La Virgen de Guadalupe. La figura de la Diosa Madre ha estado presente en la historia de la humanidad

La figura de la Diosa Madre ha estado presente en la historia de la humanidad desde los primeros asentamientos humanos, la personificación de la Madre Tierra como deidad femenina de la fertilidad ha aparecido en las distintas culturas y por milenios ha resonado fuertemente en la mente del hombre. En la américa precolombina dentro de la mitología mexica este papel era ocupado por la Diosa Coatlicue, venerada como la madre de los Dioses, esta deidad forma parte de uno de los principales mitos de este pueblo: el nacimiento de Huitzilopochtli, el Dios del Sol.

Cuenta la leyenda que Coatlicue habitando la montaña de la serpiente (Coatepec), se encontraría barriendo cuando desde el cielo cayó ante ella un manojo de plumas el cual recogió y colocó en su seno, al momento de terminar de barrer y buscar las plumas se dio cuenta que éstas ya no estaban y en su lugar de forma misteriosa había quedado embarazada de Huitzilopochtli, este embarazo ofendió a sus hijos, las 400 estrellas meridionales, ya que creyeron que su madre había cometido adulterio y por esa deshonra debía morir; encabezados por su hermana Coyolxauhqui los 400 surianos se dirijieron al Coatepec para asesinarla pero una de estas estrellas advirtió a Coatlicue lo que sucedería, al momento en que éstos llegaron Huitzilopochtli nació y con el arma más poderosa en sus manos, la mítica serpiente de fuego (Xiuhcoatl), facilmente venció a sus hermanos, desmembró a su hermana y arrojó su cabeza al cielo covirtiéndose ésta en la luna; este suceso sería celebrado ceremonialmente durante el mes del Panquetzaliztli el cual correspondería a los primeros 20 días del diciembre actual.

Ademas del mito el culto a Coatlicue no era un culto menor, año con año la gente peregrinaba al templo principal de tonantzin (término que literlamente significa «"nuestra madrecita venerada") el cual se encontaría en la ribera occidental del lago de Texcoco; al llegar los conquistadores al territorio mexica e imponer la religión cristiana, documentaron ésta y otras ceremonias religiosas de los nativos, esto es un fragmento de lo que Fray Bernardino de Sahagún meciona al respecto en «"Historia general de las cosas de la Nueva España"»:

«...donde está un montecillo que llaman Tepeacac y que los españoles llaman Tepequilla, y ahora se llama Nuestra Señora de Guadalupe. En este lugar tenían un templo dedicado a la madre de los dioses, que ellos llaman Tonantzin, que quiere decir nuestra madre. Allí hacían muchos sacrificios en honra de esta diosa, y venían a ella de muy lejanas tierras, de más de veinte leguas de todas las comarcas de México, y traían muchas ofrendas: venían hombres y mujeres y mozos y mozas a estas fiestas. Era grande el concurso de gente en estos días y todos decían "vamos a la fiesta de Tonantzin"; y ahora que está ahí edificada la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe,

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