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Revolucion Francesa


Enviado por   •  18 de Marzo de 2014  •  4.642 Palabras (19 Páginas)  •  185 Visitas

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1. ANTECEDENTES Y SITUACIÓN DE FRANCIA A VÍSPERAS DE LA REVOLUCIÓN

1.1 ANTIGUO RÉGIMEN E FRANCIA Y LA OPOSICIÓN A ESTE

Se entenderá por antiguo régimen a las situaciones económicas, políticas y sociales comprendidas en Francia y Europa en general hasta fines del siglo XVIII.

• Situación política

La organización política de Francia, hacia 1789, era monárquica. El rey pretendía que su poder derivaba de Dios, a quien únicamente debía cuenta de sus actos. Sus súbditos no tenían ningún derecho, solo el deber de obedecer.

El rey declaraba la guerra y hacía la paz; comandaba los ejércitos; determinaba los gastos y fijaba los impuestos; nombraba y destituía a los funcionarios y dirigía la administración completamente. Las provincias eran administradas por los intendentes, con poder arbitrario.

El rey cumplía el papel de legislador, y estas leyes eran la expresión de su propia voluntad, pues si bien debía tener en cuenta las "costumbres fundamentales del reino", tales costumbres eran contradictorias y vagas. Además, el rey dirigía la administración de justicia, pues esta se dictaba en su nombre y por funcionarios que el designaba. Se usaba el tormento para lograr la confesión de los acusados, a quienes se juzgaba en secreto y a los que se aplicaban las penas bárbaras de las marcas con hierros candentes, de la picota, del látigo y de la horca.

La libertad individual estaba amenazada constantemente por la policía, que podía aprehender a cualquiera con una simple orden del rey.

Existía la censura previa y no existía la libertad de consciencia.

En conclusión el rey era quien tenia la soberanía absoluta.

• Situación económica

La industria estaba entorpecida con excesivas reglamentaciones e impuestos. Existían aduanas internas; las pesas y medidas variaban según las regiones; algunos artículos, como los cereales, debían consumirse en el lugar de producción; se aplicaban derechos de aduna que en muchos casos anulaban el intercambio.

• Situación social

En la sociedad francesa se distinguían tres estados o clases:

• El clero: era la primera de las clases sociales privilegiadas. Conservaba un gran prestigio e influencia. Además recibía los diezmos de los fieles, poseían extensas propiedades, que abarcaban la cuarta parte de la superficie de Francia, y como si fuera poco, no pagaban impuestos.

• La nobleza: esta era la segunda clase privilegiada formada por un número de personas análogo al del clero, que poseían tierras de parecida importancia y extensión. Percibían de los campesinos, que vivían en sus tierras, los antiguos derechos feudales, y sólo pagaban impuestos en casos especiales.

• En el tercer estado se distinguían distintas categorías, alguna de las cuales había logrado privilegios. La capa superior del estado llano era la burguesía; la inferior, los obreros y campesinos. Estos últimos soportaban pesadas cargas que, en la generalidad de los casos, les privaban de las cuatro quintas partes del fruto de su trabajo. Debían pagar los impuestos al estado, el diezmo a la iglesia y los derechos feudales al señor.

1.2 CAUSAS QUE LLEVARON A LA REVOLUCIÓN FRANCESA

la revolución francesa abarca un periodo de 10 años, durante los cuales se establecieron en toda Europa nuevas costumbres, nuevas tendencias espirituales y nuevos modos de pensamiento.

Las causas de la revolución francesa fueron en primer término las arbitrariedades y abuso del antiguo régimen(monarquía), ya mencionadas, y en segundo lugar la acción de los filósofos y enciclopedistas.

Las causas ocasionales de la revolución francesa fueron la debilidad de carácter del nuevo rey Luis XVI y la grave crisis financiera.

2. INICIO DE LA REVOLUCIÓN

la revolución francesa la dividiré en 4 etapas, para mayor explicación y entendimiento del tema.

2.1 Luis XVI y la Asamblea constituyente

Para solucionar los problemas económicos, el débil monarca Luis XVI convocó a los Estados Generales del Reino (una asamblea consultiva) que no se reunían desde 1614.

