Neoliberalismo

El neoliberalismo se presenta como evidente en un tópico generalmente aceptado a través de un trabajo de inculcación simbólica en el que participaron los periodistas o los simples ciudadanos, de manera pasiva y ciertos intelectuales, de modo muy activo. Este programa extrae una fuerza político-económica de aquellos individuos cuyos intereses representa, tales como los accionistas, los operadores, los financistas, los industriales, los políticos conservadores, incluso socialdemócratas o los altos funcionario del sector financiero.

A medida que dominaba el Keynsianismo en la economía global, el economista Milton Friedman, planteaba que el Estado prácticamente no interviniera en la economía nacional, es decir, que el control de la economía estuviera en manos del capital privado y ya no en manos del Estado. Criticaba los gobiernos nacionales por sus burocracias enormes e ineficientes que impedían el funcionamiento óptimo del mercado. Ronald Reagan acompañado por su contrapartida Margaret Thatcher, aplicaron las teorías económicas de Friedman, con la idea de ceder a las corporaciones e inversionistas operar libremente para maximizar sus ganancias en cualquier parte del mundo, estos dos mandatorios promovieron políticas de comercio libre, desregulación, privatización de empresas públicas, baja inflación, el movimiento libre de capital, y presupuestos equilibrados con los que se tiende a hacer creer que el mensaje neoliberal es un mensaje universalista de liberación.

El proceso de regresión del Estado pone de manifiesto que la resistencia a la fe en el neoliberalismo y a la política neoliberal es más fuerte en los paises en que las tradiciones estatales tenían más fuerza. Para hacer frente a la regresión de un Estado penal, encargado de la represión y que prescinda poco a poco de sus funciones sociales, el movimiento social puede encontrar apoyos por parte de los ministerios responsables de los asuntos sociales.

La globalización es el arma vital de la luchas contra los provechos del Estado del bienestar, así los trabajadores europeos deben competir con los trabajadores menos favorecidos del resto del mundo para ofrecerlos como modelos donde el salario mínimo no existe, donde los obreros trabajan doce horas diarias por salarios entre una cuarta y una decimoquinta parte de los europeos, donde no existen sindicatos, donde el trabajo infantil es habitual.

Así se establece el dominio de la flexibilidad con contratos a término fijo o las ocupaciones internas y los planes sociales de relleno, la competencia entre filiales autónomas y finalmente la individualización de la relación salarial, fijación de objetos individuales, conservaciones individuales de evaluación, evaluación permanente; alzas individuales de salario u otorgamiento de primas en función de la competencia y el merito individúales; carreras individualizadas; estrategas de responsabilizacion para asegurar la autoexplotación

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