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Porque Ami


Enviado por   •  7 de Octubre de 2012  •  1.746 Palabras (7 Páginas)  •  325 Visitas

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UN BARCO, UN NAUFRAGIO

En la Navidad de 1986 yo tenía quince años y estaba haciendo un viaje en barco a Argentina con mi padre y mi hermana, que es tres años menor que yo. El barco era precioso, lleno de salas, bares, restaurantes, casino, piscina y shows todas las noches. El ambiente era estrictamente familiar, muchas abuelas, niños, padres y madres, todos pasando juntos la Navidad en la mañana, cena de gala por la noche y, durante la tarde, una vuelta por las dependencias del barco. Y fue en una de esas, n buen día, cuando vi a un tipo tropezar. En el apogeo de mis quince años, no pude resistirlo y me eché a reír. El debió de pensar que yo me estaba riendo con él, y no de él, y me correspondió con una sonrisa. Después de esos, nos cruzamos algunas veces, y cuando el barco atracó en Buenos Aires, se acercó a hablar conmigo. Supe que estaba terminando la Educación Física, que le gustaba hacer surf, que estaba viajando con sus padres y que también vivía en Sao Paulo. Y entre conversación y conversación, ya estaba perdidamente enamorada. Y después de que me besara, mejor ni hablar. ¡Sí… San Claus me había traído un tremendo regalo!

El viaje terminó, nos dimos los teléfonos y direcciones y quedamos en vernos en Sao Paulo. Dos días después me llamó. Yo iba a marcharme a Corumbá para pasar el resto de mis vacaciones con mis abuelos. Antes de eso vendría a verme. Me arregle y me senté a esperarlo. El corazón me latía fuerte, lleno de ansiedad. Las siete, Las ocho, las nueve y nada. A las diez, mi padre decide manifestarse:

__Hija, es mejor que te vayas a dormir, porque él ya no ve a venir.

__ ¡Sí va a venir, papá!

A las once, con los ojos llenos de lágrimas, me voy a mi cuarto.

Escucho a mi hermana decir desde el salón:

__Pobrecita…

Sí… el primer plantón jamás se olvida.

Nada como la casa de la abuela en vacaciones, llena de gente. Volver a ver a los primos, nuevos amigos, fiestas todas las noches y una plazuela con vistas al rio, donde el grupo se reúne. Así es mi dulce Corumbá, una pequeña ciudad en Mato Grosso do Sul, en la frontera con Bolivia, capital del pantanal.

Todo iba muy bien, hasta se me había olvidado lo ocurrido, cuando un día él me llama. ¡Será posible!, estoy soñando. ¿Era verdad? Charlamos un poco, me dio una explicación ridícula sobre aquel día y me pidió que lo llamara a la vuelta. Lo llamé y empezamos a salir. El era entretenido, me trataba bien y me llenaba de regalos. Venía a mi casa loa fines de semana, salíamos a comer, íbamos al cine… Un típico lagoteó burgués. En esa época yo vivía con mi padre, a quien no le gustaba nada esta historia. Creía que yo era muy niña para estar saliendo con un tipo de veinte años. Y eso que mi padre no sabía que en realidad tenía veinticinco

__era diez años mayor que yo.

La cosa empezó a ir más en serio, como en cualquier noviazgo. Me visitaba casi todo los días, y cuando mi padre refunfuñaba, yo corría a la casa de mi madre (típica táctica de los hijos de padres separados). Entonces apareció un asunto nuevo: el sexo.

Yo creo que ya deberíamos a tener relaciones: llevamos más de seis meses saliendo. Ya no soy un niño pequeño y me estoy aburriendo con este cuento.

“¿Y ahora qué hago? ¿Estaré preparada ¿Si no tengo relaciones con él, apuesto que me deja. A lo mejor tiene razón, llego el momento. Bueno déjame pensarlo. ¿Qué se yo de sexo? Todo, porque cuando tenía cinco años mi madre me leyó el libro De donde vienen los bebés. En las clases de Biología aprendí sobre los espermatozoides, el ovulo, la vagina y el pene. En la televisión he visto todas las escenas románticas y hasta unas películas nacionales eróticas. Listo, ahora es cuestión de mezclarlo todo y ya tenemos una relación sexual”.

Como sus padres estaban de viaje, nos quedamos solos en su casa.

Apagó la luz y empezó a besarme.

__Pero yo no quiero hacer nada, ¿vale?

__Vale, está bien.

Me sacó la ropa y después se quito la suya. Estábamos acariciándonos cuando sentí que iba a penetrarme:

__Para. Me dijiste que no harías nada.

__Solo un poco. Te prometo que no te va a doler.

Terminé dejándole, creo que más por curiosidad que por otra cosa. De repente paró y se salió de encima. ¿Alguien me puede explicar qué está pasando?

__Es que no puedo acabar dentro de ti, o si no te dejo embarazada.

Es verdad. Se me había olvidado ese detalle. ¡Quieres decir que eso es todo? ¿Esto es tener relaciones?

__Eh… ¿No te vas a poner a llorar ahora?

__Es que pensé…

__Déjalo, que ya pasó.

Entonces es así… Ya tuvimos relaciones. ¿Pero cómo? ¿Dónde está el champán, la chimenea? No era lo que esperaba. ¡Vaya! ¡Qué raro, qué asco, que horrible! ¿Por qué nadie me explicó que era así? ¿Y qué es de meter

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