Esta convocatoria fue exigida por los "privilegiados" (clero y nobleza) quienes se negaban a pagar los tributos indispensables para conjurar la crisis económica. Los burgueses se aprovecharon de estas circunstancias y, ante la amenaza de la nobleza armada que pretendió mantener sus privilegios, movilizaron a toda la nación.

El pueblo salió a las calles de París y el 14 de julio de 1789, se apoderaron de la Bastilla. Esta prisión era el símbolo del absolutismo político y del régimen que se deseaba cambiar. En esta jornada, una muchedumbre de artesanos, obreros, tenderos, estudiantes y funcionarios se impusieron a las tropas reales.

Durante el transcurso de los diez años siguientes a estos acontecimientos, los ideales revolucionarios demostraron su fuerza. Se obtuvo la libertad política, la dictación de una Constitución que dividía los poderes del Estado para garantizar la libertad individual, para asegurar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y para permitir la expresión de la soberanía popular mediante el sufragio.

A fin de defender sus conquistas ante la reacción de la nobleza que se alió con los monarcas extranjeros, los burgueses revolucionarios exaltaron el principio de la nacionalidad identificando a la Nación con el Estado. Al comienzo, nadie pensó que la conquista de la libertad desataría la violencia y la destrucción, pero así sucedió.

La Asamblea Nacional Constituyente comenzó su actividad movida por los desórdenes y disturbios que estaban produciéndose en las provincias. El clero y la nobleza hubieron de renunciar a sus privilegios en la sesión celebrada durante la noche del 4 de agosto de 1789; la Asamblea aprobó una legislación por la que quedaba abolido el régimen feudal y señorial y se suprimía el diezmo, aunque se otorgaban compensaciones en ciertos casos. En otras leyes se prohibía la venta de cargos públicos y la extención tributaria de los estamentos privilegiados.

la Asamblea Nacional Constituyente se dispuso a comenzar su principal tarea, la redacción de una Constitución. En el preámbulo, denominado Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, los delegados formularon los ideales de la Revolución, sintetizados más tarde en tres principios, "Liberté, Égalité, Fraternité" ("Libertad, Igualdad, Fraternidad"). Mientras la Asamblea deliberaba, la hambrienta población de París, irritada por los rumores de conspiraciones monárquicas, reclamaba alimentos y soluciones. El 5 y el 6 de octubre, la población parisina, especialmente sus mujeres, marchó hacia Versalles y sitió el palacio real. Luis XVI y su familia fueron rescatados por La Fayette, quien les escoltó hasta París a petición del pueblo. Tras este suceso, algunos miembros conservadores de la Asamblea Constituyente, que acompañaron al rey a París, presentaron su dimisión. En la capital, la presión de los ciudadanos ejercía una influencia cada vez mayor en la corte y la Asamblea. El radicalismo se apoderó de la cámara, pero el objetivo original, la implantación de una monarquía constitucional como régimen político, aún se mantenía.

Luego de más de 2 años de trabajo para poder redactar una constitución moderada, para una monarquía liberal, el rey aceptó la constitución y juró solemnemente acatarla y cumplirla en todos sus detalles. Finalmente, el 30 de septiembre de 1791, los constituyentes declararon terminada su misión, iniciándose el nuevo régimen.

2.2 la Asamblea Legislativa

Dentro del nuevo sistema de gobierno, el poder legislativo lo desempeñaba la Asamblea Legislativa, compuesta por una sola cámara por 745 diputados, políticos, sin la experiencia de los constituyentes, ya que a propuesta de Robespierre, la anterior asamblea aprobó la prohibición de reelegir a sus miembros.

A la asamblea legislativa le tocó aplicar la constitución de 1791.

La monarquía constitucional no alcanzó a durar un año, pues la inestabilidad interior y el comienzo de las guerras de la Revolución con Europa, provocaron una segunda revolución en agosto de 1792, que estableció la primera república.

El grupo girondino desarrolló una política cada vez más violenta contra Luis XVI. Para desenmascarar al rey, y con la ilusión de extender por Europa los principios revolucionarios, los girondinos propiciaron la guerra, convencidos de que con ella unificarían a los patriotas frente a enemigos comunes.

