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Conciencia


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2014  •  3.576 Palabras (15 Páginas)  •  293 Visitas

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LA CONCIENCIA EN EL SER HUMANO

Sonia Ivonne castellanos S.

Psicologa, Magistra en Educación, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá D.C., Colombia, 2014

“El hombre es mucha más complicado que su pensamiento”

Paul Valery

“La conciencia es la presencia de Dios en el hombre”

Víctor Hugo

Las frases introductorias a este escrito señalan dos de las connotaciones que al término conciencia se le han dado. Por un lado, es claro su sentido religioso y moral, tal como lo presenta el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua al plantear que es el “conocimiento interior del bien que debemos hacer y del mal que debemos evitar.” (1984:352).

Este mismo documento ofrece una definición adicional que denota aspectos espirituales no ligados de manera necesaria con la moral, pero que amplían el marco desde el cual es posible analizar el concepto: “Propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta” (1984:352).

Otra perspectiva hace viable ubicar el término en el campo de las ciencias cognitivas. En este sentido, el Diccionario de las Ciencias Cognitivas la describe como: “Propiedad emergente de la materia cerebral o de la máquina pensante” . (2003:89-90).

El dar significado a un concepto implica, como es obvio, el reconocimiento expreso de éste, tanto como de aquello que por lo menos, como punto de partida simboliza, más allá de que sean aceptadas o refutadas las acepciones dadas al mismo e, hilando más delgado, las características que se le asignen.

Desde la perspectiva de las Ciencias Cognitivas es esto lo que ha ocurrido con el término conciencia; a pesar de que son diversos los autores que han trabajado en el mismo (Searle, Dennett, Edelman, Luria, entre otros), hasta el momento no existe una concepción unificada que permita explicar su funcionamiento; las dos posiciones más radicales son defendidas por John R. Searle y Daniel C. Dennett. Es esta la tesis objeto del presente ensayo.

Uno de los teóricos que mayor relevancia ha alcanzado con relación al análisis del concepto es John R. Searle , quien en su obra El misterio de la conciencia presenta y refuta argumentos de diversos estudiosos que se aproximan a la comprensión de este fenómeno.

Al iniciar su análisis de la conciencia, Searle busca superar las posiciones filosóficas tradicionales de dualismo y monismo que terminan por descalificar uno de los aspectos fundamentales de la mente. Propone entonces su teoría del naturalismo biológico en la cual enfatiza el carácter biológico de los estados mentales para evitar así las argumentaciones referidas.

Al estudiar la conciencia desde esta perspectiva, el autor plantea cuatro tesis:

1. Los estados conscientes son fenómenos reales y tienen una ontología de primera persona. En este sentido no es posible considerar la conciencia como una ilusión, ni reducirla a bases neurobiológicas, pues de hacerlo se excluye su ontología de primera persona.

2. Los estados conscientes tienen su origen en procesos neurobiológicos de nivel inferior que suceden en el cerebro.

3. Los estados conscientes se materializan en el cerebro, son rasgos de este sistema y existen en un nivel superior al de las neuronas y las sinápsis. A pesar de que una neurona no es consciente, las partes que éstas conforman en el sistema cerebral sí lo son.

4. Por ser los estados conscientes características reales del mundo real, tienen un funcionamiento causal.

De otro lado Searle plantea la existencia en el mundo de dos clases de objetos y propiedades: mentalmente dependientes del observador, tales como las sensaciones y otros mentalmente independientes, entre los que se encuentran los átomos, la masa, etc. Desde esta perspectiva, existen objetos analizables en primera persona, dependientes del observador y que corresponden a los fenómenos propios de la conciencia y otros cuyo análisis se realiza en tercera persona y son independientes del observador; entre ellos se encuentran además de los citados, las leyes de las ciencias naturales.

Searle define la conciencia como “aquellos estados de sensación o autopercepción que suelen iniciarse cuando despertamos por la mañana después de dormir sin soñar y prosiguen a lo largo del día hasta que volvemos a dormirnos. La conciencia puede cesar de otros modos: cuando morimos, cuando entramos en coma o cuando quedamos inconscientes de otro modo” . Así definida, la conciencia es “un fenómeno biológico, interno, en primera persona, cualitativo” (2000:19). Para Searle ésta existe sólo cuando se experimenta, y no es posible diferenciarla de la experiencia de conciencia, dado que son lo mismo.

