Reforma protestante y Contrarreforma

Reforma protestante y Contrarreforma

Se conoce como Reforma protestante, o simplemente la Reforma, al movimiento religioso cristiano, iniciado en Alemania en el siglo XVI por Martín Lutero, que llevó a un cisma de la Iglesia católica para dar origen a varias iglesias y organizaciones agrupadas bajo la denominación de protestantismo. La Reforma tuvo su origen en las críticas y propuestas con las que diversos religiosos, pensadores y políticos europeos buscaron provocar un cambio profundo y generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia católica, especialmente con respecto a las pretensiones papales de dominio sobre toda la cristiandad. El movimiento recibirá posteriormente el nombre de Reforma Protestante, por su intención inicial de reformar el catolicismo con el fin de revitalizar el cristianismo primitivo, y la importancia que tuvo la Protesta de Espira, presentada por los príncipes cristianos alemanes en 1529 contra un edicto del Emperador Carlos V tendiente a anular la tolerancia religiosa que había sido legalmente concedida a los principados alemanes.

Comenzó con la predicación del sacerdote católico agustino Martín Lutero, que revisó las doctrinas medievales según el criterio de su conformidad a las Sagradas Escrituras. En particular, rechazó el complejo sistema sacramental de la Iglesia católica medieval, que permitía y justificaba prácticas como la "venta de indulgencias", según Lutero, un verdadero secuestro del Evangelio, el cual debía ser predicado libremente, y no vendido.

La Reforma protestante dependió del apoyo político de algunos príncipes y monarcas para poder formar Iglesias cristianas de ámbito estatal (posteriormente Iglesias nacionales). Los grandes exponentes de la Reforma Protestante fueron Martín Lutero y Juan Calvino.

Martín Lutero logró cambiar la historia por la osadía de escribir sus 95 tesis. Lutero quería impulsar una reforma de la Iglesia Católica Romana. Quería descifrar a través de las Sagradas Escrituras la relación entre Dios y los hombres. Una relación que hacía mucho tiempo había quedado aclarada, según la Iglesia Católica: Dios se dirigía a los hombres a través del Papa en Roma y a través de los representantes del Santo Padre, los sacerdotes y obispos. Pero para él no había una mediación apostólica entre Dios y lo hombres. Así, no siendo su intención, formó una nueva iglesia, y dio comienzo a la Reforma protestante, la cual causo demasiados conflictos en esa época y todos aquellos que apoyaran a Lutero serian perseguidos por la Iglesia y si los encontraban siguiendo el protestantismo era probable que los sancionaran o apresaran.

Lutero oficiaba desde 1514 como sacerdote en la Iglesia de la ciudad de Wittenberg. Para Granados (1996) su comunidad apreciaba al popular predicador que se había hecho notar por su talento retórico. Su estudio de la Biblia, llegó a la respuesta de algo que se había preguntado desde que se ordenó monje: La certeza de salvación. Según el catolicismo, para ganarse la salvación personal, se necesitaban buenas obras y fe en Dios. Pero Lutero pensaba diferente, para él los seres humanos eran impotentes ante Dios todopoderoso, y no existían suficientes obras buenas para salvarse. Acabó por creer que lo más importante era la buena fe en Dios, no importaban las obras buenas para la salvación, si un individuo tiene fe, Dios lo hace justo y digno de salvarse. Esta idea se convirtió en la principal enseñanza de la reforma. Y por supuesto, como Lutero había llegado a esta conclusión por medio del estudio de la Biblia, está obra se convirtió tanto para él, como para los demás protestantes, la única fuente de verdades religiosas. La aparición de la imprenta permitió difundir las ideas de Lutero más allá de Wittenberg, la ciudad donde todo esto se llevó a cabo.

El detonante de la Reforma fue el comercio de indulgencias. Sus beneficios iban a ser destinados a la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma, pero también a mantener el lujoso estilo de vida del Papa Leo X. Esto era algo que a Lutero no le parecía. "Lutero no se consideraba un rebelde, pero se sentía muy contrariado por la venta generalizada de indulgencias, creía que la gente arruinaba sus posibilidades de salvación al comprar estos papeles". (Spielvogel, 2011, p.21). Así que buscando poner un alto a lo que él consideraba anomalías de la Iglesia Católica Romana, el 31 de octubre de 1517, escribió sus 95 tesis en contra de estas. No era su intención entrar en conflicto con el Papa ni mucho menos con la Iglesia, pero al Papa Leo X no le pareció, y lo mandó a la Dieta Imperial de Worms, donde Lutero no se desdijo de su tesis. Por ello fue declarado un acto fuera de la ley. Tuvo que huir de los alguaciles de la Inquisición, pero pudo contar con un amplio apoyo de la población, entre ellos el príncipe elector de Sajonia, Federico III. Lo ocultó en el castillo de Wartburg, donde se dedicó a traducir el Nuevo Testamento al alemán, bajo el seudónimo de Caballero Jorge.

En 1520, Lutero comenzó a moverse hacia un rompimiento más definitivo con la Iglesia Católica. Convocó a los príncipes germánicos para derrocar al papado en Alemania y establecer una Iglesia germánica reformada. También atacó el sistema de sacramentos de la Iglesia, porque pensaba que eran el medio por el cual el Papa y al Iglesia habían destruido el verdadero significado del Evangelio durante años. Solo conservo dos: el Bautismo y la Eucaristía. Y también pedía que los clérigos se casaran, lo que iba en contra del antiguo requisito de la Iglesia. La Iglesia no lo aceptó. Carlos V trató de convencer a Lutero que cambiara de opinión, pero se negó. El joven emperador pensaba que un simple fraile que va en contra de toda la cristiandad de mil años tenía que estar equivocado.

Las enseñanzas de Lutero se propagaron rápidamente en el continente europeo, que la gracia de dios no se gana haciendo obras buenas, en pocas palabras, la justificación por la sola fe. Esta enseñanza se convirtió en la principal de la Reforma. Cuando Lutero tenía todo este movimiento, una serie de papas dejaron de cumplir las necesidades espirituales de la Iglesia. Se suponía que estos papas eran directores espirituales de la Iglesia Católica, pero como jefes de los Estados Pontificios, estaban más interesados en la política y en sus intereses mundanos que en los asuntos espirituales debido a que estos asuntos políticos eran los causantes de que la Iglesia ganara mucho dinero y de una forma rápida.

Gracias a quienes se atrevieron a destacar los aspectos negativos de una Iglesia dueña de la mayor parte de riqueza en el mundo, se inicio una época Reformadora. Todo esto comenzó en el país de Alemania en el siglo XVI, tiempo en el cual el sistema eclesiástico

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