Revisión del Marxismo

Revisión del Marxismo

En los 1900 existió una descomposición en el pensamiento marxista, en gran parte fomentada por Edouard Bernstein y su libro Die Voraussetzungen des Sozialismus en 1899, donde desacredita el materialismo histórico, la teoría de plusvalía y todo pensamiento esencial marxista. Dicho pensamiento se disolvería en dos corrientes principales de ideas. La corriente revisionista con sus “ciudades futuras” que no contaba con muchos partidarios y numerosas objeciones fueron presentadas a dicho sistema colectivista, por lo que se exigieron presentar planes de construcciones de ciudades que fueran más rápidas de realizar; y por otro lado, la otra corriente que seguiría siendo revolucionaria, fiel al marxismo puro, disuadiendo al mundo obrero de toda esperanza fuera del desplome del capitalismo o de una revolución violenta.

Existieron diversos autores y sistemas que efectivamente prueban la posibilidad de un equilibrio económico estable basando dicho sistema únicamente en la teoría del valor-trabajo. Las utopías de este nuevo género proponían la creación de empresas colectivas, pero con la desaparición de la propiedad privada y donde el capitalista no ejerza poder sobre los trabajadores, una idea pues, de socialismo progresivo y corporativo; este último actualmente anhelado, pero siempre destinado al fracaso.

Lo que esta creación de sistemas y teorías de ciudades futuras dejo ver, fue el hartazgo social de principio del siglo XX con el régimen capitalista y el coqueteo del socialismo que nunca terminaron de aceptar los líderes de las masas obreras. La forma británica del socialismo fue el “laborismo”; idealistas morales que están en contra del materialismo histórico y el despilfarro social del capitalismo, que además carecía de un sustento teórico sólido, lo que llevaría a una extensión del dominio económico por parte del estado.

Por otra parte, en Francia el nacimiento del partido socialista unificado y el renacimiento de los sindicatos y en Bélgica la creación del partido obrero belga, son grandes referentes de esta disociación del marxismo y la adopción de ideales socialistas. No de la misma forma en Alemania, pues nunca se dejó de plantear los ideales de Marx, que si bien no fueron adoptados en su totalidad, si fueron elementales para eliminar al partido socialista alemán y dieron paso al régimen nacionalsocialista. Todas estas interpretaciones marxistas sin violencia generada por la lucha entre clases, dieron prueba de independencia de espíritu y cabe resalar a 3 idealistas de esta forma de pensar: Werner Sombart, Lucien Laurat y Henri de Man, que realizaban fuertes críticas y en otras ocasiones reestructuración de las teorías marxistas.

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