El deseo de entablar una guerra se extendió rápidamente entre los monárquicos, que confiaban en la derrota del gobierno revolucionario y en la restauración del Antiguo Régimen, y entre los girondinos, que anhelaban un triunfo definitivo sobre los sectores reaccionarios tanto en el interior como en el exterior. El 20 de abril de 1792 la Asamblea Legislativa declaró la guerra al Sacro Imperio Romano.

Los ejércitos austríacos obtuvieron varias victorias en los Países Bajos austríacos gracias a ciertos errores del alto mando francés, formado mayoritariamente por monárquicos. La posterior invasión de Francia provocó importantes desórdenes en París. El gabinete de Roland cayó el 13 de junio, y la intranquilidad de la población se canalizó en un asalto a las Tullerías, la residencia de la familia real, una semana después. La Asamblea Legislativa declaró el estado de excepción el 11 de julio, después de que Cerdeña y Prusia se unieran a la guerra contra Francia. Se enviaron fuerzas de reserva para aliviar la difícil situación en el frente, y se solicitaron voluntarios de todo el país en la capital. Cuando los refuerzos procedentes de Marsella llegaron a París, iban cantando un himno patriótico conocido desde entonces como La Marsellesa. El descontento popular provocado por la gestión de los girondinos, que habían expresado su apoyo a la monarquía y habían rechazado la acusación de deserción presentada contra La Fayette, hizo aumentar la tensión. El malestar social, unido al efecto que generó el manifiesto del comandante aliado, Charles William de Ferdinand, duque de Brunswick, en el que amenazaba con destruir la capital si la familia real era maltratada, provocó una insurrección en París el 10 de agosto. Los insurgentes, dirigidos por elementos radicales de la capital y voluntarios nacionales que se dirigían al frente, asaltaron las Tullerías y asesinaron a la Guardia suiza del rey. Luis XVI y su familia se refugiaron en la cercana sala de reuniones de la Asamblea Legislativa, que no tardó en suspender en sus funciones al monarca y ponerle bajo arresto. A su vez, los insurrectos derrocaron al consejo de gobierno parisino, que fue reemplazado por un nuevo consejo ejecutivo provisional, la denominada Comuna de París.

La revolución popular del 10 de agosto tuvo grandes consecuencias:

• Se suspendió al rey , cesando por consiguiente la vigencia de la constitución de 1791.

• Se nombró un consejo Ejecutivo provisional, encargado de las funciones ejecutivas, dirigido por Dantón.

• Se elegiría, por sufragio universal una convención encargada de revisar la constitución.

• Se reconocía la Comuna de París como poder legítimo del estado. Esta comuna estaba en mano de los jacobinos , dirigidos por Roberspierre y Marat.

Entre el 2 y el 7 de septiembre, más de mil monárquicos y presuntos traidores apresados en diversos lugares de Francia, fueron sometidos a juicio y ejecutados. Los elementos desencadenantes de las denominadas 'Matanzas de Septiembre' fueron el temor de la población al avance de los ejércitos aliados contra Francia y los rumores sobre conspiraciones para derrocar al gobierno revolucionario. Un ejército francés, dirigido por el general Charles François Dumouriez, obtuvo una importante victoria en la batalla de Valmy frente a las tropas prusianas que avanzaban hacia París el 20 de septiembre.

2.3 La Convención

Un día después de la victoria de Valmy se reunió en París la Convención Nacional recién elegida. La primera decisión oficial adoptada por esta cámara fue la abolición de la monarquía y la proclamación de la I República. El consenso entre los principales grupos integrantes de la Convención no fue más allá de la aprobación de estas medidas iniciales. Sin embargo, ninguna facción se opuso al decreto presentado por los girondinos y promulgado el 19 de noviembre, por el cual Francia se comprometía a apoyar a todos los pueblos oprimidos de Europa. Las noticias que llegaban del frente semanalmente eran alentadoras: las tropas francesas habían pasado al ataque después de la batalla de Valmy y habían conquistado Maguncia, Frankfurt del Main, Niza, Saboya y los Países Bajos austríacos. Sin embargo, las disensiones se habían intensificado seriamente en el seno de la convención, donde el Llano dudaba entre conceder su apoyo a los conservadores girondinos o a los radicales montagnards. La primera gran prueba de fuerza se decidió en favor de estos últimos, que solicitaban que la Convención juzgara al rey por el cargo de traición y consiguieron que su propuesta fuera aprobada por mayoría. El monarca fue declarado culpable de la acusación imputada con el voto casi unánime de la Cámara el 15 de enero de 1793, pero no se produjo el mismo acuerdo al día siguiente, cuando había de decidirse la pena del acusado. Finalmente el rey fue condenado a muerte por 387 votos a favor frente a 334 votos en contra. Luis XVI fue guillotinado el 21 de enero.

