El Greco

El Greco

-El entierro del Conde Orgaz:

-La gloria de Felipe II:

En primer plano se muestran los desórdenes del mundo. El rey mira hacia realidades supremas. Es una buena ilustración pictórica del pensamiento del s. XVI con respecto al arte de bien gobernar. Mirar en la Carpeta COMMENTAIRE DIRIGE CARASSO + CIVILISATION > puis CIVILISATION > puis Instrucciones de Carlos V a Felipe II, primera subparte de la primera parte: hay está la parte introductoria para comentar el cuadro:

a) Significado de la buena monarquía

La primera preocupación es por un buen gobierno. Inicia sus consejos políticos con esta preocupación de definir el buen gobierno: « acertar » (l.8). En este primer párrafo resalta el sentimiento de alta responsabilidad espiritual ya que nos repite varias veces que está obsesionado por el servicio de Dios (l.9). El monarca debe actuar según Dios: fusión entre política y religión. De manera omnipresente vemos que Carlos V fusiona las virtudes morales, cristianas y políticas, y éstas últimas dependen de las virtudes cristianas, según los principios del cristianismo. El príncipe debe obedecer a Dios, rezar mucho y estar en contacto con Dios: « el monarca es un elegido por dios ». Es la teoría del rey cristiano: estrecha comunión entre Dios y el monarca. Teoría puesta en entredicho por Maquiavelo, quien postula que un monarca ya no tiene que actuar según la voluntad de Dios, sino que tiene que mantenerse en el poder por la fuerza si hace falta. Teoría secularizada y por tanto, el discurso de Carlos V es antimaquiavélico. Teoría muy importante en el siglo XVI y que nunca fue aceptada en España. Toda actuación política se hace según la voluntad de Dios.

La buena gobernación consiste en obedecer la voluntad divina, concertar vuestro ser. Todo individuo tiene que estar ordenado y someterse a la voluntad divina. El amor, la mente... todas las facultades del rey tienen que estar en plena adecuación con la voluntad divina. La consecuencia es: si se reina con Dios, se acertará. Es la teoría del « providencialismo ». La lectura providencialista asegura que Dios interviene en todas las guerras: en las victorias y en las derrotas.

El monarca tiene la conciencia de ser elegido: la sensación de elección divina: ideal de concordancia perfecta entre Dios y los acontecimientos. El objetivo es que el reino celestial se manifieste en la tierra. Los acontecimientos en la tierra tienen que ser el reflejo del reino celestial (l.14, 15): contrato entre Dios y el príncipe. El heredero debe encarnar los ideales del buen cristiano: la defensa permanente de la fe católica: eso explica la multiplicación de consejos: « es mucho menester »; los motivos de sus conflictos y el futuro: « la

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