El existencialismo

El existencialismo, diría, en su “estado mas caníbal” se hace presente en estas tres obras del autor argentino, quien plasma la humillación como una forma de vida para ciertas personas de clases sociales bajas.

Se hace evidente la lectura tomada como único medio para salir de la pobreza y eso lo vemos bien reflejado en EL JUGUETE RABIOSO donde el protagonista se vuelve “fans” de los personajes de cuentos policiales; para él un libro era muy valioso.

La locura aparece en su mayor estado en los siete locos, con la figura del farmacéutico Ergueta, quien por parecerse a Jesús imita todo lo que éste hizo en su vida, haciendo cosas que no quiere y humillando a personas.

“–No te aflijas. Los tiempos de tribulación de que hablan las Escrituras han llegado. ¿No me he casado yo con la Coja, con la Ramera? ¿No se ha levantado el hijo contra el padre y el padre contra el hijo? La revolución está más cerca de lo que la desean los hombres. ¿No sos vos el fraudulento y el lobo que diezma el rebaño?..”

En los tres libros pude notar la inteligencia de los personajes tomada como única opción para salir de la pobreza. La contradicción civilización- barbarie: aquellos estudiosos, profesionales o adinerados, frente a su contracara, el proletariado, la delincuencia, los asesinos, la prostitución, que se presenta como un estrato aun inferior al de la pobreza. Mujeres utilizadas, humilladas en su peor condición.

“– ¿Lástima? –continuó el otro–. Amigo, a la mujer de la vida no hay que tenerle lástima. No hay mujer más perra, más dura, más amarga que la mujer de la vida. No se asombre, yo las conozco. Sólo a palos se las puede manejar. Usted cree como el noventa por ciento que el cafishio es el explotador y la prostituta la víctima. Pero dígame: ¿para qué precisa una mujer todo el dinero que ella gana? Lo que no han dicho los novelistas es que la mujer de la vida que no tiene hombre anda desesperada buscando uno que la engañe, que le rompa el alma de cuando en cuando y que le saque toda la plata que gana, porque es así de bestia.”

Un aspecto que me sorprendió y, personalmente por mi tópico me permitió ver el existencialismo en su peor grado, fue las características de las prostitutas: una coja, otra bizca, ciega, sorda. Signos que hacen pensar y hasta sentir lástima de estas mujeres sometidas a un trabajo insalubre.

Dos concepciones distintas, dos formas de mirarla; por un lado el amor pasional y fraternal y por otro, un mero objeto del cual el hombre hace abuso continuamente. Dos miradas se entrecruzan en un mismo autor quien, personalmente pienso, trata de mostrar su lado más oscuro, haciéndose notar como una persona fría y sombría, llena de dolor por dentro, pero a su vez, no puede dejar pasar su sensibilidad humana plasmada en raros actos de amor.

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