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ETICA PARA AMADOR


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2014  •  666 Palabras (3 Páginas)  •  207 Visitas

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Universidad Nacional Autonoma de Mexico.

Facultad de Estudios Superiores Acatlán.

NOMBRE: Martinez Martinez Guadalupe Karina.

CONTROL DE LECTURA DE EL CAPITULO 9º ELECCIONES GENERALES.

La ética, no es una arma arrojadiza que perjudique al prójimo, para lo único que sirve la ética es para intentar mejorarse a uno mismo, no para reprender elocuentemente al vecino, y lo que la ética sabe es que cada ser humano es único y diferente a su etilo.

En una democracia políticos somos todos, directamente o indirectamente (representación de otros), las ideas de que los políticos son igualmente de inmorales proviene de que ocupan lugares especialmente visibles que se les otorgaron por su parecido o semejanza con la sociedad.

La ética y la política tienen mucho que ver y se relacionan entre si, en cuanto a su finalidad, ambas parecen fundamentalmente emparentadas: la ética es el arte de elegir lo que mas nos conviene y vivir lo mejor posible; el objetivo de la política es el de organizar lo mejor posible la convivencia social, de modo que cada cual pueda elegir lo que le conviene.

Sin embargo, tampoco faltan las diferencias importantes entre la ética y política. Para empezar la ética se ocupa de lo que uno mismo hace con su libertad, mientras que la política intenta coordinar de la manera más provechosa para el conjunto lo que muchos hacen con sus libertades.

Nuestro mayor bien es ser libres. Desde luego, un régimen político que conceda la debida importancia a la libertad insistirá también en la responsabilidad social de las acciones y omisiones de cada uno.

Principio básico de la vida buena, es tratar a las personas como a personas, es decir: ser capaces de ponernos en el lugar de nuestros semejantes y de relativizar nuestros intereses para armonizarlos con los suyos. Es decir, se trata de aprender a considerar los intereses del otro como si fuesen tuyos y los tuyos como si fuesen de otro. A esta virtud se le llama justicia y no puede haber régimen político decente que no pretenda, por medio de leyes e instituciones, fomentar la justicia entre los miembros de la sociedad. La única razón para limitar la libertad de los individuos cuando sea indispensable hacerlo es impedir, incluso por la fuerza sino hubiera otra manera, que traten a sus semejantes como cosas o incluso peor como animales. A esta condición que puede exigir cada humano de ser tratado como semejante a los demás, sea cual fuere su sexo, color de piel, ideas o gustos, etc., se le llama dignidad.

La experiencia de la vida nos revela en carne propia, incluso a los más afortunados, la realidad del sufrimiento. Tomarse al otro en serio, poniéndonos en su lugar, consiste no solo en reconocer su dignidad de semejante sino también en simpatizar con sus dolores, con las desdichas

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