemente al país. España se resistía a dar por pérdida la que fuera su colonia más rica y ponía en marcha varios proyectos de reconquista; otra potencias como Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia, durante gran parte del siglo XIX encontraron pretextos para intimidar a la joven Nación Mexicana, llegando en algunos casos hasta la invasión.

En ese marco, El gobierno mexicano recibió un mar de reclamaciones de extranjeros que se decían afectados en sus bienes y negocios. Los franceses adoptaron una posición especialmente exigente, acumulando quejas y demandando, con prepotencia, solución a situaciones en muchos casos dramatizadas.

El Canciller francés Louis Mathie Molé ordeno a su ministro en México, Antoine Louis Deffaudis, presentar un ultimátum para el pago de una indemnización global de 600 mil pesos; por supuesto, esa cantidad era impensable para las arcas nacionales que estaban permanentemente en rojos, además de que el gobierno se resistía a reconocer tal abuso por que no se sentía responsable de los disturbios políticos, y preveía que, si aceptaba dichas exigencias, sentiría un presendente que posteriormente podría ocasionar abusos de otros que se dijeran lesionados.

A finales de 1837, las situación se agravo tras el fusilamiento de un filibustero francés, pero fue en febrero de 1838 cuando la amenaza se vio convertida en realidad, pues una escuadrilla francesa a las órdenes del comandante Bazoche arribo en Antón Lizardo, Veracruz, apostando a conseguir con la fuerza de los cañones lo que no había logrado el poder de la palabra.

El barón Deffaudis se dirigió hacia Veracruz para estar lo más cerca posible de los hechos, permaneciendo aproximadamente dos meses a bordo de la fragata Herminia, desde donde se mantenía alerta a las instrucciones que llegaran de Francia; su monarca, Luis Felipe, tomo entonces la decisión de enviar más fuerzas navales para responder a los agravios contra sus súbditos.

En consecuencia, Deffaudis dirigió un ultimátum al gobierno mexicano, con el lenguaje duro y altivo, ensalzando la benevolencia de Francia y echando en cara a los mexicanos el desdén con que trataban sus reclamaciones; en este tono, el noble francés ponía como plazo el 15 de Abril para “ arreglar un tratado de navegación y comercio, como lo haría con la nación mas favorecida , no imponer a los franceses contribuciones de guerra de ninguna especie, ni las conocidas con el nombre de préstamos y al no señalar coto al comercio al menudeo ejercido por aquellos”. De no recibir respuesta en el plazo determinado, se adoptaría las medidas necesarias hasta conseguir el cumplimiento perfecto del ultimátum.

El

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