Narrativa Historiografica
gabypraga29 de Septiembre de 2014
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¿Puede la narración transportarnos al pasado?
Narrar hechos pasados es el propósito de muchos historiadores, esta necesidad narrativa en torno a las prácticas pretéritas es muy importante por la suposición de que la cultura material representa la realidad y el devenir del humano a través de su pasado. Sin embargo, la narración no puede transportarnos al pasado ocurrido, sino acercarnos a la interpretación que hace el hombre sobre esos hechos, por eso es innegable que la historia escrita en su pretensión de determinar esa realidad, nos acerca pero además califica, etiqueta y pesa.
Gumbrecht. “La producción de presencia” y “En 1926 viviendo al borde del tiempo”
Hans Ulrich Gumbrecht, filólogo, filósofo, sociólogo y especialista en teoría de la literatura, en los últimos 40 años ha publicado más de mil 500 textos y ha sido traducido a más de 20 idiomas, incluso ha sido nombrado doctor honoris causa por nueve universidades de seis países diferentes. Entre sus obras destacan: Producción de presencia: lo que el significado no puede transmitir, y En 1926. Viviendo al borde del tiempo.
En contraste con la hegemonía actual de la interpretación en el ámbito de las humanidades y las artes, Gumbrecht no sólo se pronuncia a favor de la posibilidad de asumir una relación con el mundo basada en la presencia, sino que también se ocupa de la elaboración y explicación de conceptos en torno a la noción de presencia y producción de presencia.
Lo que Gumbrecht plantea, es la re-conceptualización general de la relación entre el sentido y la presencia a lo largo de la tradición occidental, para lo cual propone el análisis de las culturas como configuraciones de efectos de significado y de efectos de presencia.
Ankersmit. Sublime experiencia histórica
La noción de representación se ha discutido intensamente desde muy distintos enfoques, esta polémica ha sido muy útil para aclarar puntos tan importantes como que la representación no es lo mismo que la verdad.
Nos dice Ankersmit que desde su punto de vista, la representación (histórica) es definida como un “hacer presente aquello que está ausente”, por eso es tan importante tener claro lo que significa hacer presente o tener presencia.
Este autor aclara:
“En la actualidad la etimología nos obliga a relacionar presencia con representación. Representación significa literalmente hacer algo que se haga presente de nuevo. O, para ser más exacto hacer presente algo que ahora está ausente. En consecuencia, la idea de representación está unida de alguna forma a los términos de presencia y ausencia. (Ankersmit, 2006, pp. 140).
Lo importante, como refiere Ankersmit, es entonces relacionar la noción de presencia con la de sublime experiencia, ya que sublime es la categoría estética que cuestiona a la epistemología, lo que nos obliga a situarnos en una posición de ventaja que nos permite discutir el tema, sobre todo verdadero conocimiento.
Paul Celan y la imposibilidad de poetizar el Holocausto
Hay veces que escribir la historia es un acto demasiado humano, como ejemplo basta pensar en cómo resulta imposible vaciar de toda emoción la relación de los hechos ocurridos en la Alemania Nazi, el Holocausto por ejemplo.
La filosofía, desde 1955, nos ha revelado la imposibilidad del acto poético después de Auschwitz con frases como: “[...] luego de lo que pasó en el campo de Auschwitz es cosa barbárica escribir un poema, y este hecho corroe incluso el conocimiento que dice por qué se ha hecho hoy imposible escribir poesía” (Adorno, 1962, p.29). Sin embargo, Paul Antschel (1920-1979) –que después se volverá Paul Celan, anagrama de la grafía de su apellido en rumano–, sí escribió sobre el tema, y su poesía representa no
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