Los Mayas

MAYAS

Para empezar, los mayas surgieron durante el periódico preclásico. Sus primeros estados fueron Kaminaljuyú, Cerros, Nacbé y El Mirador.

El desarrollo de las grandes ciudades mayas fue en Teotihuacán, que hacia el año de 500 d.C. ya había más de 125 mil habitantes. Su mayor desarrollo fue en el centro del mundo mesoamericano, donde se hicieron varios aspectos sobre la organización política y económica.

La influencia teotihuacana hizo que los mayas pudieran elegir a sus primeros gobernantes, como lo es la “Serpiente de 18 cabezas” o “Serpiente de guerra”.

Mientras los mayas estuvieron en Teotihuacán se desarrolló la arquitectura durante los siglo III y IV d.C. Se adoptó el estilo “Talud y Tablero” de origen Teotihuacano, que se pueden apreciar en la arquitectura de ciudades como Tikal, el Petén guatemalteco, Oxkintok en Yucatán y Kaminaljuyú en los altos de Guatemala.

Asimismo, los templos se construían, generalmente, sobre altas plataformas o basamentos y tenían pocos cuartos. Los palacios eran edificios alargados con muchos cuartos distribuidos alrededor de patios, a veces sobre plataformas.

Los Dioses y los antepasados vivían en los templos. En los patios y plazas se realizaban procesiones y danzas rituales, que se podían observar desde los patios.

Por otro lado, en la cerámica se adoptó las vasijas con tapa y tres patas, también de origen Teotihuacano.

Muchos de los productos mayas que llegaron al centro de México fueron las plumas de quetzal, granos de cacao, jade y pieles de jaguar, los cuales tuvieron una gran popularidad, por así decirlo, en la élite Teotihuacana.

Cambiando de tema, la escritura maya es uno de los rasgos más sobresalientes que los distinguieron del resto de los pueblos que habitaron la América precolombina.

En muchos de los textos que se encontraron, muestran los sucesos históricos que marcaron que marcaron la vida política de las dinastías gobernantes de los estados de la zona central.

En casi todas las ciudades se encontraron textos que muestran o exponen algún conflicto y la victoria del gobernante correspondiente.

Cada pequeño estado tenía su propio emblema y su genealogía, es decir, un antepasado divino. A este se le podría decir que era un protector de la cuidad. Cada estado maya tenía una dinastía gobernante y a su vez un territorio que tenían bajo su control. Esto quiere decir que al haber una guerra, el vencedor no se quedaba con el territorio, si no se quedaban como estados autónomos.

Por otra parte, la guerra fue uno de los principales puntos de los mayas para la conformación de sus estructuras políticas.

Un k’uhul ajaw,o “rey divino” era el que gobernaba cada reino o entidad y daba el

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