Matemática Y Contexto Histórico.

En la antigüedad la matemática nace por necesidades esenciales de la cultura y la sociedad, es decir, totalmente influenciada por las condiciones y circunstancias de su contexto histórico, buscando resolver problemas cercanos a la realidad.

En los últimos dos siglos, el trabajo de los profesionales que abordan la matemática la definen como una ciencia que no nace acabada (como un producto terminado) ni preexiste al matemático que la descubre, sino que se construye a partir de la posibilidad de error en la construcción de conocimientos influenciados o limitados por el ambiente, las necesidades momentáneas, por las condiciones culturales, sociales y económicas del momento histórico en el que transcurre, significando posiblemente una solución a los problemas de la época. Es decir, esta ciencia se construye antes de ser descubierta.

La matemática es el producto reflejo de cada cultura del mundo sensible y cotidiano, de las condiciones sociales y económicas en las que se desenvuelve. Ésta porta sus propias reglas y características, motivo por el cual se le atribuye valor y una relativa confianza. A partir de ella se desarrollan, aunque a veces parezcan alejarse de la sociedad, nuevas teorías que aportan al avance de la misma. Siempre y cuando ésta lo permita y favorezca.

Actualmente los métodos matemáticos y la técnica que los fundamentan tienen gran validez en la sociedad, con interdependencia dialéctica con otras ciencias, que brindan la posibilidad de progreso (característico en la época industrial y persistente hoy en la sociedad de la información) y su futura función aplicable. Hoy, el conocimiento se apoya en otros conceptos previos de naturaleza social, por lo que el aprendizaje viene inmerso en la cultura de una sociedad que maneja y muestra diversas representaciones, gracias a las connotaciones sociales diversas y a la disponibilidad de los medios tecnológicos con los que se cuentan.

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