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OLMECAS

keilaaInforme13 de Octubre de 2012

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OLMECAS

La cultura olmeca, también conocida como cultura madre, tuvo su desarrollo entre los años 1200 a. C. y 500 a. C. en la región costera del Golfo de México (actualmente comprende los estados de Veracruz y Tabasco); dicha civilización se ubicó en el área central de los llamados Habitantes del país del hule. Los sacerdotes, quienes poseían conocimientos astronómicos sobre los períodos de lluvia y los idóneos para la siembra, eran, probablemente, la clase dirigente. Algunos investigadores mexicanos han supuesto la existencia de un gobierno teocrático apoyado por la clase militar.

MAYAS

El territorio que ocupaban los mayas comprende los actuales estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, parte de Chiapas y Tabasco en México; y Belice, Guatemala y Honduras en Centroamérica. A partir del siglo III de nuestra era, la cultura maya empezó un florecimiento impresionante, que perduró hasta el siglo IX, que ha sido llamado período clásico.

Antiguamente se creía (mayormente debido al liderazgo ideológico ejercido por Eric Thompson) que los mayas eran una Teocracia, en la que un grupo de sacerdotes gobernaban al pueblo. En la actualidad este enfoque se considera obsoleto debido a los avances en el desciframiento de los glifos mayas (siendo Yuri Knorozov el pionero en el desciframiento propiamente dicho y Tatiana Proskouriakoff la descubridora del sistema de linajes mayas). Gracias a estos descubrimientos, hoy sabemos que los mayas eran gobernados por señores feudales, gobernantes de una o varias ciudades, que recibían el título de ajaw y por gobernantes mayores, que recibían el título de Kaloomte

TEOTIHUACAN

La civilización teotihuacana se desarrolló al noreste del Valle de México entre los años 200 y 650 d.C. Estaban concentrados en una sola ciudad, alcanzando gran mérito de construcciones y también en la cultura.

En Teotihuacán, la forma de gobierno desde su creación fué la teocracia. La ciudad estaba dirigida por los sacerdotes, que estaban apoyados por el ejército. Este ejército era la razón por la que numerosas ciudades aceptaron aliarse con los teotihuacanos. Durante los siglos X al XII, el centro de México fue dominado por Tula, la capital de los toltecas. Esta ciudad estableció vínculos muy fuertes con varias regiones de Mesoamérica, pero particularmente con la península de Yucatán, donde se ubica la ciudad maya de Chichén Itzá.

Fundación de México

México-Tenochtitlan (en náhuatl, Mēxíhco-Tenochtítlan) fue la capital del imperio Mexica.1 La fundación de la ciudad es un hecho cuya historia se mezcla con la leyenda. La mayoría de las fuentes cita como fecha de fundación de la ciudad el 18 de julio de 1325, de acuerdo con la información proporcionada por los mexicas y que se encuentra registrada en varios documentos. La leyenda de la fundación señala que México-Tenochtitlan fue poblada por un grupo de tribus nahuas migrantes desde Aztlán, lugar cuya ubicación precisa se desconoce. Tras merodear por las inmediaciones del lago de Texcoco, los futuros mexicas se asentaron en diversos puntos de la cuenca de México que estaban sujetos al señorío de Azcapotzalco. La migración concluyó cuando fundaron su ciudad en un islote cercano a la ribera occidental del lago. Las excavaciones arqueológicas apuntan a que el islote de México estuvo habitado desde antes del siglo XIV y que la fundación de Tenochtitlan pudo ser posterior a la de México-Tlatelolco, su "gemela" del norte. México-Tenochtitlan se convirtió en un altépetl independiente tras el establecimiento de una alianza con Texcoco y Tlacopan que derrotó a Azcapotzalco.

La capital de los mexicanos se convirtió en una de las mayores ciudades de su época en todo el mundo y fue la cabeza de un poderoso Estado que dominó una gran parte de Mesoamérica. El florecimiento de la ciudad se realizó a costa del tributo pagado por los pueblos sometidos a su poder. Por ello, cuando los españoles llegaron a Mesoamérica, numerosas naciones indígenas se aliaron con ellos con el objetivo de poner fin a la dominación tenochca. Cuauhtémoc —último tlatoani de México-Tenochtitlan— encabezó la resistencia de la ciudad, que cayó el 13 de agosto de 1521 a manos de los españoles y sus aliados indígenas, todos bajo el mando de Hernán Cortés.

MEXICO VIRREINAL

Entre la caída de Tenochtitlán y el establecimiento del virreinato de Nueva España transcurrieron catorce años. En ese tiempo, el gobierno quedó primero a cargo de Hernán Cortés, que se autoproclamó Capitán General de Nueva España. Luego fueron nombradas las Reales Audiencias de México, dependientes de la Corona de España, con el propósito de realizar una mejor administración de la colonia.

