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Mexico Independiente

tiberex29 de Septiembre de 2014

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INTRODUCCIÓN

México Colonial (1521-1810)

El periodo de la Colonia abarca 300 años y está usualmente dividido en tres periodos: el primero, y más antiguo el que corresponde al siglo XVI y abarca todo lo que pasó en la Nueva España desde 1521 hasta 1600; el segundo, el del siglo XVII, que comprende lo sucedido entre 1601 y 1700, y finalmente, el tercero y último, el del siglo XVIII mexicano y que va de 1701 y 1800.

La economía y la sociedad de la Nueva España, crearon sólidos y permanentes vínculos entre América y Europa. Esto se expreso en múltiples interrelaciones que establecieron de uno y el otro océano atlántico. Ambos mundos poco a poco a depender uno del otro, aunque la influencia de Europa sobre América fue mucho más visible.

La base de la economía de España en la época colonial eran sus colonias, sobre todo la nueva España, de donde provenían las mercancías, y en donde se importaban igualmente de la metrópoli. “España realizo los primeros pasos para liberar el comercio de sus colonias, en 1765, les pidió comerciar entre sí”

Los lazos económicos fueron los más importantes en esta, provocaron una marcada dependencia del mundo colonial americano respecto al viejo mundo. Así mismo, América era la fuente de riqueza de Europa, de ahí basaba ahora su potencial mundial. Pero como ya había existido un cambio en América, ésta también dependía ciertamente de Europa.

De esta manera, existían dos clases principales de comercio en nueva España: el que provenía de la metrópoli y el que provenía de otras tierras americanas. De la metrópoli a la nueva España generalmente venían artículos de primera necesidad, como harina de trigo, aceite, vinos. De la nueva España hacia la metrópoli lo que más se exportaban eran los metales como el oro y la plata.

Reducida a la entrega de materias primas, la América colonial poco a poco aumento su dependencia de Europa. La producción de América estuvo sujeta a las necesidades de España. Esto retraso el desarrollo americano, pues hizo que los indígenas se especializaran solamente a las manufacturas de productos artesanales e impidió la formación de grandes capitales.

La relación entre España y sus colonias ya era una relación de interdependencia. Esta estructura de dependencia ha permanecido hasta hoy en día ya que la mayor parte de los países latinoamericanos todavía basan sus ingresos en la exportación de unos pocos productos. Sin duda, las raíces de subdesarrollo económico de América latina se encuentran ahí.

México Colonial y sus Relaciones de convivencia Internacional

Durante el periodo colonial, las relaciones entre varias colonias y las distintas metrópolis eran tirantes. Las razones de religión eran uno de los motivos, pero otros eran el control de los mares del mundo, particularmente el Océano Atlántico, que enlazaba América, África y Europa.

La Corona española buscó controlar las relaciones de Nueva España con el resto del mundo, para lo cual cerró sus fronteras a personas, bienes e ideas que le parecían inconvenientes. En primer lugar, estableció que sólo los católicos de ciertas regiones de España podían emigrar a estas tierras. Asimismo, limitó estrictamente el comercio exterior de Nueva España para aprovechar al máximo las riquezas producidas aquí. Finalmente impuso una férrea censura, la cual impedía que llegaran a estas tierras libros que no estaban de acuerdo con las ideas y valores del gobierno.

Estas prohibiciones tan estrictas no pudieron cumplirse en la vida real. A Nueva España entraron personas, ideas y productos indeseables para la corona pero que enriquecieron la vida, la mente y la economía del reino.

La Corona controlaba el comercio exterior de Nueva España para quedarse con la mayor parte de las riquezas producidas en ella. Buscaba, además, que ninguna de sus colonias americanas compitiera con España, por lo que pronto prohibió que en estas tierras se produjeran vino, seda, aceite de oliva, papel y otros productos ibéricos.

Para vigilar el comercio exterior y cobrar más fácilmente los impuestos, la Corina ordenó que todo el intercambio entre Nueva España y España debía realizarse por medio de las flotas reales que viajaban entre Veracruz y Cádiz una vez por año. Estas flotas incluían navíos militares que las protegían de piratas y corsarios, y eran organizadas exclusivamente por los miembros de los Consulados de comerciantes de México y de Sevilla.

Una estructura tan rígida dañaba la economía de Nueva España porque se dificultaba su desarrollo. Esto fomentó el surgimiento de contrabando y comercio ilegal de todo tipo.

