ERICH FROMM

TENER Y SER

ERICH FROMM

Filósofo humanista, sicólogo social y destacado sicoanalista, nacido el 23 de marzo de 1900 murió el 18 de marzo de 1980, toda su historia como escritor se conoció como un entendedor de la vida misma, de cómo el hombre es hombre y como con el tiempo es esclavo de sus necesidades de poder, no solo en el libro objeto de ésta reseña, también lo podemos observar en apartes de su obra “el corazón del hombre” donde expía que el “hombre se ha transformado a si mismo en un bien de consumo y siente su vida como un capital que debe invertirse provechosamente, el hombre se ha convertido en un consumidor eterno y el mundo para el no es mas que un objeto para calmar su apetito”. Asi las cosas encontramos un autor bastante crítico y con inefables sentimientos de critica hacia el hombre y como pone en movimiento su vida, siendo lobo y cordero, opresor y oprimido, por su necesidad de satisfacción.

El hombre vive en un modo de tener, esto nos lo refleja desde el inicio mismo donde la propiedad privada da a luz su existencia, este concepto se entiende como quiere ser dueño absoluto de “algo” que le permita sentirse a si mismo poderoso, esto se ve reflejado también cuando quiere ser dueño de “alguien” y en una sociedad machista se presenta en forma de circulo vicioso, al marido poseer y mandar sobre la mujer, ésta a su vez esclava de su hogar ejerce la rigurosidad sobre sus hijos, y estos al crecer repiten la misma historia, somos de cadenas pero hemos visto cambios considerables en los últimos tiempos, especialmente en países desarrollados, donde el individualismo y como nos vemos a nosotros mismos desde toda perspectiva es el principal fin de la búsqueda de identidad.

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El hombre necesita tener propiedades llámense de distintas formas, a veces solamente con el tener una rutina y no querer salir de esta, le hace sentir seguro, alterar su comportamiento lo puede desorientar y sentir que pierde su identidad, que está siendo de alguna manera atacado, por esto habla de sus enfermedades, de su médico, de tal forma que todo a su paso por la vida le pertenece, esto se presenta a toda edad sin distinción de ella, desde los más jóvenes que pensaron cambiar el mundo desechando todo lo tradicional hasta grades revoluciones como la de las mujeres que se desyugaron del hombre, los hijos que viven su vida a su antojo, y la del sexo que deja de alguna manera de ser un tabí inhibidor humano.

Indagando en la analogía del tener y del ser, encontramos que el tener se refiere a la posesión como ya fue descrito, pero, ¿que queda después de ello? la experiencia, que es en principio indescriptible. Es indescriptible ya que en ocasiones las palabras no son suficientes para ser la experiencia en si, solo son señaladores de la misma. Cuando el hombre se decida a que prevalezca la experiencia ( el ser) podrá ser realmente libre y dejar las ataduras que lo hacen sometido a un mundo vacío y hueco (tener) que solo le obedece a sentimientos inmediatos y que de nuevo necesitará sentir para mantener esta necesidad calmada, pero al no encontrarse a si mismo es innegable que nunca saciará su sed de ambición y egocentrismo.

La actividad y la pasividad están bastantes presentes en las actuaciones del ser humano, y estos mismos conceptos son definidos de diferentes formas, no se entienda por pasividad el hecho anulador de la primera, por el contrario son complementarias, bien desde el punto de vista que el hombre que así mismo se dedicaba a su vida espiritual y plenamente se identificaba con ella, reaccionaba por instinto con actividad , pero en estos tiempos donde el hombre no se ve así mismo más que como una figura consumista, podemos así citar a Albert Schweitzer consideró al hombre moderno como un ser sometido, incompleto, disperso, patológicamente dependiente y absolutamente

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