Las Buenas Conciencias

Sinopsis de Las Buenas conciencias:

Jaime Ceballos está al final de su adolescencia; pronto deberá decidir el rumbo que tomará su vida. Por lo pronto, su percepción del mundo es que no tiene lugar definido en él. Quiere ser puro, pero su sangre hierve. Se debate entre la moral cristiana y los impulsos físicos de su ardiente juventud; entre la jerarquía familiar y sus ansias de independencia; entre su pequeño mundo de pueblo chico y el horizonte infinito que vislumbra; entre el pecado y la salvación. La vida lo pondrá frente a verdades desnudas que lo harán cambiar radicalmente. Desde su primera edición en 1959, Las buenas conciencias es una de las novelas más leídas de Carlos Fuentes.

El protagonista Jaime Ceballos, se convierte de pronto en nuestro guía, a veces como observador y otras como figura central de los conflictos que se encandenan en ésta obra. La temática; sin embargo, es actual: la doble moral que aún prevalece en los seres humanos. Criado de una manera muy conservadora en donde todo está bañado de religión, Jaime experimenta la adolescencia con sentimientos confusos y emociones reprimidas, cargando sobre su espalda y con todo su peso, el "buen nombre" y el apellido de la familia, la cual esconde muchos secretos que confrontan a Jaime y lo lleva a madurar tratando de ser fiel a si mismo, pero también a su familia y a su apellido. Los personajes con los que interactúa representan algunos de los vicios con los que convivimos diariamente y con los que Jaime Ceballos tendrá que lidiar para darle a cada uno un lugar real y verdadero, sin hipocresías y siempre tratando de conservar su integridad moral.

Es un retrato de una parte de la sociedad mexicana costumbrista y con doble moral, una novela amena aunque te pone a pensar, la leí en la adolescencia y no sabía si escribía de mi familia o de cualquier otra familia, donde creen que una buena conciencia es sinónimo de que nadie los cache y desgraciadamente inculcado en la religión con el premio o castigo, dejando de lado la responsabilidad de nuestros actos, ya que un rosario o una buena oración son más efectivos que el clorox para el alma. Como siempre el manejo de personajes y lenguaje es de un maestro..

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