El Baron Rampamte

El Barón Rampante es uno de los más deliciosos libros de Italo Calvino. En él se cuenta la historia de Cosimo Piovasco desde que es un niño de doce años y decide, por no acatar una orden paternal (comer caracoles para la cena), subir a los árboles y no bajar jamás. Y en efecto, cumple su promesa. Desde aquellas primeras noches frías hasta el día de su muerte, su orgullo lo hizo adoptar una forma de vida, que por lo demás, no le impidió interactuar y socializar con cazadores, con ladrones, con aristócratas y con los revolucionarios más representativos del Siglo XVIII (al punto de un encuentro con Napoleón Bonaparte y de cartearse con Diderot). Heredero de la baronía de Rondó, Cosimo aprende a vivir, desde los árboles y sin pisar la tierra jamás, todos los aspectos importantes del hombre renacentista: la literatura, la hidraúlica, la filosofía, el amor, la revolución... Todas sus hazañas son narradas por su hermano menor, quien siempre lo admiró desde la tierra y quien se encargó de que nunca le faltara nada: abrigo, comida, libros, un fusil para cazar. En aquel tiempo al parecer uno podía subirse a un árbol e ir de rama en rama desde las tierras de Ombrosa hasta regiones remotas, a otros países y de costa a costa, antes de que la ambición de los que no son amigos ni de sí mismos acabó por talar todos los bosques de Europa. El Barón Rampante es una oda a tiempos mejores, donde el amor por el conocimiento moldeaba las ideas que iban a forjar el pensamiento del hombre moderno. Las aventuras de Cosimo Piovasco, barón de Rondó, son un prodigio de imaginación, erudición y, al mismo tiempo, de narración sencilla: todo lo que uno puede pedir en una novela histórica de aventuras y romance.

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