Historia Para La Escuela

Y ahí estaba yo, buscando mi maleta preferida, esa maleta en la cual la ropa no se doblaba ni se desacomodaba, rápidamente la encontré y comencé a llenarla de la ropa esencial y accesorios de limpieza personal, tome algunas fotos y las metí a la maleta. Tenía que apresurarme, había llegado en mi auto y lo había dejado encendido, solamente pensaba en eso, en ese hermoso auto que me gustaba tanto, rogaba que un policía no fuera a llegar y descubrir el auto que había robado, solamente pensaba en eso, en que todo el tiempo que le había dedicado a lo que hice fuera arruinado por eso. Así que me apresure aún más.

Cuando finalmente había terminado tome la maleta y la subí al auto, regrese a la casa y comencé a tirar todo lo que pudiera ser de utilidad para la policía, recibos, identificaciones, papeletas del seguro, etc. Entre en el baño y decidí que tenía que cambiar mi apariencia para que a la policía le fuera más difícil rastrearme. Tome el rastrillo y lo dirigí a mi cabeza, aquel hombre apuesto que me consideraba, había desaparecido para siempre, ahora era un hombre calvo con un gran bigote, aunque no me gustara tendría que acostumbrarme. Cuando termine recogí la basura, la subí al auto y me escabullí, jamás volvería a esa casa que me había dado tanto y jamás volvería a ver a mi familia. Mi destino: Una nueva vida.

Mientras me encontraba en el auto pensaba en mi familia, qué pensarían de mí, no sabrían nada de mi, quizás haya muerto, me hayan secuestraron, o no sé qué pensarían ellos cuando no me encontraran, solamente pensaba como crecerían mis hijos sin mí, mi esposa qué pensaría, como se sentiría, y entonces, lloré.

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