Luis Miguel Sánchez Cerro

Luis Miguel Sánchez Cerro fue un militar peruano que ocupó la presidencia del Perú a comienzos de la década de 1930. Nació el 12 de agosto de 1889 en Piura. En 1906 se trasladó a Lima para ingresar a la Escuela Militar de Chorrillos, del cual egresó como subteniente de infantería en 1910.

Sánchez Cerro participó en el golpe que derrocó al presidente Guillermo Billinghurst en 1914, quedando gravemente herido. Durante el segundo gobierno de José Pardo fue enviado a la guarnición de Loreto, donde con el cargo de sargento mayor, tuvo una destacada participación en la frontera con Ecuador, deteniendo a 50 soldados ecuatorianos al mando del teniente Miguel Bonilla.

Fue enviado a Europa en misión de estudios por parte del presidente Leguía, a consecuencia de sus viajes logro aprender diversos idiomas. El 15 de enero de 1929 retornó al Perú y e inicio su labor conspirativa contra el gobierno de Leguía, que se había reelecto durante diez años consecutivos.

El 22 de agosto de 1930, al mando de la guarnición de Arequipa, se pronunció contra el gobierno. El movimiento revolucionario se propagó rápidamente por el sur del país. También en Lima el ambiente era favorable para la revolución. Para dominar la situación Leguía pretendió formar un gabinete militar, pero en las primeras horas de la madrugada del 25 de agosto la guarnición de Lima solicitó su renuncia. Leguía aceptó y renunció el mando, que quedó en manos de una Junta Militar de Gobierno presidida por el general Manuel María Ponce Brousset.

Derrocado el líder del “Oncenio”, supo ganarse el apoyo del pueblo pero empezó a juntarse con los círculos sociales de la elite. Se fundó la Unión Revolucionaria, que postuló a Sánchez Cerro a las elecciones de octubre de 1931. Este fue un partido de enorme arraigo popular, debido al origen mestizo y provinciano de su líder y su lema nacionalista “El Perú sobre todo”. Entre los candidatos que se presentaron a estas elecciones, dos fueron los más importantes: Sánchez Cerro, por su partido la Unión Revolucionaria, y Víctor Raúl Haya de la Torre, por el Partido Aprista Peruano (PAP). El resultado fue la victoria de Sánchez Cerro con 152 mil votos.

Su triunfo disgusto mucho a los apristas, tanto que denunciaron un fraude electoral. A partir de allí, la calma desapareció y los apristas iniciaron una feroz campaña de oposición y violencia que fue empeorando hasta que se volvió casi una guerra civil.

Hubo dos momentos particularmente sangrientos en estos enfrentamientos. Primero tenemos la revolución aprista de Trujillo que término con la ejecución masiva de los cabecillas apristas en los muros de la ciudadela de Chan Chan. Después está el asesinato del propio Sánchez Cerro. El domingo 30 de abril de 1933, el presidente pasaba revista a las tropas en el hipódromo de Santa Beatriz cuando un joven aprista, Abelardo Mendoza Leiva,

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