Los esclavos africanos

Los hombres y mujeres provenientes de África se convirtieron en una parte muy importante de la vida de Nueva España. Casi todos llegaron a nuestras tierras como esclavos. Al ser obligados a venir a América, fueron violentados también a dejar el mundo, la cultura y el idioma que conocían en África.

Las condiciones de vida de los esclavos solían ser muy malas. Los menos afortunados trabajaban en las haciendas cañeras o en las minas de condiciones muy peligrosas, dado que llevaban a la muerte muchos de ellos. Los más afortunados trabajaban como capataces de otros esclavos, o de los trabajadores indígenas en las empresas españolas. Otros, sobre todo las mujeres, trabajaban como servidumbre doméstica.

La mayoría de los esclavos africanos llegaron a estas tierras en el siglo XVI y principios del XVII; después de eso, el aumento en la población indígena los hizo menos necesarios, por lo que se importaron en menor número.

Los hombres y mujeres provenientes de áfrica hicieron contribuciones invaluables a la vida social y cultural de Nueva España, la que enriquecieron con su cultura, sus lenguas, sus instrumentos como la marimba y los tambores, entre otras cosas.

El comercio con Perú y las islas Filipinas

Desde la costa oeste de Nueva España y de Perú, los españoles exploraron el océano Pacífico en busca de un camino hacia las fabulosas riquezas de las “Indias”, como llamaban a Asia. Sus barcos pronto llegaron a Japón y también conquistaron las Filipinas en 1564, desde donde establecieron un lucrativo comercio con China. Por ello, a partir de 1565 se organizó una flota que cruzaba el pacífico dos veces al año entre Acapulco y Manila, llevaba plata novohispana y regresaba con porcelanas, sedas, especias y otros productos chinos.

Sin embargo como sucedía con todos los sectores de la economía novohispana, el mayor beneficio de este comercio transpacífico correspondía a los españoles; la mayoría de los productos llegados a Acapulco eran reexportados hacia España desde Veracruz. Esta ruta comercial se mantuvo hasta 1815.

Las riquezas que España obtenía en América de las minas de Nueva España y Perú, de las cosechas de cacao y azúcar, de tintes, como la grana y el añil, gracias al trabajo de millones de indígenas y africanos, eran la envidia de las demás potencias europeas, particularmente de Francia, Países Bajos e Inglaterra.

El destino de la plata mexicana

La plata que se producía en las minas de Nueva España era codiciada en muy diversos países del mundo, desde Europa hasta China. Por eso, la mayoría de las monedas acuñadas en la Casa de Moneda de la Ciudad de México no se quedaron en nuestro país y ni siquiera en España, sino que terminaron por llenar las arcas de los grandes banqueros de Italia y de los Países Bajos, a quienes la Corona española debía grandes cantidades de dinero. También fueron a dar a Asia, donde se usaron para comprar fabulosas sedas porcelanas y especias que tanto codiciaban los europeos.

Por esta razón, Nueva España vivió durante la mayor parte del periodo virreinal una terrible escasez de moneda, lo que obligó a sus habitantes a pagar buena parte de sus consumos y sus deudas por otros medios, como podían ser pagarés y promesas. Por ello, las inmensas riquezas mineras apenas beneficiaron a unas cuantas personas y no contribuyeron tanto como hubieran podido al desarrollo económico del virreinato novohispano.

PRINCIPALES RUTAS DE COMERCIO INTERNACIONAL

SIGLO XVI DE MÉXICO COLONIAL

La primera sociedad, la que resultó de la conquista realizada por Hernán Cortés y su hueste presenta a nuestros ojos dividida en dos grupos: indios y españoles. Estos se establecieron en el territorio ocupado por pueblos de civilización más elaborada, cuya organización política supieron aprovechar para lograr el acto de las autoridades indígenas y el auxilio de los pueblos ya conquistados y así someter a otros.

A los hechos de conquista y pacificación siguieron los primeros establecimientos. Los españoles afirmaron el dominio político-que desde un principio habían entregado al monarca- estableciendo relaciones inmediatas de servicio y tributación sobre los indios.

Después de un proceso largo de abolición del servicio y moderación del tributo que debía pagarse a los encomenderos nos hace ver a alteración que sufrieron las comunidades indígenas, a cuya economía de autoconsumo se superpuso una economía monetaria. En efecto los pueblos indígenas producían todo lo necesario para su subsistencia y para pagar algunos tributos en especie a los señores y caciques. Pero el empresario español, empeñado en el lucro y la acumulación de recursos, forzaba a los indios a producir para satisfacer luego necesidades que no correspondían a la economía indígena. Este hecho no se dio sólo en las encomiendas,

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