El virreinato fue establecido en 1535, y su primer virrey fue Antonio de Mendoza y Pacheco. En su historia, la Nueva España fue regida por 62 virreyes de diferente importancia histórica, entre los que destacan Antonio María de Bucareli (1771-1779) y Fray Payo Enríquez de Rivera (1672-1680). Hay que señalar que hasta finales del siglo XVIII, con la introducción de las reformas borbónicas, el comercio entre las colonias españolas no estaba permitido. Durante el período colonial se gestaron muchas de las tradiciones populares e instituciones tradicionales que dan carácter al pueblo mexicano de la actualidad.

MEXICO INDEPENDIENTE

Tras las revueltas independentistas iniciadas a principios del siglo XIX Uno de los pretextos tomados por los criollos para reclamar la independencia de las colonias españolas fue la ocupación francesa de España. Durante el transcurso del siglo XIX el país fue sujeto de constantes revueltas y levantamientos destinados a obtener el control y el poder administrativo. Facciones que disputaban intereses eclesiásticos, conflictos territoriales, nuevas formas de gobierno, la nueva nación emergente tardara en perfilarse. Los primeros intentos separatistas de Nueva España corresponden los hechos ocurridos durante la Crisis política de 1808 en México, se formó una Junta de Gobierno la cual contaba con cierta simpatía del virrey José de Iturrigaray, pero un golpe de Estado realizado por Gabriel de Yermo depuso al virrey y a consecuencia se encarceló a los promotores de la junta: Melchor de Talamantes, Juan Francisco Azcárate y Lezama, Francisco Primo de Verdad y Ramos y José Antonio de Cristo El siguiente intento por establecer un congreso independiente y autónomo fue la Conjura de Valladolid en 1809, pero fue descubierta y sus miembros fueron procesados.

La conspiración de Querétaro sería finalmente la que desataría la revolución de Independencia de México. En la conspiración participaban, entre otros, los corregidores de la ciudad de Querétaro, Josefa Ortiz de Domínguez y Miguel Domínguez; Ignacio Allende y Juan Aldama, y el cura Miguel Hidalgo. Sería este último quien daría el llamado "Grito" a la insurrección en el pueblo de Dolores, Guanajuato, el 16 de septiembre de 1810. Tras varias victorias, entre las que destacan la toma de Guanajuato, Valladolid, y la derrota que propinaron a las tropas realistas en Cerro de las Cruces el ejército insurgente se retiró hacia occidente. Fueron derrotados en la Batalla del Puente de Calderón por Félix María Calleja, a la postre, virrey novohispano. Las tropas realistas persiguieron a la insurgencia hasta apresarlos en Acatita de Baján, Coahuila. Los líderes fueron fusilados y sus cabezas exhibidas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato. Esto fue en el año de 1811.

Para este tiempo, la insurgencia se había hecho fuerte en el sur de la intendencia de México. Al frente de la tropa se hallaba el cura y Generalísimo José María Morelos y Pavón, quien había recibido la orden directa de Hidalgo de encabezar la revolución en la Sierra Madre del Sur. Morelos convocó al primer congreso americano en 1813, en Chilpancingo, al que acudieron diputados de las provincias del naciente país, los cuales firmaron el Acta de Independencia de la América Septentrional y promulgaron la Constitución de Apatzingán un año más tarde, sobre la base del documento escrito por Morelos, intitulado Sentimientos de la Nación, (el Generalísimo que había rechazado ese título, se hizo llamar Siervo de la Nación) . Sin embargo, los realistas terminaron por minar la capacidad bélica del ejército insurgente y finalmente, Morelos fue aprehendido en Tezmalaca y conducido a la Ciudad de México, donde fue enjuiciado, degradado, excomulgado y hecho preso. Finalmente fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec (que hoy se llama Ecatepec de Morelos en recuerdo del cura), el 22 de diciembre de 1815 hasta 1822, cuando Vicente Guerrero le mandó a avisar que la guerra había terminado un año antes). Los únicos frentes fuertes eran el veracruzano, al mando de Guadalupe Victoria, y el de Vicente Guerrero, en el sur de México. En el norte, la campaña relámpago de Pedro Moreno y Francisco Xavier Mina (un joven español de ideas liberales, recién desembarcado de España), había concluido desastrosamente, a pesar de sus triunfos iniciales.

De esta manera, la revolución popular de independencia mexicana se hallaba muy lejos del triunfo. El virrey Apodaca había ofrecido indulto a los insurgentes, lo que minó el ejército en resistencia. La oferta llegó a Guerrero por conducto de su padre, y la rechazó con la famosa frase la Patria es primero, que hoy está escrita con letras de oro en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Aprovechando la situación, algunos militares criollos que habían combatido a los insurgentes durante los años anteriores tomaron la dirección del movimiento.

Agustín de Iturbide

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