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Rubén Darío


Enviado por   •  28 de Febrero de 2014  •  Ensayos  •  570 Palabras (3 Páginas)  •  174 Visitas

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Rubén Darío

De invierno

En invernales horas, mirad a Carolina.

Medio apelotonada, descansa en el sillón,

envuelta con su abrigo de marta cibelina

y no lejos del fuego que brilla en el salón.

El fino angora blanco junto a ella se reclina,

rozando con su hocico la falda de Aleçón,

no lejos de las jarras de porcelana china

que medio oculta un biombo de seda del Japón.

Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño:

entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris;

voy a besar su rostro, rosado y halagüeño

como una rosa roja que fuera flor de lis.

Abre los ojos; mírame con su mirar risueño,

y en tanto cae la nieve del cielo de París.

Lo fatal

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura porque esa ya no siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,

y el temor de haber sido y un futuro terror...

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos,

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,

ni de dónde venimos!...

Margarita

¿Recuerdas que querías ser una Margarita

Gautier? Fijo en mi mente tu extraño rostro está,

cuando cenamos juntos, en la primera cita,

en una noche alegre que nunca volverá.

Tus labios escarlatas de púrpura maldita

sorbían el champaña del fino baccarat;

tus dedos deshojaban la blanca margarita,

«Sí... no... sí... no...» ¡y sabías que te adoraba ya!

Después, ¡oh flor de Histeria! llorabas y reías;

tus besos y tus lágrimas tuve en mi boca

...

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