De Las Revueltas A Las Revoluciones. Alberto Tenenti

La obra de este autor de nacionalidad italiana es un estudio historiográfico que describe detalladamente una fase de conmociones internas en Europa, abordando las causas, el desarrollo y las consecuencias de las revueltas que derivaron en conflictos armados, revoluciones, movimientos y luchas independentistas inclusive, que se iniciaron con la revuelta de los husitas en Bohemia y con la guerra de los campesinos alemanes, que pasó por las alteraciones de Aragón y las sublevaciones de Cataluña y de Nápoles y vino a culminar con dos grandes acontecimientos -la sublevación de Holanda contra la corona española y la guerra civil inglesa, con sus consecuencias en el plano político y filosófico- que anunciaban ya el tránsito entre estas revueltas y las grandes revoluciones. Entre estos el autor se centra en este periodo que abarca entre los siglos XV y XVII con el propósito de reconocer y poder detectar un periodo de la historia moderna que efectivamente, según el mismo autor en su introducción, pudiera clasificarse como un periodo de tránsito entre las revueltas, tanto de carácter político, religioso, económico, etc., hacia las revoluciones que fueron anteriormente nombradas y que fueron detalladas en la obra del autor italiano, debido a su importancia histórica en la conformación de las futuras identidades nacionales y la conformación en los siglos posteriores, e incluso en los de inicio de la modernidad, de los Estados Nacionales europeos. Sin embargo la obra se centra principalmente en el análisis de estos acontecimientos (como la rebelión de los campesinos en Alemania en la primera mitad del siglo XVI, analizada desde el contexto en que surge el protestantismo con su consecuente Reforma Protestante, vinculada a las circunstancias culturales y sociales que la precedieron) acorde a las causas culturales, religiosas y ético-sociales que dieron lugar a las revueltas y, más tarde, a las luchas armadas, aunque en el seno de esas sociedades europeas se viera con recelo, debido a la fuerte impronta que dominaba la mentalidad moderna en sus comienzos (una mentalidad filosófica y ética sumamente cristiana) que demonizaba cualquier intento de cambiar el orden establecido, la estructura social y las instituciones (como el actuar del calvinismo en Francia, con su lucha civil de cuarenta años, y los Países Bajos, los campesinos en Alemania, además de los conflictos en Escocia e Inglaterra, el protestantismo en prácticamente toda Europa occidental). Todas revueltas y revoluciones que para el escritor son de importancia universal, pues sus alcances mundiales prepararon para los grandes cambios del siglo XVIII.

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