INCENDIO EN EL BOSQUE

INCENDIO EN EL BOSQUE

Personajes:

Narrador:

Pino

Escarabajo

Pájaro Carpintero

Serpiente

Mariposa

NARRADOR: Esta historia sucedió en uno de los bosques de Chiapas, al sur de nuestro país. Era una hermosa mañana de primavera, con apenas una nubecilla en el cielo.

Un grupo de habitantes del bosque disfrutaba del sol, mientras platicaba a su gusto.

PÁJARO CARPINTERO: -¿No te molesta, pino, que instale mi nido en tus ramas?

PINO: Al contrario, me encantan los polluelos.

NARRADOR: Animado por tanta amabilidad, el escarabajo pregunto entonces:

ESCARABAJO: Y yo, ¿puedo beber un poco del jugo de tu tronco, amigo?,

PINO: Sí, sí, adelante. Pero n o me hagas tantas cosquillas.

PINO: Oigan, ¿Es verdad que tenemos visita?

PÁJARO CARPINTERO: Sí, son unos excursionistas de la ciudad, los ví hace rato preparar su comida.

PINO: Ojalá no dejen todo lleno de basura, ya tenemos bastante con los señores que vienen a cortarnos sin ton ni son. Si esa gente supiera cómo era este bosque cuando sus abuelos eran niños.

NARRADOR: En eso estaban, cuando escucharon el cascabel de una serpiente que bajaba de uno de los arboles para preguntar:

SERPIENTE: Oigan ¿No les huele a humo?

ESCARABAJO: Ay, ojalá no se les ocurra a esos excursionistas tirar un cerillo en la hierba  seca. Ya ven que los humanos son más tontos que las lombrices.

SERPIENTE: Óyeme

NARRADOR: Reclamó ofendida la serpiente

SERPIENTE: ¿Qué tepasa?, ninguno de mis primos por pequeños que sea, haría una cosa así.

NARRADOR: Entonces, el pino sabio como era, intervino.

PINO: No todos los humanos son iguales. Algunos aman el bosque.

NARRADOR: Apurada, se acercó en esos momentos u a mariposa.

MARIPOSA: ¡Shhh!, ¿No escuchan el fuego? Ha comenzado un incendio, corran.

ESCARABAJO: Les dije, les dije.

PINO: No pierdan tiempo, yo no puedo moverme , si no iría a tratar de hacer algo.

PÁJARO CARPINTERO: Vayamos los demás.

MARIPOSA: Pero ¿Qué podemos hacer nosotros tan pequeños?

PINO: Lleven agua de la laguna en sus bocas.

NARRADOR: Pero mientras que decidían que hacer, vieron alzarse unas tremendas llamaradas a lo lejos.

MARIPOSA: ¡Miren! ¿De qué serviría la gota que yo podría llevar?

NARRADOR: Al pino se le escurrieron sus lágrimas.

PINO: ¡Ay!, mis hermanos, mis pobres hermanos, ¿Cuántos morirán?

NARRADOR: Y todos los demás comenzaron también a llorar. Entonces la nubecilla que estaba en el cielo se conmovió por el destino de los habitantes del bosque y empezó a soltar primero unas gotas, luego una lluvia ligera y finalmente un aguacero. Se disolvió enterita, haciendo un gran esfuerzo porque todavía no era verano, época en que le tocaba caer en la tierra.

NARRADOR: El pino y sus amigos no podían creer aquello. Volvieron sus ramas hacia el cielo y dieron las gracias, al tiempo que las lenguas de fuego se apagaban.

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