A Partir De La Copa De Sangre

34 años después de que aquel viaje en tren y a la vida, que introducía a Neftalí, a Pablo que venía de la Guerra Civil, de regreso al territorio del sur de su país, hacia la memoria de su infancia, en medio de la espesa noche y lluvia; un 7 de octubre de 1973, cuando ya se cumplía cerca de un mes desde que se estaba derramando la sangre de cientos de corderos, y en su noche sombría, se divisa a lo lejos un escuadrón de fuerzas militares, que viaja en un viejo bus del transporte público por las calles vacías de Santiago. A poco andar el bus se detiene en una esquina, y bajan los soldados armados como hormigas con el fúnebre sonar de sus botas y fusiles. Con golpes de pie y con una lluvia de disparos ingresaron y allanaron violentamente un domicilio del centro cívico, en busca de aquel intelectual, político, partidista, de aquel artista, de aquel ideólogo terrorista, marxista leninista, revolucionario, y sindicado por la inteligencia militar, como objetivo de eliminación y tortura, al ser un ente subversivo capaz de diseminar el mal o elaborar alguna instancia reflexiva que pudiese amenazar la ya instaurada dictadura.

Por suerte esa noche en aquel lugar, la patrulla de soldados no encontró a nadie, sólo a un pobre perro que ladraba a las afueras del jardín, que lamentablemente también recibió los espolonazos de aquellos gorilas. La casa estaba vacía, sin moradores, pero llena de vida, de recuerdos, de alegrías y sueños, siendo hasta casi tentadora, por lo que el acto siguiente fue casi natural, había que buscar, pistas, nombres y lugares, había que revisar, había que robar, y para que no quedaran huellas había que destrozar y quemar, para que una vez más quedare impune una nueva barbarie.

Entre el desorden y caos de la situación, en un lugar destacado de la amplia biblioteca de sueños y recuerdos que decoraba el living de aquella habitación, un joven teniente de lentes, se detiene y esconde en su uniforme, un pequeño libro, como si fuera un gran tesoro, estaba autografiado y dedicado a aquel viejo compañero y amigo, ahora en hogar ausente, quizás ahora en la clandestinidad ojalá ya en el exilio.

Era un libro de Pablo, que escribía sobre un viaje y la vida de Neftalí, quizás donde hoy esta, quizás fue quemado o lanzado al mar, o solo estará escondido, quizás es uno más de los desaparecidos que como tantos ya no está. Pablo a la fecha de los eventos también ya había fallecido.

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