Ensayo La Virgen De Los Sicarios

La Virgen de los Sicarios.

El texto muestra un panorama sombrío y escalofriante, la descripción que el autor hace de Medellín, Colombia es solo comparable con los relatos más perturbadores de Ciudad Juárez, lugares en los que, como dice José Alfredo Jiménez, la vida no vale nada.

Se muestra al lugar, desde mi punto de vista, como un ente orgánico corrupto, lugar que por contagio corrompe a sus habitantes –si es que acaso no es a la inversa- habitantes convertidos en seres desbordantes de pasión, y esta pasión es una muy peculiar, es una pasión teñida de rojo, la sed de sangre y de sensualidad mezcladas en una necesidad de sentirse vivos lleva a los personajes a involucrarse de formas poco convencionales, y quizá sea la idea misma de la corrupción de esa sociedad la que permee dicha corrupción, pues como dice Sloterdijk la sociedad solo existe mientras esta se imagine que existe, y si es así, si dicha sociedad se imagina corrupta e inundada de vilezas pues así será.

Quizá por esta razón Fernando, la voz narrativa de la historia, desprecia, en un principio, todas las pasiones mundanas de los habitantes de Medellín, razón que loconduce a involucrase con los individuos de dicho lugar por medio de asas mismas pasiones, pues si no, porque razón es que alienta los encuentros mortíferos de su tan amado Alexis, tan despiadado como lujurioso, para el que cada encuentro se ve rodeado de ese tinte rojo, y de manera Spinoziana la muerte les viene inevitablemente a todos los que se encuentran en Medellín por un mal encuentro, un empujón y un “quítense maricas” tan desafortunados, provocando así la muerte que nos viene de fuera, muerte que no es más que el fin fatal dictado por la corrupta sociedad de Medellín.

Así dejando claro la calidad humana que tan elogiada es por los que la enarbolan llena de amor y caridad como una bondad indiscutible aquí vemos esa misma calidad pero de cabeza probando que somos el reflejo de lo que nos rodea y de las más bajas pasiones de esos seres “buenos” creados a semejanza de dios, dios que como oí de voz de un compañero también es el diablo o mejor dicho el diablo no es más que los actos de la soberbia y vileza de dios, pues como muestra el texto a Fernando solo la basta verse rodeado de desesperanza e incertidumbre para coludirse con ese ente putrefacto que habita en Medellín.

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