PENSAMIENTO SIMON BOLIVAR
Enviado por lovery • 23 de Noviembre de 2012 • 935 Palabras (4 Páginas) • 926 Visitas
Pensamientos de Simón Bolívar
¡Adiós Colombia! ¡Adiós Libertad! Tan preciosas ambas, ¿Cómo debemos perderlas sin llorar lágrimas de sangre?.
¡Compadezcámonos mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo!.
¡Cuan superior es la suma de las luces a la suma de las riquezas.!
¡He proclamado la Libertad absoluta de los esclavos.!
¿Cuán dichosos fuéramos si nuestra sabiduría se dejara conducir por la fortaleza? ¿Que importa que yo perezca para que viva un pueblo?.
¿Quiere usted que yo continúe haciendo de Jesucristo sin ser Dios? Esto es muy duro, esto supera mis fuerzas.
Al silencio de los muertos, sucedieron los vivas a la Libertad.
nque la guerra es el compendio de todos los males, la tiranía es el compendio de todas las guerras.
Aunque me cueste la vida voy a impedir la guerra civil.
Ay mi amigo, mi aflicción no tiene medida, porque la calumnia me ahoga como aquellas serpientes de Lacoonte.
Bajo la dictadura ¿Quien puede hablar de Libertad?.
Bastante me han criticado por haber hecho el bien a pesar de mi deber.
Bolívar es incapaz de corromper a sus amigos porque nada puede pretender que no sea justo.
Boliviano: nombre que me pertenece antes de nacer...
Cada pueblo será libre a su modo y disfrutará de soberanía, según la voluntad de su conciencia.
Ciertamente, el oro y la plata son objetos preciosos; pero la existencia de la República y la vida de los ciudadanos son más preciosos aún.
Colombia es la palabra sagrada y la palabra mágica de todos los ciudadanos virtuosos.
Con valor se acaban los males.
Contra los canallas pueden emplearse las armas que usan ellos mismos.
Creo más en el honor que en las pasiones.
Creo que mi gloria ha llegado a su colmo, viendo a mi patria libre, constituida y tranquila, al separarme yo de sus gloriosas riberas.
Cualesquiera que sean los días que la Providencia me tenga aún destinados, todos, hasta el último, serán empleados en servicio de la América.
Cualquiera que sea mi suerte en lo adelante, mi último suspiro será por mi país.
Cuando las calamidades públicas me pusieron las armas en las manos para libertar a mi patria, yo no consulté mis fuerzas ni mis talentos.
Cuando los partidos carecen de autoridad, ora por falta de poder, ya por el triunfo de sus contrarios, nace el descontento y los debilita.
Cuando más me elevo tanto más hondo se ofrece el abismo.
Cuando me hablan de valor y de audacia, siento revivir todo mi ser y vuelvo a nacer, por decirlo así, para la patria y para la gloria.
Cuando quede reducido a nada estaré satisfecho de mi propia ruina y la veré como una gloria y un martirio poco merecido.
Cuando temo que desaprueben mi manejo o mis ideas, dejo de importunar con mi amistad a los que me condenan.
Cuanto más admiro la excelencia de la Constitución Federal de Venezuela, tanto más me persuado de la imposibilidad de su aplicación
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