La Historia: Alucinante Disciplina

Si nuestra intención fuera adéntranos en el mundo fascinante de la historia, un paso lógico sería tratar de averiguar en un diccionario cualquiera este sea, el significado de la palabra historia, su etimología, sus acepciones y sus sentidos; y nos daríamos cuenta de tan variados significados hay de ella, tal como nos muestra el Diccionario de la Real Academia Española: Narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria; Conjunto de los sucesos o hechos políticos, sociales, económicos, culturales, de un pueblo o de una nación; Relación de cualquier aventura o suceso, etc.

Sin embargo, la palabra historia, va mas allá, es algo más complejo, dinámico e interesante que un simple significado. Tal como lo explicara Lucien Febvre a sus estudiantes en la Escuela Normal Superior en Francia; La Historia es “el estudio científicamente elaborado de las diversas actividades y de las diversas creaciones de los hombres de otros tiempos, captadas en su fecha, en el marco de sociedades extremadamente variadas y, sin embargo comparables, unas a otras (el postulado de la sociología); actividades y creaciones con las que cubrieron la superficie de la tierra y la sucesión de las edades”.

Una pregunta que es muy válida formularse, es porque Febvre califica a la historia como un estudio científicamente elaborado y no como una ciencia propiamente tal. La respuesta es básicamente que la historia no es exacta, no es cuantificable, no se le pueden aplicar leyes, tal como lo hace la física o la química. La historia en si es única.

Esto no implica que la historia, al no ser una ciencia “sea cuestión de opinión ni que los historiadores digan lo que les venga en gana”.

Otro hecho que cabe mencionar, es que la historia es un oficio , y como tal, elaborada por un artesano. Por ende, “la historia se aprende como la carpintería: a través de la camaradería del taller. Uno se convierte en historiador cuando hace historia”.

Por otro lado, Marc Bloch nos dice en su apología para la historia: “No puedo presentarlo sino como lo que es: el compendio de un artesano a quien siempre le ha gustado meditar sobre su tarea cotidiana, la libreta de un obrero que por muchos años ha manejado la toesa y el nivel, sin por ello creerse matemático”.

Otro aspecto interesante de analizar es que “la historia no puede ser definida ni por su objeto ni por sus documentos” y que practicante podemos hacer historia de todo.

Todo lo anterior, nos lleva al oficio del historiador, hombre que en su conjunto “estudia la vida que nos antecede y que siente un amor irrestricto por la vida”.

Este hombre es un ser empírico, que “comprende a través de sus prácticas sociales” y que valora la sociedad y a todos lo que es distinto a él.

Cabe agregar que el historiador

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