Los Mitos Que Nos Dieron Traumas

LIBRO LOS MITOS QUE NOS DIERON TRAUMAS

México y los mexicanos han sido temas que han inspirado gran cantidad de obras que buscan la verdadera identidad del habitante nacional. Ya sea desde la búsqueda del genoma del mexicano hasta ensayos, diversos investigadores y artistas han plasmado su visión de qué es México y quiénes son los mexicanos.

En las letras, imposible no mencionar El laberinto de la soledad de Octavio Paz o Fenomenología del relajo (también conocido como Fenomenología del desmadre) de Jorge Portilla. En música, Sonata mexicana de Manuel M. Ponce; en pintura, La patria de Jorge González Camarena; e infinidad de obras exponen algo de lo que significa ser mexicano.

La historia juega un papel importante en la conformación de una identidad nacional, eso es indudable. Sin embargo, la historia de México está llena de anécdotas calificadas como mito o personajes que han sido divididos entre buenos y malos como si se tratara de una entrega más de la trilogía de Pepe el Toro. Por lo general, la historia de México se divide en 8 etapas: la prehispánica, la conquista, la colonia, la independencia, el México independiente y las intervenciones, el porfiriato, la revolución y el México moderno.

Cada una de estas etapas tiene protagonistas y antagonistas, desde la ponderación de Benito Juárez o Emiliano Zapata, hasta la satanización de Santa Anna o Porfirio Díaz. Si México fuera una persona que acudiera al psicólogo, 3 serían sus traumas principales: El de la conquista (y el corte con lo prehispánico), el guadalupano y el revolucionario. El primero de ellos, visto como un parto difícil y doloroso para el producto: los mexicanos. El segundo, tomado como la progresión de los valores y matices morales de la religión y la cosmovisión mágica. El tercero como sinónimo de valentía y la eterna lucha de los de abajo contra los de arriba

.¿LA CONQUISTA DE MÉXICO?

Es común que cuando se hable de la conquista se usen referencias tales como nos conquistaron, como si mexicas, totonacas, olmecas, mayas y demás culturas prehispánicas hubieran sido todas “mexicanas”. Eso también infiere que el mexicano actual es descendiente sólo de aquellas culturas y no de la española u otras raíces que conformaron el mestizaje como la negra o la árabe.

Juan Manuel Zunzunegui señala en su nuevo libro Los mitos que nos dieron traumas que La mezcla de dos componentes no puede existir antes de que existan y se junten dos componentes…, lógica simple que nos dice que México, lo que hoy es México, lo que somos, no existiría si no hubiese llegado Hernán Cortés. A esto le llama Síndrome del Masiosare, el cual, a su vez, se compone de traumas como: Complejo de conquistado. Esta idea permea de generación en generación conformando una identidad supuestamente violada y derrotada, características que no ha superado. Individualismo y desconfianza. Gracias a esas invasiones extranjeras que han profanado lo mexicano, el mexicano se ensimisma en sí mismo, se encierra en su propio mundo.

Crisis de identidad. Zunzunegui indica que El mexicano reniega en español de su hispanidad y le mienta la madre al español en español, es decir, acepta su lado indígena, pero no su otro elemento: la hispanidad misma. Polarización de la sociedad. Si en esa gran historia hubo malos contra buenos como Venustiano Carranza contra Emiliano Zapata, la vida común y corriente está integrada también por carranzas contra zapatas.

EL MITO GUADALUPANO

A pesar de que el mexicano no acepta su hispanidad, la matriarca de la sociedad mexicana es un ídolo católico, religión impuesta por los españoles. El blanco de la bandera que a su vez era parte de la bandera del ejército trigarante que logró la independencia significó en primera instancia la pureza de la religión católica. Contrario a muchas otras luchas de independencia, la mexicana

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