Periodizacion De Honduras
spring6 de Junio de 2014
2.599 Palabras (11 Páginas)437 Visitas
Medardo Mejía: sin lugar a dudas, ha sido uno de los escritores más polifacético y prolífico dentro de las letras hondureñas, quien solía decir de sí mismo que: “Soy un mal historiador que suele escribir muchas páginas históricas y un buen poeta que escribe malos versos”. No obstante, Ramón Oquelí, también escritor, interpretó las palabras de Mejía como: “… una broma resultado de su jovial talante, ya que en efecto escribió buenos poemas y buenas página históricas” (Oquelí; 1995, p. 157).
Pero es difícil querer definir el desempeño intelectual de Medardo Mejía únicamente como un ensayista o historiador, ya que éste trabajó con muy buen suceso géneros como la poesía, el cuento y el teatro; además, no sólo se formó en el periodismo, sino que lo ejerció con gran acierto. Así, dada su polifacética producción, en este breve ensayo únicamente se realiza un acercamiento a la obra de este autor en cuanto el estudio de la historia de Honduras.
Si bien Medardo Mejía no fue un historiador de profesión, sí fue un intelectual y un cientista social que se dio a la tarea de comprender la sociedad hondureña tanto en su historia como en su momento presente. En ese sentido, desarrolló una especie de sociología de la historia de Honduras que es preciso sistematizar. En tal sentido, este trabajo se centra en lo que podría denominarse «el proyecto de Medardo Mejía de producir una historia general de Honduras».
Medardo Mejía representa en sí mismo, a mi modo de ver, una transición dentro de la historiografía hondureña del paso de una historia factual y política, a una historia de proceso. Como resultado de esta circunstancia, los aportes historiográficos de este autor pueden ubicarse en una triple dimensión. En primer lugar, realiza una especie de biografía política de Honduras por medio del estudio de una serie de personajes sobresalientes de la historia del país, como José Cecilio del Valle, Francisco Morazán, Juan Lindo, José Trinidad Cabañas, Ramón Rosa y Paulino Valladares entre otros; en segundo lugar, representa el único esfuerzo, hasta ahora, de escribir una historia general de Honduras en varios volúmenes; y, en tercer lugar, desarrolla una suerte de historia intelectual del país por medio del estudio y rescate de pensadores como José Cecilio del Valle, Ramón Rosa, José Antonio Domínguez, Salatiel Rosales, Alfonso Guillén Zelaya y Ramón Lobo Herrera.
Bajo estas tres líneas de estudio, Medardo Mejía, como puede verse en su obra, no fue únicamente un investigador de archivos y documentos, sino que buscó más bien reinterpretar la historia de Honduras desde una: “... aguda percepción intuitiva y socialista por estudio y convicción, campesino, obrero y universitario” (Oquelí, 1995, p. 97).
Es durante la década de los cuarenta que este autor inicia el estudio de la historia de Honduras, y como él mismo lo expresó:
“A la Historia de Honduras le entré por el lado de don Juan Lindo, quien fue un desvergonzado con talento, para poner de relieve que hoy tenemos desvergonzados tontos. Don Juan siempre estuvo allí donde estaba el poder, porque tenía sus mirajes. En el Rimado de Paribusnos casi está definido don Juan Lindo (....)”.
Al libro Don Juan Lindo le siguió otro titulado: El general Trinidad Cabañas, soldado de la República Federal, en el cual plantea la polémica sostenida por Fernando Ferrari, quien estaba interesado en probar que Guardiola, su pariente, era mejor que Cabañas, porque Guardiola había defendido a Honduras y Cabañas la había atacado con fuerzas salvadoreñas, aparte de que Cabañas había entregado el país a los Estados Unidos y había sido aliado de William Walker. Todo esto fue refutado a satisfacción del público, además de que Mejía pudo ver con más claridad como una gran potencia iba penetrando en el país en la era de los ferrocarriles.
Longino Becerra: Línea del tiempo. Es el despliegue del proceso histórico de las personas o las sociedades, con sus hitos más importantes, para conocer de un solo golpe el camino que se ha recorrido.
