Origen Histórico Del Comercio

HORIGEN HISTORICO DEL COMERCIO

La palabra comercio proviene del latín commercium, que significa mercancía; desde el punto económico se llama comercio a la intermediación entre la oferta y la demanda de mercadería con el fin de obtener un lucro . Es así que se denomina al comercio como la actividad socioeconómica que consiste en la compra y venta de algún bien o servicio.

El comercio como intercambio de productos destinados al consumo, es tan antiguo como la agrupación humana misma. Tan pronto como el hombre se acento y dejo la vida errante de la caza dedicándose a la agricultura, necesito adquirir bienes que no producía, cambiándolos por los que cultivaba; es así que se establece el trueque.

En Roma los actos y los contratos relativos, primero a través de la permuta y después de la compraventa, no se regularon originalmente en una rama autónoma del derecho, sino que formaron parte del derecho civil, debido a razones como el escaso desarrollo del comercio, el cierto desdén de las autoridades y ciudadanos de Roma hacia los comerciantes; el aporte de roma se basa en la introducción de moneda al comercio, llamado denario romano de plata.

Algunos siglos después en la edad media, debido a las peregrinaciones y las cruzadas, se incrementó el comercio, surgieron las ciudades y centros comerciales, las rutas de comercio y en ellos los gremios y las corporaciones de comerciantes. Surge entonces el derecho mercantil, los comerciantes al regular sus transacciones, en las ferias y mercados en las que acudían, crearon su propio derecho en estatutos y ordenanzas, que se basaron en sus costumbres y necesidades, las cuales por ser semejantes dieron lugar uniforme a un derecho nacional e internacional. Así pues el derecho mercantil nace como un derecho clasista y subjetivo, como derecho de y para los comerciantes, además para la protección de sus relaciones con la clientela, y para proteger a sus acreedores surgieron dos instituciones propias del derecho mercantil: la contabilidad y la quiebra.

A principios del siglo pasado las distintas ordenanzas de las ciudades y reinos, se consolidaron y dieron lugar a los códigos de comercio. El primero fue el código de comercio francés de 1808, que fue imitado en todos los países del continente europeo y en América latina. Este código incluyo a las empresas dentro de las materias que regulaba, con lo que el derecho mercantil se extendió para comprender tanto actividades de intercambio como a la producción de mercaderías y servicios.

Con los códigos de comercio, y anteriormente con las leyes de mayor alcance que estos, como las ordenanzas francesas de comercio y de marina, de Luis XIV, del siglo XVII, el derecho mercantil clasista se convierte en derecho nacional, y sin perder del todo el papel predominante del comerciante, da cabida a ciertos actos y cierta actividad, calificada de comercial independientemente de la intervención de los mercaderes. El carácter subjetivo del derecho mercantil se transforma en objetivo, es ahora el derecho de los actos de comercio.

Posteriormente la inclusión de las empresas permitió que con el auge de la economía capitalista, un nuevo cambio operara, que aún está actuando en el concepto y en el contenido del derecho mercantil, se convierte en derecho de las empresas y tiende a regir exclusivamente a estas y a la actividad que con ella se realiza, para excluir el acto del comercio aislado, así como la actividad de los artesanos y pequeños comerciantes, osea a los pequeños negocios individuales.

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