Describe de igual manera sus características, a saber:

1. Cualitatividad

2. Subjetividad

3. Unidad: las sensaciones que se experimentan son vivenciadas como partes de un todo unificado

4. Intencionalidad: en el sentido dado por los filósofos según el cual “muchas de las experiencias se refieren a cosas más allá de ellas mismas” (2006:179)

5. Humor: entendido como el tono afectivo de las experiencias conscientes, diferente de las emociones pues éstas siempre son intencionales, algo que no sucede con el humor

6. La distinción entre el centro y la periferia: con respecto a aquellos objetos en los que se centra la atención

7. Placer/displacer: es una dimensión ubicua. Es posible describirla como un continuo en el cual cada uno de los estados de conciencia genera niveles diversos de estas sensaciones

8. Situacionalidad: en cuanto a tiempo, espacio, ubicación, etc.

9. Conciencia activa y pasiva: hace referencia a hacer que algo suceda y percibir aquello que nos sucede. Ejemplo: al estar sentado se percibe la presión del espaldar de la silla contra la espalda (conciencia pasiva); al ingerir un alimento la conciencia se encuentra activa.

10. Estructura gestáltica: permite de un lado, percibir las experiencias conscientes de manera estructurada y coherente y de otro, posibilita la diferenciación entre la figura y el fondo de las experiencias

11. El sentido del yo: sensación de identidad, mismidad y continuidad

Al adentrase en lo que se considera el problema de la conciencia, Searle sostiene que: “el problema de la conciencia es el problema de explicar exactamente cómo los procesos neurobiológicos en el cerebro causan nuestros estados subjetivos de advertir y de sentir; cómo exactamente esos estados son realizados en las estructuras cerebrales, y cómo exactamente funciona la conciencia en la economía global del cerebro, y por lo tanto, cómo funciona en nuestras vidas en general” (2000:172).

Esta teoría ha sido refutada especialmente por Daniel Dennett quien plantea que “la conciencia humana es el último de los grandes misterios” (1995:33), lo cual considera tanto un error, como un obstáculo para el desarrollo de la investigación científica. Afirma que hoy es posible explicar la conciencia de manera tan profunda y exhaustiva como se explican diversos fenómenos tales como la reproducción, el metabolismo o la luz, entre muchos otros.

Dennett, al igual que Searle, se opone a la concepción dualista dado que para sus defensores la explicación acerca de cómo funciona la mente es superior a la capacidad de comprensión humana, él considera ésta como una actitud no científica que hace perder legitimidad al dualismo.

Sin embargo manifiesta que al asumir el materialismo no se resuelven los interrogantes de la conciencia, los cuales tampoco se responden al hacer inferencias con base en los estudios sobre el cerebro. “En cierto modo, el cerebro tiene que ser la mente, pero a menos que podamos llegar a ver con cierto detalle cómo es esto posible, nuestro materialismo no explicará la conciencia, se limitará solamente a prometer que, un buen día, lo hará” (1995:53)

Se aproxima entonces a la comprensión de la conciencia desde la perspectiva de la evolución, sostiene que ya que la conciencia no ha existido siempre, probablemente surgió de “fenómenos previos” (1995:185) no considerados conciencia. Dicha evolución se dio a partir de procesos evolutivos entre los que se encuentran: el nacimiento de los límites y las razones, las nuevas y mejores maneras de producir el futuro, la evolución de los cerebros y el efecto Baldwin y los memas y la evolución cultural.

1. El nacimiento de los límites y las razones:

De acuerdo con los planteamientos del autor inicialmente no había razones, solamente causas, no había propósitos ni tampoco funciones; esto dado que se carecía de intereses. No obstante más adelante aparecieron los llamados “replicadores simples” que probablemente no tenían interés alguno y en caso de tenerlo lo desconocían, pero cuyo estudio permite atribuirles el deseo de autorreplicarse y sobrevivir en medio del caos e inestabilidad permanentes. Así, el entorno debería contar de manera permanente o por lo menos frecuente, con las condiciones necesarias para satisfacer el propósito existente y por ello los replicadores buscarían las cosas “buenas” y tenderían a evitar las “malas” , esto con el fin de lograr su motivación particular. De esta manera se empiezan a clasificar los acontecimientos del mundo como “favorables, desfavorables y neutrales” y en consecuencia, a buscar acercarse a unos, alejarse de los otros e ignorar a los terceros. “A medida que la criatura empieza a tener intereses, el mundo y sus acontecimientos empiezan a crear razones para ella, independientemente de si la criatura puede reconocerlas en su totalidad o no” (1995:188).

Las primeras razones aparecieron antes de que dichas criaturas las reconocieran y el primer problema que debieron enfrentar fue justamente el reconocer y actuar de manera coherente con las razones surgidas a partir de su propia existencia. En el momento en que la autoconservación es un objetivo, los límites se hacen relevantes, aparece entonces el egoísmo como “signo distintivo de la vida” .