La influencia de los girondinos en la Convención Nacional disminuyó enormemente tras la ejecución del rey. La falta de unidad mostrada por el grupo durante el juicio había dañado irreparablemente su prestigio nacional, bastante mermado desde hacía tiempo entre la población de París, más favorable a las tendencias jacobinas. Otro factor que determinó la caída girondina fueron las derrotas sufridas por los ejércitos franceses tras declarar la guerra a Gran Bretaña, las Provincias Unidas (actuales Países Bajos) el 1 de febrero de 1793, y a España el 7 de marzo, que se habían unido a la Primera Coalición contra Francia. Las propuestas de los jacobinos para fortalecer al gobierno ante las cruciales luchas a las que Francia debería enfrentarse desde ese momento fueron firmemente rechazadas por los girondinos. No obstante, a comienzos de marzo, la Convención votó a favor del reclutamiento de 300.000 hombres y envió comisionados especiales a varios departamentos para organizar la leva. Los sectores clericales y monárquicos enemigos de la Revolución incitaron a la rebelión a los campesinos de La Vendée, contrarios a tal medida. La guerra civil no tardó en extenderse a los departamentos vecinos. Los austríacos derrotaron al ejército de Dumouriez en Neerwinden el 18 de marzo, y éste desertó al enemigo. La huida del jefe del ejército, la guerra civil y el avance de las fuerzas enemigas a través de las fronteras de Francia provocó en la Convención una crisis entre los girondinos y los montagnards, en la que estos últimos pusieron de relieve la necesidad de emprender una acción contundente en defensa de la Revolución.

Durante este periodo también se impusieron importantes restricciones al poder de la Iglesia católica mediante una serie de artículos denominados Constitución civil del Clero:

Confiscación de los bienes eclesiásticos, se permitió al Estado emitir un nuevo tipo de papel moneda, los asignados, garantizado por las tierras confiscadas, los sacerdotes y obispos serian elegidos por los votantes, que recibieran una remuneración del Estado, Prestaran un juramento de lealtad al Estado
, que las órdenes monásticas fueran disueltas.

2.4 Directorio (participación de Napoleón)

fue un gobierno moderado que, ante el peligro de un retorno de la reacción o de un rebote del terror, acabó por ceder el poder a un joven general que se había distinguido por sus victorias contra los austríacos en Italia: Napoleón Bonaparte.

No habían pasado aún cinco meses desde que el Directorio asumiera el poder, cuando comenzó la primera fase (de marzo de 1796 a octubre de 1797) de las Guerras Napoleónicas. Los tres golpes de Estado que se produjeron durante este periodo —el 4 de septiembre de 1797 (18 de fructidor), el 11 de mayo de 1798 (22 de floreal) y el 18 de junio de 1799 (30 de pradial)—, reflejaban simplemente el reagrupamiento de las facciones políticas burguesas. Las derrotas militares sufridas por los ejércitos franceses en el verano de 1799, las dificultades económicas y los desórdenes sociales pusieron en peligro la supremacía política burguesa en Francia. Los ataques de la izquierda culminaron en una conspiración iniciada por el reformista agrario radical François Nöel Babeuf, que defendía una distribución equitativa de las tierras y los ingresos. Esta insurrección, que recibió el nombre de 'Conspiración de los Iguales', no llegó a producirse debido a que Babeuf fue traicionado por uno de sus compañeros y ejecutado el 28 de mayo de 1797. Luciano Bonaparte, presidente del Consejo de los Quinientos; Fouché, ministro de Policía; Sieyès, miembro del Directorio y Talleyrand-Perigord consideraban que esta crisis sólo podría superarse mediante una acción drástica. El golpe de Estado que tuvo lugar el 9 y 10 de noviembre derroco al Directorio. El general Napoleón Bonaparte, en aquellos momentos héroe de las últimas campañas, fue la figura central del golpe y de los acontecimientos que se produjeron posteriormente y que desembocaron en la Constitución del 24 de diciembre de 1799 que estableció el Consulado. Bonaparte, investido con poderes dictatoriales, utilizó el entusiasmo y el idealismo revolucionario de Francia para satisfacer sus propios intereses. Sin embargo, la involución parcial de la transformación del país se vio compensada por el hecho de que la Revolución se extendió a casi todos los rincones de Europa durante el periodo de las conquistas napoleónicas.

