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Via Chilena Al Socialismo


Enviado por   •  22 de Febrero de 2015  •  6.904 Palabras (28 Páginas)  •  174 Visitas

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DE LA CONTRARREVOLUCION A LA REVOLUCION CAPITALISTA, 1973-1976.

Patricio Quiroga Z.

El presente artículo, “De la contrarrevolución a la revolución capitalista, 1973-1976”, empleando técnicas del análisis de coyuntura historiográfico, reconstruye un corto período en la formación del Estado de excepción, aquel que va desde la contrarrevolución triunfante (11 de septiembre, 1973) hasta la fase de inicio de la revolución capitalista (28 de diciembre, 1976). El estudio confronta a la historiografía dominante en dos dimensiones: aquella que ha llegado a presentar el período de la contrarrevolución triunfante como el de una revolución capitalista desde sus inicios, ignorando la transición que medió entre una fase y otra y que culminó con la transformación total del sistema, caracterizado por el cambio de Estado, del modelo de desarrollo, del sistema político y de la cultura; y, al mismo tiempo, deja en evidencia que no existió obra alguna de liberación y que por el contrario sólo a través del terror de Estado se logró articular el nuevo sistema de dominio. Por otra parte, “De la contrarrevolución a la revolución capitalista”, es una contribución al ejercicio de la memoria histórica, sobre todo cuando antiguos adversarios del modelo hoy día lo asumen.

Introducción.- Los cincuenta no fueron solamente los años del bolero, del éxito arrollador de la gomina Brancato, o de la irrupción de los “jóvenes coléricos” y sus ruidosas motocicletas, fue mucho más que eso. Fueron años de incubación de tempestades sociales, de una crisis no-resuelta en el modo de desarrollo que precipitó el disenso político y social en un contexto de agudas convulsiones nacionales e internacionales .

Cuatro Presidentes de la República, entre 1952 y 1973, tomando nota de la situación, intentaron revertir la crisis del modelo de sustitución de importaciones. Ibáñez del Campo no pudo modificar el modelo de inversión estatal y tampoco pudo reducir la creciente politización de la sociedad civil, Jorge Alessandri intentó poner fin a la crisis minimizando el rol de Estado, aumentando la deuda pública y recortando los salarios, sin embargo, sólo logró consolidar el modelo sustitutivo y profundizar la crisis social, en el contexto de un fenómeno común para América Latina como fue la revolución de las expectativas, un fenómeno sociológico que dio forma a un imaginario colectivo ligado a la idea de la transformación estructural o lisa y llanamente a la idea-fuerza de la revolución, por efectos de la aparición de un fuerte movimiento obrero y popular en consonancia con la industrialización, el fortalecimiento del campo socialista, la explosión de los movimientos de liberación nacional, el impacto de la revolución cubana y la expansión de la teoría crítica… de allí la profundidad de las reformas de carácter neocapitalistas del gobierno de Frei Montalva, cambios modernizadores que indudablemente transformaron la faz del país, pero que no lograron satisfacer las aspiraciones de un fuerte movimiento político y social que intentó con Salvador Allende forjar un nuevo tipo de sociedad, alterando la forma y tipo de Estado imperante, apoyándose en un sujeto histórico políticamente-activo, movilizado por un proyecto de sociedad, un programa de gobierno, una estrategia para el período y una táctica de amplias alianzas político-sociales, operando en profundidad anti-sistémica en un sistema político que desde 1958 reflejaba los logros en las luchas por la construcción de democracia de los sectores subalternos.

Pero la experiencia de la Unidad Popular proclamaba la ruptura-progresiva del modo de desarrollo imperante, proponiendo una estrategia que en el plano de la economía, no obstante mantener el modelo industrializador, una franja capitalista y una mixta, se planteaba en la perspectiva del cambio socialista… pero esto implicaba la transformación de la sociedad en todas sus dimensiones, y especialmente en lo que al derecho de propiedad se refiere, por lo cual la respuesta no se hizo esperar, partió en la campaña presidencial de 1969 y progresivamente fue transformándose en una estrategia de aniquilamiento no sólo del proyecto, sino de todo el proceso modernizador por medio del cual Chile entraba en la modernidad, se trataba de la eliminación de las reformas políticas de 1958, de poner fin a las reformas económicas (industrialización, reforma agraria…), detener la aparición de una nueva cultura y extirpar el imaginario de cambios… pero eso requirió del empleo de formas agudas de violencia por la vía del terror de Estado que se puso en práctica el 11 de septiembre de 1973. Fórmula que superó la primera gran crisis del modo de desarrollo y de la forma de Estado, porque ahora con militares practicando una guerra por cuenta propia, la élite amenazada podría conformar un nuevo modelo para nuevamente jugar el rol de clase-reinante, razón de los diecisiete años de autoritarismo.

La contrarrevolución.- El golpe de Estado resolvió de facto un doble quebranto para las derechas y el nacionalismo extremo: les devolvió el poder total después de casi medio siglo, e inició la superación de la crisis vigente desde mediados de los años cincuenta, pasando de una contrarrevolución a una revolución capitalista en tres años.

Ahora bien, el 11 de septiembre marca la fecha de las operaciones militares exitosas para la toma del poder, hecho históricamente posible por la anterior derrota política del proyecto de la Unidad Popular, proceso sellado el 22 de agosto de 1973 cuando quedó terminada la vía político-institucional al ser declarado en interdicción el gobierno por la alianza PN-DC … de allí sólo era cuestión de tiempo el quiebre de la democracia y la construcción del nuevo Estado, cuya primera fase se inició, como he señalado anteriormente, con una contrarrevolución triunfante. Ahora bien, este es un tiempo un tanto confundido en nuestras ciencias sociales, puesto que numerosos análisis centran la atención en la perspectiva económica, sin recorrer el camino de la construcción del poder que permitió el cambio. Fue el tiempo-coyuntural de la concentración del poder, de manera que, desde el 11 de septiembre de 1973 hasta el 28 de diciembre de 1976, son años y días que marcan a fuego la transición de una democracia cuestionada a la revolución capitalista.

La concentración del poder político no puede pensarse como una empresa claramente diseñada. De hecho, durante algunas semanas los militares se vieron ante la disyuntiva de restaurar prontamente la democracia y devolver el poder a los civiles, o bien iniciar la empresa de refundación de la nación. Al respecto debe señalarse

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