2. Nuevas y mejores maneras de producir el futuro:

Producir futuro es el propósito fundamental de los cerebros. Con el fin de garantizar la supervivencia, el organismo debe generar estrategias que le permitan alejarse de los peligros; a esto contribuye la existencia de un sistema nervioso que permita “controlar sus actividades en el tiempo y en el espacio” (1995:191). Lo anterior se logra a partir del rastreo y la anticipación, por lo cual los cerebros son en esencia “máquinas de anticipación” (1995:191) que inicialmente sólo brindaban información para prever el futuro inmediato, pero que de manera deseable, deben obtener de manera muy ágil la información requerida para identificar las fuentes de subsistencia y evitar, desde un principio, los contactos que pueden llegar a ser nocivos para el organismo.

Más adelante fue posible pasar de la vigilancia a la “exploración regular” , la que permitió empezar a adquirir información por sus propios medios, de manera preventiva; fue así como nació el llamado por Dennett “apetito epistémico” (1995:194) o curiosidad, utilizando para ello el ensamble de nuevos mecanismos, con base en los proporcionados por la herencia.

Al aparecer la especialización de los segmentos del cerebro aparecen las áreas dorsal y ventral. La primera se encargaba de la protección en momentos de emergencia y la ventral de la observación, identificación y análisis de diversos objetos que podrían ser eventualmente peligrosos en un mayor plazo. De acuerdo con los planteamientos de Kinsbourne, fue éste el origen de la especialización de los hemisferios cerebrales.

3. Evolución de los cerebros y el efecto Baldwin:

A partir de la evolución los organismos se adaptan al medio y logran transformarlo; no obstante en ocasiones las situaciones del entorno se tornan difíciles por lo cual se hace necesario que éstos se rediseñen a sí mismos, ya sea a través del aprendizaje o del desarrollo, a ésta posibilidad la denomina Dennett “fijación postnatal del diseño” (1995:196) en cerebros individuales.

Esta capacidad se constituye en una ventaja para los organismos que cuentan con ella y además enriquece y acelera el proceso de evolución. Este es el denominado efecto Baldwin que permite a quienes se encuentren más cerca del “espacio de exploración de diseño de un buen truco aprendible, tener más descendencia proclive a estar más cerca del buen truco” . (2000:13).

4. Los memas y la evolución cultural:

Una vez abiertas las vías para los vehículos del lenguaje, llegan al cerebro los memas o unidades de transmisión cultural, que se propagan entre los cerebros a través de la imitación, y de vehículos para memas tales como imágenes, libros, adagios, etc. En este sentido la conciencia humana no solo es producto de la selección natural, sino también de la evolución cultural. El proceso de transmisión de los memas, que también pueden ser considerados como ideas complejas, responde a las leyes de la selección natural, dado que su evolución solo fue posible en el momento en que lo permitió la evolución animal, es decir, en el Homo Sapiens.

Los medios descritos "han contribuido sucesivamente al diseño de la conciencia humana a velocidades cada vez mayores… la evolución memética significativa es un fenómeno extremadamente reciente, convertido en una fuerza poderosa sólo en los últimos cien mil años, y que ha estallado con el desarrollo de la civilización hace menos de diez mil años atrás” (1995:221).

A partir de lo anterior, Dennett sostiene que “la conciencia humana es por sí misma un enorme complejo de memas (o para ser exactos, de efectos de memas en el cerebro) cuyo funcionamiento debe ser equiparado al de una máquina virtual “von neumanniana” implementada en la arquitectura paralela del cerebro, la cual no fue diseñada para este tipo de actividades. La capacidad de dicha máquina virtual se ve enormemente potenciada por los poderes subyacentes del hardware orgánico sobre el que corre; sin embargo, al mismo tiempo, muchas de sus características más curiosas y, especialmente, sus limitaciones, pueden explicarse como subproductos de los kludges, que hacen posible la curiosa pero efectiva reutilización de un órgano que ya existía con nuevos fines” (1995:223).

El paralelismo que entre la conciencia humana y el software de un computador hace Dennett obedece a que:

1. La conciencia humana es demasiado reciente lo cual hace poco probable que estuviera configurada en la maquinaria innata

2. Es producto en gran medida de la evolución cultural impartida a los cerebros humanos en su fase formativa

3. El éxito de su instalación depende de la plasticidad cerebral, razón por la cual es poco probable que sus rasgos funcionalmente importantes sean visibles a exámenes neuroanatómicos.