3. CONSECUENCIAS Y TRANSFORMACIONES DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA

Una consecuencia directa de la Revolución fue la abolición de la monarquía absoluta en Francia. Este proceso puso fin a los privilegios de la aristocracia y el clero. La servidumbre, los derechos feudales y los diezmos fueron eliminados; las propiedades se disgregaron y se introdujo el principio de distribución equitativa en el pago de impuestos. Gracias a la redistribución de la riqueza y de la propiedad de la tierra, Francia pasó a ser el país europeo con mayor proporción de pequeños propietarios independientes. Otras de las transformaciones sociales y económicas iniciadas durante este periodo fueron la supresión de la pena de prisión por deudas, la introducción del sistema métrico y la abolición del carácter prevaleciente de la primogenitura en la herencia de la propiedad territorial.

Se estableció un nuevo orden sobre la base de la Declaración de los Derechos del Hombre. La Declaración tiene un lugar muy importante en la historia del hombre.

El Sistema métrico fue otro efecto de la revolución, que posteriormente fue adoptado por toda Europa y algunos países asiáticos.

Aparición de La república, forma de Estado basada en el concepto de que la soberanía reside en el pueblo, quien delega el poder de gobernar en su nombre a un grupo de representantes y elegidos, fue implantada en Francia por la Convención que designó al jacobino Maximilaiano Robespierre como gobernador.

La Revolución también desempeñó un importante papel en el campo de la religión. Los principios de la libertad de culto y la libertad de expresión tal y como fueron enunciados en la Declaración de Derechos del hombre y del ciudadano, pese a no aplicarse en todo momento en el periodo revolucionario, condujeron a la concesión de la libertad de conciencia y de derechos civiles para los protestantes y los judíos. La Revolución inició el camino hacia la separación de la Iglesia y el Estado.

A grandes rasgos las consecuencias y transformaciones mas relevantes que trajo la revolución francesa además de las anteriormente nombradas y explicadas son:

• Se destruyó el sistema feudal.

• Se dio un fuerte golpe a la monarquía absoluta.

• Surgió la creación de una República de corte liberal.

• Se difundió la declaración de los Derechos del hombre.

• La separación de la Iglesia y del Estado en 1794 fue un antecedente para separar la religión de la política en otras partes del mundo.

• La burguesía amplió cada vez más su influencia en Europa.

• Se difundieron ideas democráticas.

• Los derechos y privilegios de los señores feudales fueron anulados.


• Comenzaron a surgir ideas de independencia en las colonias iberoamericanas.

• Se fomentaron los movimientos nacionalistas.

• Se dio la creación de un modelo de constitución, que fue ejemplo posteriormente de muchas legislaciones.

• Inicio de un “nuevo mundo”, y con esto me refiero a un nuevo régimen de gobierno, a una nueva forma de vida social, política y económica.

4. PERSONAJES QUE HICIERON PARTE DE LA REVOLUCIÓN Y QUE INFLUYERON EL ELLA.

EDMUND BURKE

(Dublín, 12 de enero de 1729 – Beaconsfield, 9 de julio de 1797), escritor y político, es considerado el padre del liberalismo-conservadurismo británico, tendencia que él llamaba old whigs (viejos liberales), en contraposición con los new whigs (liberales progresistas), quienes, al contrario de los old whigs, apoyaban la Revolución francesa.

