Reflexiones en torno a las leyes visigodas

La Lex Visigothorum consiste en una compilación de leyes de diferentes monarcas visigodos que promulga el rey Recesvinto en el año 654, y a la que se siguen añadiendo leyes de sus sucesores. Llama la atención de que no todas las leyes se presenten bajo el nombre del monarca, ocurriendo este hecho a partir de Recaredo, primer rey visigodo cristiano, quizás para distinguir las leyes de la monarquía visigoda católica respecto del período arriano anterior.

Las leyes visigodas en él descritas tienen por objeto la supremacía de la justicia del monarca en una sociedad que se disgrega por las fuerzas del feudalismo creciente, provocando inestabilidad interna.

Los legisladores visigodos eran muy cuidadosos a la hora de elaborar sus normas, sirviéndose de su propia cultura y costumbres jurídicas, así como de los modelos romanos (en especial el código Teodosiano). Este hecho plantea la duda de la posible existencia de escuelas jurídicas donde se impartiera este conocimiento.

Entre el grupo de leyes antiquae destacan las de Leovigildo, que persiguió dotar a la monarquía visigoda de un mayor poder y fue el primero en dotarla de símbolos propios del poder imperial romano (cetro, corona, etc.), tomando como referencia la figura de Constantino. Más tarde, su hijo Recaredo se transformará en el primer rey católico, acercándose más aún a la figura de Constantino.

Se aprecia diferencia entre las leyes antiquae, más escuetas y concisas, donde solo existe el dispositivo de la norma y la sanción en su caso, y el resto, donde se puede apreciar además, la exposición de los motivos que dan lugar a la propia ley. Es el caso, por ejemplo, de las uniones entre personas de desigual condición. Ya existían normas y sanciones antiquae, pero evolucionan a lo largo de numerosos textos donde puede apreciarse un gran despliegue retórico destinado a acentuar la gravedad de la unión con inferiores y la “insolencia” de quienes, gracias a la libertad, han mejorado su estatus.

En resumen, las características principales de la LV son su gran complejidad y riqueza, el gran número de fuentes utilizadas para su confección (derecho romano bajoimperial, cánones conciliares, Padres de la Iglesia, la Biblia, etc.) y la evolución de sus textos: de más simples y concisos a largos proemios y vistosas exposiciones con buscados ejercicios retóricos.

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