EL MAPA Y EL TERRITORIO

EL MAPA Y EL TERRITORIO

                      -Michel Houellebecq –

La reflexión de la novela se realiza desde el inicio de ésta. La descripción de este departamento que compraste por el discurso “hecho por un artista para un artista” dónde el calentador no funciona y para arreglarlo necesitas conseguir agentes externos por tu propia cuenta pues tus quejas jamás van a ser atendidas por la dependencia a cargo, y que a pesar de saber que  la solución solo sea temporal, funciona, pues resuelve el conflicto al momento sin embargo en un futuro se necesitara una nueva reparación y de igual manera habrá que resolverlo.

El conflicto de vivir en la ciudad implica una pérdida de libertad, nos vamos perdiendo en la inmensidad del tiempo, la vida solo comienza a transcurrir, se va en instantes que por mucho que nos relacionemos con los demás, estamos solos en este mundo, cómo ocurría con el padre de Jed, al final de cuenta todo el personal que tenía no estaba a su servicio, simplemente estaban a la espera de quién se quedaría a cargo del despacho.

La visión de Houellebecq es complicada pero objetiva <> Este artista parisiano que ni siquiera se consideraba a sí mismo un artista y de pronto se le ocurre una idea y trabaja en ella: fotografiar mapas de carreteras francesas y plasmar oficios. Y que sin verlo ya esta inmerso en este arte contemporáneo víctima del sistema ciudad.

El escenario propuesto por esta obra de Michel Houellebecq nos permiten pensar y evaluar nuestra situación como hombres insertos en un modelo que, antropocéntrico, batallamos en contra de la condición y la felicidad humana. Frente a la reproducción de una especie de realismo ingenuo por parte del sistema, en donde no cabe siquiera la chance de la posibilidad de un cambio que desarticule sus bases en función del bienestar humano.

Vivimos en una época de masificación, de productos manufacturados en serie. De alimentos procesados según un sistema y calidad reproducidos de manera idéntica en todos los rincones del planeta. Todo esto consumido y adquirido por sociedades e individuos progresivamente más similares entre sí.

La aspiración personal es no desentonar, ser idéntico al resto con solo un poco de espacio para la distinción personal y ésta resulta también como producto de la manufactura, ejerciéndolo en acciones tan simples como elegir un “outfit”.

Queremos generar una acumulación de riqueza en el menor tiempo y esfuerzo posible y no es una cuestión generacional es una perversidad del mundo actual a partir de nuestro modo de producción por excelencia que es el capitalismo.

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