La modernidad como autorreflexión

La Modernidad como Autorreflexión

Nicolás Casullo

La modernidad es una condición de la historia. Es un concepto que marca un tiempo reflexivo, de autoconciencia; el hombre moderno no es conservador, ni tradicionalista, sino que experimenta cosas a partir de las novedades que el mundo le ofrece.

Podemos acceder a la historia a través de varias disciplinas que dan cuenta de los acontecimientos: la economía, la política, la filosofía, etc. Ésta última, se inicia al comienzo de los tiempos modernos, planteando problemáticas de identidad, pensamientos, valores y lo real. De este modo surgen las principales corrientes de pensamiento contemporáneo, construyendo cosmovisiones, valores conductas y normas de los que somos, lo que hacemos y lo que pretendemos. Se pensará al mundo y se debatirá entre lo antiguo y lo moderno. Esta condición aparece como necesidad de una nueva compresión del mundo, de lo real, del sujeto y las cosas, provocando así la caída de una vieja representación del mundo regida por lo religioso: El mundo según el plan de Dios, ese plan que encerraba al hombre en una falsa conciencia, condenándolo a no saber la verdad objetiva, que mediante lo científico-técnico podía llegar a conocer. Este nuevo mundo, se basaba en la razón, y esta en lo científico-técnico, se conoce esta etapa como el “Siglo de las Luces”. Durante este proceso, artistas, pensadores, filósofos, ensayistas van a sistematizar, plantear y albergar el principal pensamiento que hace a los grandes relatos y a los grandes paradigmas modernos. A partir de esta etapa, surge el poder del autor: hombres que escriben textos que se conjugan con hombres que los llevan a la acción. En ellos imperaba un ánimo de reforma del mundo.

Junto con la Revolución Francesas y las de América Latina, aparecería impregnada la idea de Revolución del Pensamiento Romántico: pensar por sí mismo, trabajar ideas de sentimientos (amor, nacionalidad) a través del poeta, que sería otra gran vía del conocimiento de la verdad.

La modernidad es un proceso de racionalización, como forma de comprender, pero al mismo tiempo de estructurar la historia y el lugar del hombre en ella, a partir de saberes autónomos: cognitiva (donde reine la ciencia), normativa (ética, moral) y expresiva (arte y estética). La modernidad es un entramado de Racionalización: es aquel discurso de la crítica; su imposibilidad de ser pensado como finalizado. Este entramado primero objetivisa la historia, luego le otorga un sentido, luego discierne entre la complejidad y el caos de lo real y por último genera un horizonte permanente una cosmovisión global, que lleva adelante la historia de las sociedades.

Conclusión:

En la modernidad se producen cambios importantes en relación con la concepción del mundo para el ser humano: la razón se impone por sobre la religión, se empieza a indagar a través de las ciencias, el ser humano pasa a ser el centro del pensamiento, donde antes pertenecía a Dios. Se inicia un despertar del pensamiento humano, libre de toda esclavitud intelectual.

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