4. Se pregunta el autor: ¿Quién es el usuario con quien funciona la ilusión del usuario? (1995:232)

Dadas sus características evolutivas, para su funcionamiento, la conciencia, máquina virtual, sólo podría existir en un medio que contara con lenguaje, posibilidades de interacción social, escritura y dibujo.

Dennett reconoce que estos planteamientos son antiintuitivos, monstruosos y difíciles de digerir, pero también que son “justo lo que uno esperaría de una idea capaz de romper con siglos de misterio, controversia y confusión” (1995:239)

CONTROVERSIA SEARLE – DENNETT

A pesar de que los autores referidos comparten una posición monista y reconocen fundamentos biológicos a la conciencia, sus explicaciones con respecto a la evolución de la misma son divergentes, aspecto en el que se origina la amplia controversia que sostienen.

Searle considera que Dennett:

1. “Niega la existencia de la conciencia

2. Se equivoca al pensar que la existencia de la conciencia es cuestión de intuiciones rivales”

3. Se basa en un argumento filosófico falaz, al inferir que la objetividad de la ciencia no permite reconocer estados subjetivos de conciencia

4. En su obra tiende a mostrar que los estados de conciencia suelen ser paradójicos, lo cual no significa que sean inexistentes

5. Con base en sus planteamientos no puede diferenciar entre apariencia y realidad, ya que al tratarse de la conciencia, la apariencia es la realidad

6. A partir de su teoría, no podrían establecerse diferencias entre hombres y zombis no conscientes que muestren comportamiento humano o similar al humano

7. No es claro al rechazar el argumento de la habitación china planteado por Searle (una persona encerrada en una habitación y sin tener conocimientos del idioma chino, puede ejecutar los pasos de un programa y simular así a quien domina el idioma), quien presenta así sus premisas: “a) los programas no son sintácticos, b) las mentes tienen contenidos semánticos, c) la sintaxis por sí misma, no es lo mismo que, o no es suficiente para, el contenido semántico” (2000:104). De acuerdo con Searle, Dennett rechaza la segunda premisa.

8. Searle considera que los aspectos computacionales de una máquina se podrían agregar a la conciencia

9. No contribuye a la solución del problema de la conciencia, lo niega

10. Basa su teoría en una perspectiva de tercera persona, en busca de la objetividad

11. Hace un aporte interesante en cuanto a las “complejas relaciones que se dan entre el orden temporal de los acontecimientos en el mundo representado por el cerebro y el orden temporal de la representación en curso en el cerebro” (2000:109)

Por su parte Dennett sostiene con respecto a los planteamientos de Searle que:

1. No es posible que la conciencia sea el cerebro o alguna de sus partes, dado que nada en este órgano podría reproducir un elemento inexistente, ser pensante, ni tener sentimientos, intereses y valores.

2. El concepto qualia no es claro y su argumentación no es suficiente para refutar el materialismo

NOTAS BIOGRÁFICAS

Daniel Clement Dennett:

Filósofo estadounidense nacido el 28 de marzo de 1942 en Boston. Es uno de los filósofos más destacados en el ámbito de las ciencias cognitivas, especialmente en el estudio de la inteligencia artificial y de la memética. También son muy relevantes sus aportaciones acerca de la significación actual del darwinismo. Dirige el Centro de Estudios Cognitivos de la Universidad de Tufts, donde es catedrático de filosofía.

Daniel Dennett estudió en la Phillips Exeter Academy y recibió su Bachelor of Arts en filosofía en la Universidad de Harvard (Cambridge, EE.UU.) en 1963. En 1965 se doctoró en Filosofía por la Universidad de Oxford (Inglaterra), donde estudió con el afamado filósofo Gilbert Ryle.

En el año 2001 fue galardonado con el Premio Jean Nicod y ha recibido dos becas Guggenheim, una beca Fulbright y una beca en el Center for Advanced Studies in Behavioral Science (Centro de Estudios Avanzados en Ciencia del Comportamiento).

Fue en 1985 co-fundador y co-director del Curricular Software Studio (Estudio de Software Curricular) en la Universidad de Tufts y ha colaborado en el diseño de exhibiciones sobre computadoras para la Smithsonian Institution en el Museo de Ciencia de Boston y el Museo de Computadoras de Boston.

Dennett es autor de varios libros de gran importancia sobre la evolución y la conciencia. Es uno de los principales proponentes de la teoría conocida por algunos como darwinismo neural (ver también reduccionismo voraz). También es conocido por su argumentación en contra de los qualia; afirma que el concepto es tan confuso que no puede ser usado o entendido de forma no contradictoria, y por ello no constituye una refutación válida del fisicalismo. Este argumento fue presentado ampliamente en su libro Consciousness Explained (La conciencia explicada).

