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Tratado de los Pirineos


Enviado por   •  1 de Enero de 2023  •  Reseñas  •  961 Palabras (4 Páginas)  •  41 Visitas

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El texto trata sobre el tratado de los pirineos del año 1659, que puso fin a la guerra franco-española (1640-1659), que se saldó con una victoria francesa, que salió fortalecida frente a una debilitada monarquía hispánica, agotada tras un siglo de guerras continuas y con Portugal en abierta rebeldía contra la corte de Madrid. La paz se firmó en la isla de los faisanes, en el río Bidasoa y los firmantes fueron el cardenal Mazarino, representando a Luis XIV, y Luis de Haro, valido representante de Felipe IV. Este tratado es trascendental porque supone la pérdida de la Hegemonía militar española en favor de la Pujante Francia de Luis XIV.

Antecedentes

Francia entró en la guerra de los Treinta Años después de las victorias españolas contra los holandeses en 1625, contra los suecos en Nördlingen, en 1634 y por la invasión española del francófilo Electorado de Tréveris en 1635, tras la previa invasión francesa del hispanófilo Ducado de Lorena y Bar. En 1640 Francia comenzó a interferir en la política española, apoyando a los sublevados catalanes durante la sublevación de Cataluña, al tiempo que España apoyaba la Revuelta de la Fronda en 1648. En las negociaciones de la Paz de Westfalia y el Tratado de Münster en 1648, que pusieron fin a la guerra de los Treinta Años, Francia se anexionó los territorios del sur de Alsacia, además de controlar Lorena. Cerrando el llamado Camino Español que unía las posesiones españolas en Italia y en Flandes a través de Suiza y el Franco Condado. Las peticiones de Mazarino no fueron aceptadas por España, que firmó la paz con las Provincias Unidas y continuó la guerra con los franceses

Tras la derrota de los tercios españoles en la batalla de las Dunas en 1658 a manos de Franceses e Ingleses, la desastrosa situación española en los Países Bajos y el reciente revés en Portugal hicieron que Madrid se aviniese por fin a firmar la paz con Francia. El principal motivo para la negativa a pactar en 1656 había sido la oposición a casar a la infanta María Teresa con Luis XIV ante la ausencia de un heredero varón para la Corona española. Tras el nacimiento de varios herederos varones, España pidió la paz, que tuvo lugar un año después en 1659

Se acordó el fin de las hostilidades entre ambos reinos, la no interferencia en conflictos entre sus aliados, y en el caso de intervenir se debía informar a Versalles desde Madrid, y viceversa, esto siendo una clara referencia a la guerra que la Monarquía Hispánica estaba manteniendo con Portugal desde 1640 y al apoyo que Francia estaba otorgando a los rebeldes portugueses, en lo referente a las relaciones comerciales, interrumpidas desde la irrupción de Francia en la Guerra de los Treinta años en 1635, se reanudaron y se declaró que los súbditos de cada país pudiesen comerciar libremente siempre que respetasen las leyes del país correspondiente.

La Monarquía Hispánica tuvo que otorgar diversas concesiones territoriales al Reino de Francia, principalmente en Flandes destacando el Artois, a excepción de Renti, Saint Omer y Ayre, diversas plazas fuertes en Henao como Gravelinas y una parte del Ducado de Luxemburgo, concretamente Thionville, Montmedi, Damvillers, Ivoy, Marville y Chavenci por otro lado, apelando a que los Pirineos fueron la frontera natural desde los tiempos del imperio romano, la monarquía hispánica entregó a Francia el territorio del Rosellón, destacando su capital, Perpiñán, el Conflans y parte de la Cerdaña. Frontera que se ha mantenido intacta hasta nuestros días, siguiendo la cordillera pirenaica a excepción de los enclaves de Livia y el valle de Arán.

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