El retrato de Dorian Gray

El retrato de Dorian Gray

El retrato de Dorian Gray es una excelsa inspección de la psique de su protagonista: Dorian.

La obra se basa en el desarrollo de Dorian y la degeneración de su alma y mente a cambio de la preservación de su físico. Esto ocurre debido a las tentadoras ideas hedonistas sobre la juventud y los sentidos que lord Henry (amigo del protagonista y alter-ego del autor [Oscar Wilde]) le comparte y el retrato que su amigo, Basil, hizo de él, el cual le despertó un enorme pavor y melancolía por la idea de envejecer, por la idea de transfigurarse, inexorablemente, de un joven bello a un anciano decrépito mientras el retrato preservaba su apariencia.

Es así como se desarrolla la trama de la obra; Dorian, bajo la ira del momento, deseó cambiar de lugar con el retrato. Anheló ser él quien mantuviese su aspecto intacto a la par que la efigie de su pulcritud se deterioraba; y así fue.

El cuadro envejecía en el lugar de Gray, pero, para infortunio del protagonista, el retrato hacía más que moldearse con el pasar del tiempo; el retrato era más que eso: era un espejo del alma. Cargaba con la edad y los pecados del mancebo - cada día mayores por las influencias decadentes de su mejor amigo. Al ser aquel objeto un constante recuerdo de la corrupción de su ánima, éste se volvería el causante de todas sus futuras desdichas.  

Dorian arruinó la vida de todos sobre los que ejerció influencia, corrompiéndolos con vicios tales como el opio y la degeneración y haciendo añicos sus reputaciones en el proceso. Eso, sumado a lustros de obscenidades, redundó en un alma monstruosa representada hasta el menor matiz en el retrato.

El recordatorio de sus pecados, que se representaban en el cuadro, terminó por llenar de arrepentimiento a Dorian, por lo que intentó obrar bien y ver si de ese modo su alma retornaría a un estado de menor fealdad. Pero, para su desgracia, no resultó como había previsto: El espejo de su alma se volvió en algo más abominable aún - tal parece que las buenas acciones de Gray no fueron más que un producto de su vanidad y curiosidad por las sensaciones nuevas .

Ante la inutilidad de sus acciones, «el Pacto del Diablo»(un simpático apodo que le dieron por su nulo envejecimiento) se decantó por la solución más sencilla a sus problemas: destruir el retrato. Después de todo, se trataba del causante de su infelicidad. Aparentemente, valía la pena intentarlo; y así lo hizo.

Con cuchillo en mano, Dorian apuñaló el retrato dando un grito y cayéndose al suelo poco después; el retrato volvió a su estado original con un joven bello en él y, en el suelo, estaba Dorian luciendo una cara aberrante y sangrando de su pecho.

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