Honduras ha pasado hasta el día de hoy por cuatro épocas históricas, cada una de ellas con su tiempo, sus contradicciones y su estructura económico-política. Estas cuatro épocas integran un mismo proceso histórico. No se trata pues, de compartimientos estancos, donde los hechos se suceden sin nexos que los relacionen. En la historia los hechos están siempre interconectados, de modo que los unos son, al mismo tiempo, raíz y fruto. Las épocas en referencia son las que siguen:
I. Comunidad primitiva. Se extiende desde el año 6.000 a.C. hasta el año 1524. Duró, pues, 7524 años. Estructura económico-política: homogénea, basada en relaciones igualitarias al existir solamente la propiedad común sobre la tierra, entonces el principal medio de producción. Estructura de clase: homogénea: no habían clases sociales.
II. Estado Esclavista-feudal. Se extiende desde 1524 hasta 1821. Duró, pues, 297 años. Estructura económico-política: heterogénea, así: 1) Relaciones esclavistas de producción dominantes, 2) Relaciones feudales de producción subdominantes, y 3) Relaciones primitivas de producción decrecientes. Estructura de clase: heterogénea, con antagonismos en dos polos: 1) Los conquistadores peninsulares, por un lado, y 2) los indios y negros esclavos o siervos para el otro. En medio, los artesanos, los intelectuales y los comerciantes.
III. Estado terrateniente-semifeudal. Se extiende desde 1821 hasta 1876. Duró, pues, 55 años. Estructura económico-política: heterogénea, así: 1) Relaciones semifeudales de producción dominantes, 2) Relaciones capitalistas de producción crecientes y 3) Relaciones primitivas de producción decrecientes. Estructura de clase: heterogénea, con antagonismos en dos polos nuevos de clase: 1) Los terratenientes semifeudales, por un lado, y 2) Los indios y negros semisiervos, por el otro, junto a las capas urbanas semiproletarias. En medio de estos polos se dan los artesanos, los profesionales libres y los comerciantes.
IV. Estado Capitalista dependiente. Se extiende desde 1876 hasta 2004 [actualidad]. Dura 128 años. Estructura económico-política: heterogénea, así: 1) Relaciones capitalistas de producción dependientes, con carácter dominante, 2) Relaciones semifeudales de producción de tipo decreciente y 3) Relaciones primitivas de produccion que existen con excrecencia. Estructura de clase: heterogénea, con antagonismo en los siguientes polos: 1) Capitalistas dependientes aliados a los monopolios internacionales y sus agencias, 2) Obreros del capitalismo dependiente y campesinos semiproletarios. En el centro están las extensas capas medias de artesanos, comerciantes de baja escala, profesionales, pequeños propietarios, etc.
Las formaciones económico-sociales no son ni pueden ser eternas. Nacen, se desarrollan, cumplen su función y les dejan el puesto a otras por necesidad histórica, es decir, por una ley que determina la marcha del ser humano, como persona y como sociedad siempre adelante. Allí donde una formación económico-social no cambia al ritmo que requiere el desarrollo histórico, se produce un estancamiento general del país, manifestado en registros siempre deficitarios de las atenciones sociales. Surge, pues, un estado de crisis permanente o crónica, generadora de grandes sufrimientos por parte de las ciudadanas y los ciudadanos menos favorecidos.
Esta crisis es el síntoma claro de que la formación económico-social está enferma de caducidad y que demanda con urgencia al menos algunos cambios o, en el mejor de los casos, la sustitución radical de la misma por otra que sea revolucionaria. Los líderes políticos de la sociedad en cuestión están obligados a valorar lo que el síntoma de la crisis está diciendo acerca de la estructura económica y política dominante. Si no lo hacen y continúan aferrados al modelo establecido, ello puede obedecer a una de estas dos razones: O porque son unos insalvables ignorantes o porque forman parte del sector privilegiado que se beneficia con el atraso estructural de la sociedad.
El Estado Capitalista Dependiente, nacido en el ámbito de la reforma liberal de Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa, a partir de 1876, lleva 128 años de existencia hasta el 2004 en que estamos. La crisis crónica de que adolece comenzó a manifestarse muy temprano, con agudizaciones periódicas desde 1883 a la fecha, pasando por el período trágico de 50 años de matanzas horribles, hasta 1933, para iniciar a partir de entonces, hasta 1981, un régimen dictatorial y de golpes militares totalmente estériles en materia de progreso, todo por el hecho de que la reforma de 1876 no se fundó en el avance autónomo de Honduras, sino en un desarrollo sujeto al capital extranjero. A este nivel del proceso histórico de nuestro país, el modelo estructural económico y político simplemente ya no da más de sí y, como consecuencia, nos tiene en la vergonzosa condición de ser el país más atrasado de Centroamérica y el segundo con ese título en
...