MODERNISMO. SECESIÓN VIENESA

MODERNISMO. SECESIÓN VIENESA.
Contexto.
La secesión vienesa fue parte del conocido movimiento denominado modernismo y fue fundada por 19 artistas vieneses en el año 1897; siendo su primer presidente Gustav Klimt y algunos de sus integrantes Koloman Moser, Ferdinand Andrid, J. Maria Olbrich, entre otros.
Se buscaba reinterpretar estilos del pasado enfocándolos ahora desde la nueva producción industrial y lo que esto conllevaba, desatando una realidad del arte y la sociedad estética y estructural. Si bien la Secesión puede ser incluida dentro de la conocida Belle Époque, cabe aclarar que presenta diferencias con el Art Nouveau y otros estilos semejantes.
Pese a buscarse la elegancia, predomina la sobriedad, el formalismo y en cierta parte el expresionismo, incluyéndose en el mismo vanguardismo. Los trabajos son muy estructurados, ordenados y geométricos buscando finalmente la obra de arte total, es decir, “un arte que condensara las destrezas de todas las demás” según Wagner.
La decoración es modernista, estilizada y abstracta.
Por otro lado, y refiriéndonos a la capital que albergó este nuevo movimiento, hemos de destacar la situación socio-cultural que ésta atravesó. Viena recibía oleadas de inmigrantes que le aportaban a la sociedad una variada carta de grupos étnicos y religiosos; además, bajo ésta situación, confluían diversos estratos sociales que generaban conflictos, lo resultante de estos conflictos es una época de tensión en la que el Imperio comienza a ser llamado por los esclavos como “calabozo de los pueblos”. Sin embargo, pese a los dilemas sociales, los encuentros entre naciones resultaban fértiles en el sentido de que esto aportaba un intercambio cultural en cualquier aspecto del arte, la arquitectura, la literatura, la música o la gastronomía.
La música, por ejemplo, experimentó el concepto de atonalidad y el dodecafonismo fundado por Arnold Schönberg siendo también el estandarte de la Segunda Escuela Vienesa.
El concepto psicoanálisis es cronológicamente coincidente a este fenómeno del modernismo y es implementado por primera vez por  Freud quien además comienza con la “la interpretación de los sueños”. Sin embargo el autor de estas famosas teorías de la psicología fue fuertemente criticado por sus contemporáneos  ya que éste incluía en sus hipótesis la relación entre los actos y el deseo con la sexualidad y aspectos que hasta el momento eran tabúes.
En la pintura y la escultura se comienzan a percibir imágenes que reflejan figuras de desnudez y posiciones atrevidas y que atraviesan temas como la muerte, el erotismo o la vida.

En la segunda mitad del siglo XIX, Viena sufrió un proceso de renovación urbana posterior a la demolición de la mayor parte de las murallas y las defensas. La zona que estas ocupaban se liberan entonces para dar paso al nuevo boulevard en forma de anillo, “el ring” hacia 1860 el cual se vio rodeada por la construcción de importantes edificios como el parlamento, el ayuntamiento, la caja de ahorro, la opera, entre otros, en su mayoría neoclasicistas. Además, las construcciones historicistas incluían estilos como el neogótico, el neorenacentismo, etc.
Dentro de este proceso urbano se destaca la voluntad de Otto Wagner quien es considerado el arquitecto más notable del periodo modernista. En sus comienzos empleó formas historicistas, sin embargo, hacia el 1900 el autor empezó a producir proyectos austeros y sobrios, con poca ornamentación y bajo el concepto de funcionalidad.
Además del uso de nuevos materiales como el aluminio y el acero, se añadieron detalles exteriores como bloques de mármol a modo de revestimiento, por ejemplo, que parecen estar sujetos por remaches aunque estos no sean más que decorativos, esta decisión corresponde directamente a la “nueva objetividad” de Wagner en la que se aplicaban materiales emancipados de sus razón funcional para ser objetos de diseño y decoración.

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