Venezuela

INTRODUCCIÓN

Estudiar la historia del teatro es analizar tendencias, estilos, labores histriónicas, destrezas de dirección y puesta en escena hasta llegar a la crítica teatral. En el universo de la historia teatral venezolana, la búsqueda de la memoria arroja la ausencia de publicaciones que reflejen este proceso, para encontrar un panorama desolador y un caldo de cultivo para el olvido.

Es esto lo que motiva la realización de este proyecto, cuya finalidad es explorar parte de la historia teatral venezolana a través de los ojos de Guillermo Feo Calcaño, crítico teatral cuya labor se conoce vagamente peor se recuerda con distinción.

Recorrido teatral que se hará por un período tan rico como el que se comprende entre los años 1940 y 1970, así pues, se espera que el lector disfrute de este acercamiento a la obra crítica y a su vez valore esta otra manera de ver el arte dramático venezolano y su historia.

REFERENCIAS HISTÓRICAS

“ En un país como la Venezuela de 1935, sin proletariado industrial y gobernado por oligarquía feudal aliada con el poder norteamericano, un Partido Comunista ortodoxo y obediente a Moscú sería tan exótico como un oso polar en el trópico, y se encontraría más o menos igualmente imponente e incómodo. Tal vez llegaría el día cuando los análisis y las previsiones del marxismo-leninismo podrían aplicarse tal cual en Venezuela. Entre tanto, y para todo el futuro previsible, la única manera ( inclusive marxista) de intentar impulsar reformas deseables y avances elementales, sería la formación de una alianza amplia de campesinos, obreros, intelectuales, profesionales universitarios, estudiantes, empresarios de espíritu moderno, etc. ; es decir que todos los que podrían tener deseo o interés en contribuir a la modernización de una sociedad que permanecía esencialmente rural y feudal, pero que estaba a la vez comenzando a sacudirse por el trauma ( y el estímulo) de la presencia en su seno de un sector industrial ( el petróleo) exótico, dinámico, moderno, manejado por y para extranjeros.”

RANGEL, Carlos. “ Del buen salvaje al buen revolucionario”

La obra de Guillermo Feo Calcaño en el quehacer teatral venezolano, transcurre durante uno de los períodos más importantes de la historia del país, se está hablando de una época de grandes avances y desarrollos, no sólo en el ámbito teatral sino también en el ámbito político, económico, social, demográfico y cultural.

Durante los anos 1940 y 1970, Venezuela experimentó un desarrollo y un crecimiento abrumador acompañado de grandes cambios.

Para efectos de esta investigación, se tratará de condensar aquellos hechos que marcaron un punto importante en la historia, pasando a ser datos, referencias por tratarse de una ojeada rápida y quizás corta de 30 años de historia, para así ubicarse espacio- temporalmente con el crítico y comprender más de cerca sus trabajos.

REFERENCIAS POLITICAS

Tras la tiranía de Juan Vicente Gómez desde 1908 hasta su muerte en 1935, Venezuela entra en la década de 1940 bajo la presidencia del general Eleazar López Contreras, quien no vaciló en emplear la represión ( disolución de partidos y exilio de líderes emergentes) a la vez que orquestaba el culto bolivariano para conjugar formas tradicionales y caducas con las nuevas que surgían, pero también creyendo que “ el pueblo venezolano no está maduro para el ejercicio de la democracia”. Continuó así el ejercicio autoritario del poder y el respeto aparente de las formas republicanas.

Conforme a la tradición, López Contreras apadrina en 1941 la subida de su reemplazante: escoge a su Ministro de Guerra y Marina, el general Isaías Medina Angarita, quien toma posesión de la presidencia el 5 de Mayo de 1941.

A partir de entonces, comienza en Venezuela una apertura sostenida y creciente para salir del atraso en cuanto a derechos ciudadanos y del individuo. Por primera vez en el siglo y probablemente en toda su existencia, el pueblo venezolano comenzó a disfrutar de diversas libertades: política, de opinión, de agrupación, y otras. Medina Angarita auspicia el uso libérrimo de las garantías ciudadanas. Su carácter respetuoso de la persona humana lo lleva a legalizar partidos políticos y a permitir su activación sindical. Sus aciertos políticos obedecían en parte

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