ORIGEN DE LA HUMANIDAD TEORÍAS Y PLANTEAMIENTOS
JMZCT17 de Agosto de 2013
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ORIGEN DE LA HUMANIDAD, TEORÍAS Y PLANTEAMIENTOS
PROCESO DE HOMINIZACION:
Hace 4 millones de años, o tal vez más, los seres humanos comenzaron a habitar el planeta. De acuerdo con los datos con que cuentan los científicos, nuestros antepasados más remotos serían originarios de África.
Poco a poco se fueron diferenciando de otros animales y, a lo largo de muchos miles de años de evolución, algunos grupos de humanos se difundieron por todos los continentes.
Para reconstruir ese pasado remoto, los investigadores deben recurrir al estudio de los restos materiales que dejaron aquellos ancestros del hombre actual. Diversas disciplinas como la arqueología, la paleoantropología, la paleobiología, la geología y la química, entre otras, contribuyen a aportar datos y técnicas para comprender cómo fue la vida de los más antiguos seres humanos.
El científico inglés Charles Darwin, a mediados del siglo XIX, realizó investigaciones y planteó su teoría sobre la “evolución de las especies”, que se convirtió en la base del pensamiento científico moderno para estudiar y comprender el origen de los seres humanos y algunas de sus transformaciones.
La especie humana pertenece al orden de los Primates; a la superfamilia Hominoidea y a la familia de los Homínidos, junto a los Póngidos (Orangután, Gibón, Siamán, Chimpancé y Gorila) siendo en la actualidad la única especie representante del género Homo.. Las últimas investigaciones nos sitúan muy próximos a los gorilas y chimpancés, de los cuales nos separamos hace unos 10 millones de años.
El nombre de Australopithecus, literalmente "mono del sur" es empleado para referirse a una familia de protohomínidos, que, más o menos contemporáneamente, vivieron en diferentes zonas de África en un periodo comprendido entre los 4,5 y los 1,5 millones de años. El fósil más famoso (y hasta la actualidad el más antiguo) de Australopithecus fue descubierto por Donald Johanson en 1974 en la región de Afar, situada en el valle del Rift, al que se denominó científicamente "Australopithecus Afariensis", y familiarmente Lucy , una hembra joven de la especie a la que se le ha atribuido una antigüedad de unos 3,25 millones de años. Unos años más tarde en 1978, Mary Leakey descubrió lo que constituye uno de los documentos mas interesantes e impactantes de la paleontología: las huellas dejadas por dos o tal vez tres Australopithecus hace aproximadamente 3,8 millones de años. Estas huellas demuestran que los Australopithecus eran perfectamente bípedos, y estaban adaptados a la vida permanente en tierra. Su tamaño corporal es pequeño, alzaban entre 1, 10 y 1,40 cms. , y su cerebro oscila entre los 400-550 cm. cúbicos, capacidad equivalente a la de los simios actuales, pero la proporción cerebro-cuerpo, es notablemente superior, lo que nos permite pensar que debían ser, en el peor de los casos, tan inteligentes y habilidosos como éstos.
Con el Australopithecus ya se ha dado un paso esencial hacia la Hominización, de ahí su gran importancia e interés: la postura erguida, bipedismo, la liberación de las manos, que ya se han diferenciado funcionalmente de los pies, y han adquirido capacidad manipuladora, la posición erguida de la cabeza y el desarrollo del cerebro, la cooperación intergrupal, etc. Características esenciales de lo que con el tiempo será la humanidad.
Pero un salto, si cabe, definitivo, para la evolución humana, habría de ser la aparición de la especie llamada Horno Habilis pues con ella aparece el "Género Homo". Fue identificada por primera vez por Louis Leakey en la famosa garganta de Olduvai (Tanzania) en 1965, y le dio el nombre de Homo Habilis (el hombre artesano), al llegar a la conclusión, no comparada por todos los paleontólogos, de que fue la primera especie en poseer la capacidad humana de fabricar instrumentos. Su datación se ha fijado entre unos 2,5 y algo menos de 2 millones de años, por lo que coexistió con el Australopithecus y el siguiente eslabón, el Horno Erectus.
Su característica física más notable es el aumento del cerebro, que pasa de 450 a 600-800 cms, siendo, además, su complejidad anatómica y funcional muy superiores. Su industria lítica es muy tosca, todos sus elementos pertenecen a la categoría de los "Chopers" (hachas de mano) y de la "Lascas". Muchos de estos instrumentos han sido encontrados junto a huesos de animales, lo que nos hace pensar que fueron utilizados para descamarlos, partirlos y extraer la médula, lo cual nos revela otras dos características esenciales, la primera es que eran habituales comedores de carne, y segundo que se comía en común, lo que significa un comportamiento cooperativo muy avanzado.
