Qué es la historia?

¿Qué es la historia?

El concepto de historia que nos formamos es conciente o inconcsiente, un reflejo de nuestra posición en el tiempo y forma parte de la idea que tengamos de la sociedad en que vivimos.

No hay hechos históricos existentes objetivamente y con independencia del historiador; la necesidad de fijarlos no es cualidad de los hechos mismos sino decisión del historiador. El historiador es necesariamente selectivo. Los hechos solo hablan cuando el historiador apela a ellos: el es quien decide a que hecho se da paso, y en que orden y contexto hacerlo.

Lo que decide al hecho histórico dependerá de que la interpretación que apoye un hecho sea aceptada por los demás historiadores como valido e importante. Los datos tienen que ser elaborados antes que ser usados.

La historia consiste esencialmente en ver al pasado por los ojos del presente y a la luz de los problemas de ahora, y la tarea primordial del historiador no es recoger datos sino valorar.

La palabra historia tiene dos significados: la investigación llevaba a cabo por el historiador y la serie de acontecimientos del pasado que investiga. La historia es la reproducción en la mente del historiador.

Los hechos de la historia no existen ni pueden existir en forma pura, siempre hay una refracción al pasar por la mente de quien los recoge. No se puede hacer historia, si el historiador no llega a establecer algún contacto con la mente de quien los recoge.

No se puede hacer historia, si el historiador no llega a establecer algún contacto con la mente de aquellos sobre los que escribe. La función del historiador es dominar y comprender el pasado como clave para la comprensión del presente.

La relación entre el historiador y sus datos es de igualdad, de intercambio. Se inicia con una selección provisional de los hechos y por una interpretación, la selección y ordenación de datos sufren intercambios a consecuencia de la acción reciproca de ellos mismos. Esta acción reciproca entraña reciprocidad entre el pasado y el presente.

La gran historia se escribe precisamente cuando la visión del pasado por parte del historiador se ilumina con sus conocimientos del problema presente. Antes de estudiar la historia, estudiese al historiador, y antes de estudiar al historiador, estudiese su ambiente histórico y social.

La concepción de las ciencias sociales, y de la historia entre ellas, fue gradualmente desarrollándose durante el siglo XIX; y el método con que la ciencia estudiaba el mundo de la naturaleza se aplico al estudio de los asuntos humanos.

Primero prevaleció la tradición Newtoniana. La sociedad, lo mismo que el mundo de la naturaleza, se concebía como un mecanismo.

Darwin provoco otra revolución científica, introdujo la historia en la ciencia natural.

Se han hecho distinciones para no llamar ciencia a la historia: la historia se ocupa solo de lo particular y la ciencia de lo general, la historia no enseña nada, la historia no puede pronosticar, la historia es forzosamente subjetiva porque el hombre se esta observando a si mismo, la historia a diferencia de la ciencia, implica problemas de religión y de moralidad.

El historiador no esta realmente interesado en lo único sino en lo que hay de general en lo único. Aprender acerca del presente a la luz del pasado quiere también decir aprender del pasado a la luz del presente. El historiador generaliza y al hacerlo aporta orientaciones generales para la acción posterior, las cuales, auqnue no predicciones especificas, son validas a la vez que utiles. El sociólogo, el economista o el historiador, necesitan ahondar en forma de conducta humana en las que el albedrio es algo activo. El historiador no tiene porque formular juicios morales acerca de la vida privada de los personajes de su narración.

El estudio de la historia es un estudio de causas. Herodoto, el padre de la

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