UNA HISTORIA RECIENTE PARA NUESTRO PASADO: REFLEXIONES EN TORNO A LA PRODUCCIÓN HISTORIOGRÁFICA LOCAL

Introducción

“Con todo lo que el ingenio del historiador pueda permitirle utilizar para fabricar su miel, a falta de las flores usuales. Por tanto, con palabras. Con signos. Con paisajes y con tejas. (…) Con todo lo que siendo del hombre depende del hombre, sirve al hombre, expresa el hombre (…)”. Este conocido fragmento de unos de los libros más visitados por los historiadores y estudiantes de Historia de todo el mundo anunciaba, hace ya varias décadas, lo que hoy parece una realidad insoslayable: la ampliación del concepto de fuentes históricas. Entonces, lo que en principio comprendía un posicionamiento teórico-historiográfico en la forma de entender la ‘materia prima’ del historiador, en la actualidad nos sirve para reflejar un conjunto de desplazamientos, tensiones y mutaciones en el campo de la Historia en particular y de las ciencias sociales en general.

Dentro de ese abanico de transformaciones, nos interesa concentrarnos en dos: el tránsito que se produce desde los abordajes macro-históricos a los que privilegian la dimensión micro-histórica y la nueva centralidad que adquiere en la preocupación de algunos historiadores las problemáticas vinculadas al pasado reciente. El primero de los procesos señalados – entre otras cuestiones – posibilitó el cuestionamiento de relatos generalizantes y homogeneizantes construidos bajo una lógica ‘nacional’; mostrando, a su vez, las posibilidades analíticas de la perspectiva historiográfica regional. En tanto que el segundo de los procesos señalados, la posibilidad de los historiadores de trabajar con temporalidades más cercanas, ha ampliado el universo de estudio de los mismos al ‘tiempo presente’, indagando problemáticas – desde diversos abordajes teóricos y metodológicos – sobre la última dictadura militar así como también a los procesos que van desde la transición democrática a la crisis del 2001.

Estas transformaciones en las orientaciones de la producción historiográfica argentina, sumadas a las que tuvieron lugar en los contenidos prescriptos por las currículas oficiales, en las cuales pasaron a ocupar un lugar privilegiado tanto el pasado reciente como los procesos vinculados a la escala local/regional, plantean algunos desafíos y cuestiones a resolver para los historiadores. Entre ellos podemos mencionar: ¿cómo compatibilizar la escaza producción existente a los requisitos curriculares? O en definitiva ¿cómo construir una historia del siglo XX, más sustantiva, con anclaje en lo local? A la par resulta conveniente indagar ¿con qué elementos contamos para llevar adelante este desafío?

Teniendo en cuenta lo anteriormente planteado, el objetivo de esta reflexión es tratar de aportar algunos indicios sobre los mencionados interrogantes. Para ello, la hemos estructurado en dos apartados. En el primero, comentaremos algunas de las características de

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