ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Proceres De Venezuela


Enviado por   •  14 de Marzo de 2014  •  4.196 Palabras (17 Páginas)  •  269 Visitas

Página 1 de 17

MAESTRO SIMÓN RODRÍGUEZ

Nace en Caracas Simón Rodríguez, calificado de "loco", "maestro" o "don", este ejemplar venezolano, de padres desconocidos, el 28 de octubre de 1771. Se dice que fue hijo adoptivo de Cayetano Carreño y de Rosalía Rodríguez. De su infancia, se conoce muy poco. Simón Rodríguez es un niño expósito y su único familiar conocido es su hermano Gayetano.

Su carácter nada común lo lleva a quitarse el apellido paterno, el adoptivo y a quedarse sólo con el de su madre (originalmente se hubiera llamado Simón Carreño Rodríguez), por eso es que, el mismo Simón se presenta como expósito en el acta matrimonial.

Se caracterizará toda su vida por seguir apasionadamente su ideal de pensar y enseñar en libertad plena. Su vida estuvo dominada por la pasión de las letras.

El primer contacto de los dos Simones se produce cuando Rodríguez es contratado por Feliciano Palacios, abuelo de Bolívar, para que en su propia casa le sirva de amanuense. Más tarde, al fugarse de la casa de su tío Carlos Palacios, Bolívar ingresará a la escuela pública de Rodríguez.

Este era un maestro que enseñaba divirtiendo, según expresión bolivariana. Su manera de enseñar, distinta a todo lo tradicional, era en el campo, frente a la naturaleza, lo cual servía para el espíritu, para la fortaleza del cuerpo y para el conocimiento de las cosas que nos rodean. Si está en el aula, entre sus 114 alumnos (setenta y cuatro que pagan y cuarenta gratis, entre ellos nueve expósitos), les da instrucción adecuada a sus edades y les inculca las buenas costumbres y el amor por la libertad.

Don Simón Rodríguez, precursor y animador de la inquietud bolivariana, es por antonomasia el Maestro del Libertador; antes de que éste independizara a América, Rodríguez (su "Maestro Universal") hace su tarea: independiza a Bolívar, lo divorcia de la realidad tradicional y lo acerca a la verdad futura; le ayuda a conseguir la perspectiva propia de un creador, a intuir su faena y a calcular las fuerzas de sus auxiliares y sus enemigos. Simón Rodríguez llama a Bolívar a ser terriblemente cuerdo entre aquellos mediocres que se autoestiman depositarios del buen juicio y de la sensatez, y a los ojos de los cuales la Independencia tenía que ser una locura singular.

CACIQUE GUAICAPURO

Nacido en Caracas en 1530 y guerrero de confianza del gran Cacique Catuche, asume el cacicazgo a los 20 años de edad, cuando este cacique muere. Conocido actualmente como Guaicaipuro en documentos de la época se le encuentra con el nombre de Guacaipuro. Fue sin duda alguna, el más firme opositor que encontraron los conquistadores españoles en las recién descubiertas tierras venezolanas (1498). Guaicaipuro gobernaba a los Caracas y los Teques, ejerciendo directo control sobre los seis caseríos que circundaban su cuartel general en Suruapo o Suruapay, situado en el actual San José de los Altos en la vertiente de la quebrada Paracoto. Baruta era el nombre de su hijo mayor, y los nombres de sus dos hermanas eran Tiaora y Caycape.

Al descubrir unas minas de oro en tierras de los Teques, Pedro de Miranda comienza su explotación, pero fue atacado por Guacaipuro y tuvo que abandonarlas. En 1560 el Gobernador Pablo Collado nombra a Juan Rodríguez Suárez, Teniente General de la Provincia de Caracas y le ordena pacificar a Guaicaipuro. Rodríguez se alía con el mestizo Francisco Fajardo y vence al Cacique de los Teques en las batallas de San Pedro y La Quebrada, creyó que la región había sido pacificada y deja en las minas varios obreros para trabajarlas junto con tres hijos suyos. Ausente Suárez, Guacaipuro asaltó las minas matando a los trabajadores y los hijos de éste. Fajardo intenta fundar un caserío en lo que hoy es Catia. Sin embargo, ante un ataque ordenado por Guaicaipuro y ejecutado por Paramaconi, el recién fundado caserío (1560) es arrasado. El año siguiente, en 1561, Juan Rodríguez Suárez refunda el caserío con el nombre de Villa de San Francisco, pero corre la misma suerte que el anterior. Al enterarse Juan Rodríguez Suárez del desembarco del tirano Lope de Aguirre, se dirigió hacia Valencia con sólo 6 soldados, situación que aprovechó Guacaipuro junto con Terepaima para emboscarlo y asesinarlo. Guaicaipuro convoca entonces a una alianza estratégica de todos los caciques de la región, aceptan el pacto los jefes Baruta, Naiguatá, Chacao, Aramaipuro, Guaicamacuto, Paramaconi, Terepaima y Chicuramay. Durante años esta alianza se mostró triunfadora, pero Guaicaipuro perdió su oportunidad en Maracapana, en 1568, batalla clave en la que participaron todas las tribus aliadas. Derrotados por el ejército conquistador en forma contundente, la coalición se disuelve y los jefes regresan a sus tierras. Guaicaipuro se refugió en Suruapo. Al temerse por el futuro de la recién fundada Santiago de León de Caracas (1567). Como medida ante el inminente ataque a dicha ciudad, Diego de Lozada (fundador de Caracas) ordenó la captura de Guacaipuro al alcalde Francisco Infante, quien, con indios fieles que conocían el paradero del cacique, salió de Caracas cierta tarde, al ponerse el sol, con 80 hombres. A la media noche llegaron al alto de una fila, en cuya falda estaba el pueblo de Suruapo donde Guacaipuro tenía su vivienda; Infante con 25 hombres se quedó allí para proteger la retaguardia y retirada en caso de una derrota, mientras Sancho del Villar con los demás bajaba a ejecutar la prisión del indio. Conducidos por los guías llegaron a la puerta del inmenso bohío o caney de Guacaipuro los 5 primeros que formaban la delantera, pero acababan de ser descubiertos y con sus armas en las manos, esperaban la llegada de los compañeros y fue entonces cuando intentaron franquear la entrada, pero Guacaipuro, que manejaba la espada que había sido de Juan Rodríguez Suárez, hirió a cuantos intentaron entrar. A los gritos de la pelea, se alborotó el pueblo y todos acudieron a defender a su cacique, pero nada podían contra los filos de las espadas; y los lamentos y gritos de las mujeres y niños, en la noche oscura, aumentaban la confusión general. Viendo los españoles la imposibilidad de rendir al cacique, resolvieron quemar el gran bohío o caney en el cual estaba guarecido. Como su techo era de paja y madera, arrojaron fuego sobre el tejado, que comenzó a arder vorazmente. Viéndose en trance de

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (25.8 Kb)  
Leer 16 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com