Ami- Regresa
Enviado por stalingara1234 • 28 de Agosto de 2011 • 9.764 Palabras (40 Páginas) • 1.643 Visitas
AMI REGRESA
Enrique Barrios
“Te alabo públicamente, Padre,
Señor del Cielo y de la Tierra,
porque has mantenido estas cosas
ocultas de sabios e intelectuales
y las revelaste a los niños”.
(Mateo 11:25)
“Hay un viejo misterio en el universo:
¿Porqué la vida?
¿Para qué la Creación?
Los intelectos se afanan, buscan
y no encuentran,
y como no encuentran,
inventan teorías,
pero el antiguo misterio
sólo al amor se revela,
a la conciencia iluminada por amor.
Privilegio de simples y sencillos,
como niños”.
(Introducción del pergamino del Viejo Krato, habitante del planeta Kia)
1
PARTE PRIMERA
Recuerdos de Ami.
Mi nombre es Pedrito X. La equis significa “misterio”, porque no puedo
revelar mi apellido. Ya sabrán la razón.
Soy un niño, estudiante y soltero; sin embargo, escribí un libro que se
hizo muy popular. Se titula “Ami, el niño de las estrellas”. Bueno, yo se lo dicté
a un primo aficionado a la literatura: Víctor. Él lo escribió. Trabaja en un banco.
En los ratos libres viene a mi casa a teclear en su máquina portátil. Así
realizamos el libro “Ami”.
Víctor opina que mi relato es una tontería, una fantasía para niños. Dice
que si se dignó a escribirla fue para ir “soltando la mano”, porque piensa editar
una novela, “un libro de verdad”. Algo serio, relacionado con “la tortura de la
frustración mental”... Una tontería así de aburrida.
Debido al éxito de “Ami”, libro que habla de estrellas, “ovnis” y amor,
Víctor quiere ambientar su novela en el espacio.
Siempre quiere saber como imagino yo los mundos o las personas
extraterrestres. Le respondo contándole lo que he visto, no lo que imagino. Él
piensa que mi relato no es real, que todo lo inventé. Dice que tengo mucha
facilidad para idear historias; sin embargo, lo que cuento en “Ami” no tiene un
pelo de fantasía.
Ami existe. Es un amigo mío, un visitante de otro mundo. Apareció en
una playa solitaria al caer la tarde, cuando el verano terminaba.
Podía adivinar mis pensamientos, planear como una gaviota y también
hipnotizar a los adultos. Parecía no tener más de ocho años, sin embargo
manejaba un “ovni” y era capaz de construir aparatos mucho más complicados
que un televisor. Dijo ser una especie de mensajero o maestro. Tal vez era un
adulto, pero con apariencia y corazón de niño.
En su vehículo espacial me llevó en sólo pocos minutos a conocer varios
países de la Tierra. Después fuimos a la Luna. No me gustó: demasiado árida.
Parecía un queso seco visto con lupa. Además, siempre estaba de noche,
aunque hubiese sol, porque el cielo se veía negro. En cambio, Ami disfrutaba
mirando la luna o cualquier cosa. Ami se regocijaba con todo; nada le
disgustaba, excepto comer carne: sentía lástima por los animalitos.
2
Más tarde me llevó a un mundo hermoso que se llamaba Ofir. Mejor
dicho, se llama Ofir, porque existe, es real. Está cerca de una estrella roja: un
sol cuatrocientas veces más grande que el nuestro.
Allá no se conoce el dinero. Todos toman según su necesidad y aportan
según su conciencia y buena voluntad. Como no hay personas deshonestas,
no es necesario que exista policías, candados, cadenas, muros, alambradas,
rejas o cerraduras; por eso mismo no se complican con documentos. No están
divididos por países: Ofir es una sola nación de hermanos, y como son
hermanos, no existen los ejércitos ni la guerra. Tampoco están divididos por
religiones. Consideran que Dios es amor. Eso es todo. Viven procurando hacer
el bien y superándose cada día, pero también se divierten mucho en forma
sana. Allá todo es libre; nada obligatorio.
Ami dijo que la Tierra podría vivir así, para eso es necesario que todos
conozcan lo que él vino a revelar, es decir, que el amor es la Ley fundamental
del universo. Con eso bien claro en todos los corazones, lo demás se dará muy
fácil. También dijo que si no lo hacemos, vamos a destruirnos
irremediablemente, porque mucho nivel científico y poco amor en las personas
es la fórmula ideal para que un mundo se autoelimine. Esto es lo que está
ocurriendo en la Tierra. Es que no somos civilizados.
Según Ami, civilizados son los
...