Los efectos de la drástica crisis económica que antecedió a la administración del presidente Miguel de la Madrid Hurtado

Modelo Neoliberal

Los efectos de la drástica crisis económica que antecedió a la administración del presidente Miguel de la Madrid Hurtado llevaron a una nueva ponderación sobre el papel del Estado en desarrollo de la economía.

México enfrentaba una de sus más profundas recesiones, la desconfianza para obtener apoyos externos y la falta de liquidez para pagar su deuda. En un intento por cumplir con los acreedores internacionales y adecuándose a la nueva división mundial del trabajo, la presidencia de De la Madrid encabezo una serie de negociaciones y arreglos que trajeron virajes estructurales radicales. Los principales interlocutores en este proceso fueron el gobierno de Estados Unidos, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, también conocidos como “bloque acreedor”.

Los acuerdos alcanzados representaron un cambio de ciento ochenta grados en la estrategia y políticas económicas. A partir de 1983, el gobierno mexicano aplico un severo programa de ajuste de corte neoliberal, cuyo objetivo explicito era controlar la inflación y reiniciar el crecimiento económico sobre bases más estables. Al mismo tiempo, ante la crisis del modelo orientado a la exportación, abierto a la economía mundial, desregulado, menos estatificado, mayormente basado en las fuerzas del mercado y donde la inversión privada fuera el motor de la acumulación del capital.

Para llevar acabo esta propuesta del modelo económico neoliberal, el gobierno aplicó el Programa Inmediato de Recuperación Económica, que resumía los compromisos contraídos ante el FMI rígido control monetario, incremento de los impuestos al consumo, reducción del gasto publico estatal, afianzamiento de los topes salariales, liberación de precios, ajuste de tarifas de servicios prestados por el Estado, tasas de interés bajas para la inversión foránea y una política de flexibilidad cambiaria frente al dólar. Estas medidas se ejecutaron en función de indicadores macroeconómicos, respondiendo así a las exigencias del “bloque acreedor” y afectando dramáticamente el nivel de vida de gran parte de la población mexicana.

El contexto internacional determino en buena medida las características de la política económica de la administración de Miguel de la Madrid. Recuérdese que la segunda mitad de los años setenta del siglo XX presenció una fuerte crisis del Modelo de Producción Capitalista. Para poder responder a ella, los gobiernos de los países centrales definieron, en conjunción con los organismos del capital internacional una nueva división internacional del trabajo. Dicho reordenamiento planetario implico seguir recomendaciones, tanto para ser aplicadas al anterior de las potencias como para ser impuestas en las economías emergentes. Tales medidas van encaminadas a la liberación de los mercados, la rentabilidad de las inversiones privadas, la flexibilidad labora, los bajos gravámenes a las transacciones mercantiles y financieras internacionales, la reducción de la presencia estatal en las relaciones productivas, concentrándose dicha presencia en los espacios políticos y de gestión publica, la reducción del gasto social y la concesión y/o privatización de servicios básicos en manos de empresas nacionales y transnacionales. Estos cambios estructurales se reconocen como neoliberalismo. Los principales impulsores de esta nueva concepción económica y política son los mandatarios de Inglaterra y los Estados Unidos: Margaret Thatcher y Ronald Reagan, respectivamente.

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