Las necesidades económicas le hicieron por entonces dedicarse a la política. Nombrado en 1765 secretario privado de Rockingham, primer lord del Tesoro, ingresó en 1766 en el Parlamento y empezó una afortunada carrera. Sus facultades oratorias y la profundidad de su pensamiento concentraron en él grandes esperanzas. Declaró que sus intervenciones estaban más bien guiadas por la humanidad, la razón y la justicia que por consideraciones legales.

Durante ese periodo se ocupó de las cuestiones coloniales norteamericanas (discursos Sobre la tasa americana, 1774, y Conciliación con las colonias, 1775); como liberal, era partidario de su independencia. Entre 1762 y 1765 se interesó por la cuestión de India.

En 1773 fue a París, donde conoció a la Delfina y, en la tertulia de Julie de Lespinasse, a los enciclopedistas. Este viaje acentuó sus ideas conservadoras, que se decantaron por el consuetudinarismo: Burke era el más moderado de los liberales. Paymaster en 1783 en el gobierno Portland, al año siguiente, tras la victoria de Pitt, redujo sus actividades políticas, pues el Parlamento y la opinión popular rechazaban sus puntos de vista.

No era partidario de la revolución francesa, por el contrario estaba en desacuerdo con ella.

Publico una obra llamada REFLEXIONES DE LA REVOLUCION FRANCESA, la cual era una critica política a esta, escrita en forma de carta. En el siglo XX esta obra de Burke ejerció una importante influencia en los círculos intelectuales conservadores y liberalistas clásicos, donde sus argumentaciones fueron convertidas en una crítica del comunismo y otros programas políticos revolucionarios socialistas.

JOHANN GOTTLIEB FICHTE

(Rammenau, 19 de mayo de 1762 – Berlín, 27 de enero de 1814) fue un filósofo alemán de gran importancia en la historia del pensamiento occidental.

Su sistema filosófico abrió el llamado «idealismo alemán», y ejerció una notable influencia en Hegel y Schelling, entre otros. La búsqueda de un fundamento absoluto, partiendo del criticismo kantiano pero superando los límites que imponía, le llevó a afirmar un «Yo absoluto» que, a diferencia del kantiano, no se conoce como «representación», sino que se autoconstituye en la aprehensión intuitiva de sí mismo.

En cuanto a la revolución francesa era partidario de la instauración de la República pero sí defendió el empleo de la violencia revolucionaria porque era el único medio para derribar la monarquía absoluta. Incluso criticó a los autores contrarios a la Revolución porque ésta era una etapa en el camino a la libertad Pero Fichte se fue apartando con el tiempo de la Revolución porque consideró que no había alcanzado sus objetivos primigenios liberales.

ALEXIS DE TOCQUEVILLE

vizconde de Tocqueville (Verneuil-sur-Seine, Isla de Francia, 29 de julio de 1805 — Cannes, 16 de abril de 1859), fue un pensador, jurista, político e historiador francés, precursor de la sociología clásica y uno de los más importantes ideólogos del liberalismo; bisnieto del también político y ministro de Luis XVI, Guillaume-Chrétien de Lamoignon de Malesherbes.

Cuando comienza a trabajar en lo que llegará a ser El Antiguo Y Régimen y la Revolución, en 1852, Tocqueville ya tiene tras de sí una doble carrera de escritor político y hombre público. Desde muy joven triunfó en su vida literaria, dado que el primer volumen de La Democracia en América (1835) lo hizo famoso a los treinta años. El segundo, más general, más abstracto, no tuvo el mismo éxito cinco años después, no obstante que consolida su imagen de "Montesquieu del siglo XIX", pues pronto le abre las puertas de la Academia Francesa (1841).

Sin embargo, este autor consagrado, admirado, requerido, fue también un político solitario, poco dado a las simplificaciones inseparables de la vida pública y menos aún a los compromisos necesarios para la conquista del poder. Pese a que se eligiera diputado de Valognes, la circunscripción del castillo familiar, en 1839, jamás encontró un lugar conveniente en los partidos o en las agrupaciones del régimen de julio; ya sea porque le repelía ser el segundo sin tener temperamento de líder; o porque su filosofía política casi no se prestaba a los trabajos prácticos: era demasiado aristócrata y demasiado demócrata a la vez como para que le gustara la oligarquía burguesa de julio; tampoco le gustaba la Revolución lo suficiente como para sentirse a gusto dentro de la oposición republicana. Febrero de 1848 lo libera de Guizot, a quien detesta, pero trae nuevamente consigo el espectro revolucionario con su séquito de violencia y de ilusiones.

