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El análisis de la historia "La Malinche"


Enviado por   •  10 de Enero de 2013  •  Reseñas  •  2.519 Palabras (11 Páginas)  •  390 Visitas

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La Malinche es una figura popular en la historia mexicana que tras los años ha sido

simbólicamente exiliada de la consciencia colectivade su patria. Ella es típicamente considerada la madre del primer mestizo y una traidora de la gente mexicana por su ayuda a Hernán Cortés en la conquista de México. En la novela Malinche, Laura Esquivel nos presenta un retrato ficticio de este personaje histórico. Hay una tradición establecida en la historia y la literatura de representar el indígena con una dualidad simplista, sin la complejidad de un ser humano auténtico. A primera vista, la representación de Esquivel de 'la Malinche' parece cruzar la frontera de esta limitación literaria, dándonos una construcción compasiva de sufrimientos creíbles. Pero, propongo, que aunque la novela

subraya varios rasgos humanos, es posible que al final no logre hacer nada novedoso con

la figura importante de ‘la Malinche’. Pero, antes de abandonar definitivamente esta

representación como otro cuento de ‘la Malinche’ como diabla o ángel, vale la pena examinar y

analizar aquí el personaje presentado en Malinche.

Históricamente, hay varios eventos principales que generalmente son considerados verdaderos

en la vida de esta figura polémica ahora conocida ‘Malinche’ pero nacida ‘Malinali’. Sabemos que ella fue desplazada durante toda su vida. Vendida por su madre cuando era niña, pasó entre las manos de varios maestros como esclava hasta que fue vendida al grupo conquistador de Hernán Cortés. Fue identificada por su habilidad de hablar un dialecto maya, que el intérprete que Cortés tenía no podía hablar, una habilidad desarrollada en sus años de esclavitud. Como su intérprete, era la intermediaria entre Cortés y Moctezuma durante el tiempo en que Cortés ganó la confianza de Moctezuma antes de destruir su reino. También fue tomada para ser la amante de Cortés y concibió un hijo, Martín Cortés,

quien es considerado ‘el primer mestizo’. Simbólicamente, la Malinche ha sido importante en el

discurso mexicano, especialmente del mestizaje. Hay varias representaciones, explicaciones y, como esta obra de Esquivel, ficciones de esta mujer histórica y polémica. Se puede decir que no importa cómo ella está representada en una novela, que es una historia y no debe ser histórica. Pero la falta de humanización en las representaciones indígenas es tan endémica que vale la pena buscar excepciones.

Una de las críticas que Peter Wade mantiene en Race and Ethnicity in Latin America es la

importancia de analizar estas representaciones, ya que cuando solamente se ven los extremos, se puede ignorar el centro donde vive la gente real. Por ignorar la realidad de los indígenas pasados, los poderes políticos pueden ignorar los problemas reales que los indígenas y mestizos de hoy padecen. Wade reprende, “[v]ery often, it was a question of exotic and romantic symbolism, based more on the glorification of the pre-Columbian indian ancestry [...] than on respect for contemporary Indian populations” (32). Marilyn Grace Miller, en Rise and Fall of the Cosmic Race, también llama la atención a las representaciones de los extremos. Ella específicamente se refiere a las historias de la Malinche, diciendo, “La Malinche is either the face of disaster, “La Chingada,” or a pillar of resistance and survival, the womb of cultural annihilation, or the fertile ground of cultural diplomacy. This duality seems inescapable [...]” (23-24).

Del trabajo de entender los eventos de la historia, Miguel León-Portilla nos dice en “La

construcción de significado en la historia”: “La construcción de significado en la historia implica la integración de conceptos que dan a entender lo que ocurrió en un determinado tiempo y lugar con todas sus implicaciones, antecedentes, causas y consecuencias” (7). Por supuesto, Esquivel, como novelista, al igual que los historiadores, no tuvo acceso a las fuentes primarias, inexistentes, de la mujer misma

para realmente conocer sus pensamientos y emociones. Entonces, de los pedazos de la historia

disponibles, y por supuesto más alineados a su propósito, y con detalles necesariamente inventados, Esquivel parece presentarnos una construcción de alguien respetable y honorable, en vez del símbolo de una traidora. Todas las construcciones históricas tienen sus parcialidades y perspectivas, y las ficciones históricas aún más, y todas las decisiones poéticas tienen un papel importante en el efecto total.

Se puede decir que una característica típica del ser humano, algo que todos tienen en común en

la experiencia compleja de vivir, es sufrir. Empezamos aquí, entonces, en el análisis de cuanto esta representación resulte verosímil. Central en esta versión de ‘la Malinche’ son los desplazamientos que padece durante su vida. El desplazamiento es algo fundamentalmente humano. En su libro El Nomadismo, Michel Maffesoli reflexiona, “[…] la vida es siempre un andar de aquí para allá” (101), pero los desplazamientos de esta protagonista desde su niñez más nos recuerda los de un exiliado; son llenos de sufrimiento intrínseco y comprensible. Estar desplazado, forzado por una razón y una manera u otra a estar fuera de un lugar natal o de un hogar familiar, ha sido un tema universal en la experiencia humana. El desplazamiento puede producir nostalgia, vulnerabilidad y sufrimiento físico, psicológico y sexual. Encontrando estos elementos en una versión de ‘la Malinche’ quizás sería un paso hacia entenderla menos unidimensional.

En Reflections on Exile and Other Essays, Edward Said nos dice del exilio, “It is the unhealable

rift forced between a human being and a native place, between the self and its true home: its essential sadness can never be surmounted” (173) y que puede llevar un sentido de “constant estrangement” (175). Said cita a Simone Weil: “To be rooted […] is perhaps the most important and least recognized need of the human soul” (183). El personaje de Malinali, así llamada por su nombre natal por toda la historia, recuerda sus raíces en todos los momentos posibles con una nostalgia característica de la nostalgia que sufren los desplazados y exiliados. Leemos su nostalgia por series de memorias de su abuela, “...recordó a su abuela y en su mente se infiltraron imágenes queridas y dolorosas a la vez”(Esquivel 14). Estas memorias, necesariamente ficticias, nos cuentan con

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