La obtención de la carne, ya sea por el carroñeo, seguramente su principal fuente, ya sea por la caza, nos hace pensar que debían poseer una cierta estrategia, capacidad de organización y flexibilidad en la acción para tener éxito frente a los competidores y mantenerse a salvo de los depredadores, lo que a su vez exige, por una parte, una más potente y refinada inteligencia, y por otra un cierto lenguaje, un nivel comunicativo mucho más complejo que el de los simios actuales.
¿Podemos hablar de cultura en este primitivo ancestro? La respuesta depende de cuan exigentes seamos en la definición de "Cultura". Lo más sensato tal vez sea considerar que nos encontramos ante una fase en la que se supera la proto-cultura de los simios actuales y los Afariensis, adquiriendo ya alguna de las características de lo que denominamos modernamente cultura: conductas aprendidas socialmente y que son esenciales para la supervivencia y el mantenimiento de grupo.
Lo más trascendental del Horno Habilis es, posiblemente, que con él se cruza la frontera de la selección natural exclusivamente en las capacidades físicas a la selección basada en las capacidades cerebrales-cognitivas.
A partir de Horno Habilis surgen el Homo Ergaster y, en el seno de éste, a su vez, el Homo Erectus, que representa un avance significativo, así como el “Homo antecesor” del que se piensa que proviene nuestra especie, como veremos más adelante.
El Horno Erectus apareció hace 1.800.000 años aproximadamente, y se le calcula una existencia de 1.300.000 años. Su larga existencia, lo que significa un gran éxito evolutivo (pensemos que a los primeros ancestros de nuestra especie se les estima una antigüedad de sólo 175.000 años) le permitió ser el protagonista de la primera gran emigración de los homínidos que, partiendo de Africa, les llevó a Asia y a Europa.
En el terreno físico dos características llaman la atención poderosamente. En primer lugar, su considerable altura, alcanzan los 1 80 cm. y posiblemente más. En segundo lugar, el volumen de su cerebro, que por término medio es un 33% superior al Habilis (existen, incluso, algunos cráneos que alcanzan el considerable volumen de 1200)
Las herramientas del Erectus, cuya cultura denominamos Achelense, son mejores y más útiles y de una técnica mucho más depurada que la de los Habilis, e igual podemos decir de sus técnicas de caza, que debieron exigir una mayor capacidad de organización y cooperación. Ahora bien, su mejora tecnológica no es equiparable con el aumento de masa encefálica y la proporcional inteligencia que podría representar, pues sus herramientas permanecen invariables durante 1,3 millones de años, lo que indica un gran estancamiento cultural.
Esto introduce un importante e interesante problema, porque siempre se ha considerado en paralelo el volumen cerebral con el desarrollo de la inteligencia, y esto se explicaba en un proceso de recíproca influencia cerebro-mano, que quedaba plasmado en útiles cada vez más variados, complejos y perfectos. La inteligencia era medida por la calidad de la producción técnica. El Horno Erectus representa un punto débil de esta hipótesis.
Dos peculiaridades culturales importantes del Horno Erectus son, primero que establecieron asentamientos permanentes (campamentos), lo que significa una compleja vida social y, segundo, que en los últimos períodos y coincidiendo con una glaciación consiguieron controlar el fuego. No obstante, es necesario hacer la advertencia de que dos cosas muy diferentes son el uso y control del fuego , que debió ser muy antiguo, y el saber producirlo y usarlo a voluntad, esto es, el descubrimiento del fuego, que es algo de significado técnico y cultural muy superior.
En Atapuerca (burgos) los paleoantropólogos españoles (Juan Luis Arsuaga y su equipo) excavan año tras año fósiles humanos precursores del hombre de Neandertal, el último antepasado común que compartiríamos con esta especie de homínido, y los primeros pobladores conocidos de Europa. Este Homo antecesor fabricaba instrumentos, muchos menos perfeccionados que los de los neandertales y viene a apoyar la salida masiva de una especie masiva de una especie africana, y confirma que los neandertales fueron una especie completamente distinta a la nuestra. Pero lo más curioso es que tenía una peculiaridad notable: el rostro. Además, para los investigadores españoles, tenían una estructura fonética similar a la de los actuales humanos.
Lo que más llama la atención de los Neandertal es su enorme capacidad craneana, que en algunos individuos supera los 1.600 centímetros cúbicos, mientras que el humano actual posee una media de 1.400. ¿Podemos pensar, en consecuencia, que su inteligencia también lo era? Para contestar a esta pregunta es necesario hacer primero algunas consideraciones sobre la inteligencia y, en segundo lugar, acudir a los restos de su cultura.
Un cerebro más grande no significa necesariamente
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