Para el La Revolución manifiesta en Francia la explosión de la idea de igualdad dentro de un país que no conoció o que desde hacía mucho tiempo se había olvidado de la libertad política, de manera que sobrepone sus efectos a los de la época que la precedió reforzando la propensión al despotismo del Estado.

MARIA ANTONIETA DE AUSTRIA

Nació en Viena el 2 de noviembre de 1755 y era una de las hijas del emperador del Sacro Imperio, Francisco I y de la emperatriz María Teresa. El objetivo de su matrimonio (1770) con Luis, delfín (príncipe heredero) de Francia, era consolidar una alianza entre este país y la dinastía de los Habsburgo. María Antonieta y Luis XVI tuvieron una hija y dos hijos después de que el monarca fuera coronado en 1774. La reina, que no contaba con el favor de los franceses por ser extranjera, hizo aumentar su impopularidad por su lealtad a los intereses austriacos, la mala reputación de algunas de sus amistades y su extravagancia, a la que se achacaron los problemas financieros del gobierno. Su supuesta implicación en el llamado asunto del collar de diamantes —un escándalo relacionado con la compra fraudulenta de algunas joyas en 1785— resultó particularmente perjudicial para su imagen pública.

Cuando estalló la Revolución en 1789, María Antonieta apoyó al sector intransigente de la corte que se negaba a llegar a un acuerdo con los revolucionarios moderados y pidió ayuda a su hermano, Leopoldo II, emperador del Sacro Imperio. Los reyes intentaron huir de París con el único de sus hijos que seguía con vida en 1791, pero fueron capturados y hechos prisioneros. La monarquía fue derrocada en 1792 y, tras la ejecución de Luis XVI, María Antonieta fue separada de su hijo y enviada ante el Tribunal Revolucionario al año siguiente, que la acusó de traición y la condenó a muerte. Fue guillotinada el 16 de octubre de 1793 en París.

MAXIMILIEN ROBESPIERRE

(Arras, 6 de mayo de 1758 – París, 28 de julio de 1794) fue un abogado, escritor, orador y político francés apodado «el Incorruptible». Fue uno de los más prominentes líderes de la Revolución francesa, diputado, presidente por dos veces de la Convención Nacional, miembro del Comité de Salvación Pública, entidad esta última que gobernó de facto durante el periodo revolucionario conocido como el Terror, y líder indiscutible de la facción más radical de los jacobinos.

Con Robespierre al frente, se estableció un gobierno revolucionario, el Comité de Salvación Pública, que suspendió algunas garantías constitucionales, mientras la situación de guerra pusiera en peligro la Revolución, y se utilizó el Terror, un estado de excepción, para perseguir, detener y, en su caso, guillotinar a los sospechosos de actividades contrarrevolucionarias. Ante la guerra y la crisis económica se tomaron toda una serie de medidas para favorecer a las clases populares y que fueron signo del nuevo carácter social de la República.

APRECIACIÓN FINAL

Para terminar y abarcar lo anterior dicho en esta monografía podemos decir que la revolución francesa fue un conflicto y/o proceso social y político muy grande que abarco Francia, donde sucedieron infinidad de acontecimientos, la mayoría en torno el enfrentamiento entre practicantes y opositores del antiguo régimen. Esta revolución empezó con la proclamación del tercer estado como asamblea nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799, aquella revolución trajo consecuencias muy significativas, no solo para Francia, si no también para Europa en general y para muchos países del resto del mundo. Por tanto se puede decir que la revolución francesa significo el transito de una sociedad del antiguo régimen heredera del feudalismo a una sociedad “capitalista” con un sistema económico basado en el mercado; a su vez esta revolución fue decisiva y marco el comienzo de un mundo contemporáneo ya que los revolucionarios franceses crearon un nuevo modelo de sociedad y estado, -partiendo con el hecho de que una de las grandes consecuencias fue la creación de un modelo de constitución, que fue base de muchas legislaciones del “nuevo mundo” - y se encargaron de difundirlo acentuarlo en cantidad de países del resto del mundo.

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