Obras:

Breaking the Spell: Religion as a Natural Phenomenon. 2006

Sweet Dreams: Philosophical Obstacles to a Science of Consciousness. (Dulces sueños: Obstáculos filosóficos para una ciencia de la conciencia). 2005

Freedom Evolves (La evolución de la libertad). 2003

Brainchildren: Essays on Designing Minds (Representation and Mind). Recopilación de artículos entre 1984 - 1996. 1998

Darwin's Dangerous Idea: Evolution and the Meanings of Life. La peligrosa idea de Darwin, 1996

Kinds of Minds: Towards an Understanding of Consciousness. 1997

Consciousness Explained (La conciencia explicada, Paidós, Barcelona, 1991

Elbow Room: The Varieties of Free Will Worth Wanting. 1984

The Mind's I. En colaboración con Douglas Hofstadter. 1981

Brainstorms: Philosophical Essays on Mind and Psychology. 1981

Content and Consciousness. 1969

John Rogers Searle:

Filósofo nacido en Denver, Colorado, Estados Unidos, en 1932. Estudió en la Universidad de Oxford gracias a una beca Rhodes y enseñó en esta misma universidad entre 1956 y 1959. Es Slusser Professor de Filosofía en la Universidad de California, Berkeley.

Aparte de su actividad académica, el profesor Searle fue también el primer profesor en ejercicio en unirse al Free Speech Movement en la Universidad de Berkeley. Es célebre por sus contribuciones a la filosofía del lenguaje, a la filosofía de la mente y de la conciencia, a las características de las realidades sociales frente a las realidades físicas y al razonamiento práctico. Le fue concedido el premio Jean Nicod en el año 2000.

Searle ha aportado al estudio del habla como forma de conducta regida por reglas, desarrollando una taxonomía de los actos ilocutivos -aquellos en que junto con decir algo, hacemos algo. La raíz de estos planteamientos está en una concepción del lenguaje como una estructura que no se agota en la dimensión representacional, sino que opera también como instrumento de acción. De allí la idea de `actos de habla´. Searle se propone comprender la interacción comunicativa en términos de peticiones, promesas, declaraciones y afirmaciones.

Por otra parte, ha sido un activo participante en el debate sobre la naturaleza de la mente y ha rechazado la tesis de pensar el cerebro mediante la analogía con el computador. Realista convencido, se ha opuesto firmemente a las tendencias relativista y constructivista en materia de conocimiento

John Searle es muy conocido por el desarrollo de un experimento mental llamado el argumento de la "Sala china". Lo creó para demostrar que el pensamiento humano no se compone de simples procesos computacionales.

Entre sus obras se encuentran:

Libertad y Neurobiología. Reflexiones sobre el libre albedrío, el lenguaje y el poder político (2005)

Mente, lenguaje y sociedad. La filosofía en el mundo real (2001)

El misterio de la conciencia (2000)

La Construcción de la Realidad Social (1995).

El redescubrimiento de la Mente (1992)

Intencionalidad (1983)

Mentes, Cerebros y Ciencia (1980)

Expresión y significado (1979).

Actos de Habla (1969).

BIBLIOGRAFÍA

Dennett D., (1995) La conciencia explicada. Barcelona: Paidós.

Dennett Daniel. ¿Qué es la conciencia? La conciencia despojada de misterios. En: http://www.intramed.net/46479. Documento recuperado el 20 de Mayo 2007

Houdé O., Kayser D., Koening O., Proust J. y Rastier F., (2003). Diccionario de ciencias cognitivas. Buenos Aires: Amorrortu

Izquierdo A., Sustitución metafórica en la explicación de la conciencia. Notas de clase. Universidad de los Andes. En: http://aizquier.uniandes.edu.co/Documentos/Sustitucion_metaforica_en_la_explicacion_de_la_conciencia.pdf. Documento recuperado el 24 de Mayo de 2007

Real Academia Española. (1984) Diccionario de la Lengua Española. Madrid: Espasa Calpe

Searle, John R., (2000). El misterio de la conciencia. Barcelona: Paidós.

___ (2006) La mente una breve introducción. Bogotá: Grupo Editorial Norma

___ (2001). Mente, lenguaje y sociedad. Madrid: Alianza Editorial

___ Mesa Redonda Número 1: Revista Académica Digital. En http://www.ucentral.cl/Sitio%20web%202003/htm%20mr/mr-john%20searle.htm

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