LA EMPERATRIZ LAVAPIES

El orgullo de un enamorado hombre de setenta años que recupera sus energías adolescentes.

Lleno de vida comienza un viaje único de varias estaciones y recuerdos en la memoria y en la entrañable Madrid donde conoció a su más grande amor Carmen. Es el viaje de Pedro Torres Hinojosa, quien había llegado a México a los diez años, se hizo un aficionado taurino, un fiel e imaginativo enamorado, un empleado, un solitario que paseaba el proyecto único de poder regresar a aquel Madrid del cual poco recordaba de su infancia para dar con su enamorada de la vida, Carmen que no está donde debería pero que en todo Madrid pareciera que se encuentra en color y aromas.

Don Pedro vaga por Madrid rodeado de inmensos recuerdos de la infancia que ahora son distintos la antigua Madrid no es más que la sombra de lo que el recordaba con un Madrid en blanco y negro, lleno de recuerdos hermosos en cuanto a Carmen pero por otra parte recuerdos amargos Madrid donde su padre perdió la vida por la culpa de una guerra sin sentido, por una discusión estúpida pierde a su gran amor Carmen y decide viajar a México dejar su vida atrás, tanto es su afán por salir de Madrid que deja su departamento amueblado solo tomando lo que necesitaba para irse lo más pronto posible de Madrid ahora regresa y todo es diferente un Madrid colorido y lleno de nuevos edificios y personas distintas. El triste empleado que ha regresado a Madrid gracias a un boleto de avión que no está dispuesto a pagar se ha vuelto otro más en la capital española, el imagina que gracias a los poderes del enamoramiento, y de pronto haber decidido regresar, sin tener la más mínima idea de donde podría encontrar a Carmen, el pensar que solamente el gran amor que siente por su amada le bastara para encontrar a aquella mujer de sus sueños en una ciudad tan inmensa.

Don Pedro mientras camina hace recordar la vieja Madrid en la que el vivió de pequeño y recordando aquellos lugares donde de joven disfrutaba día a día de ese amor lleno de pasión, cuantas veces volvieron de cabeza abajo su departamento en un puñado de juegos eróticos, el que diariamente viajaran en un tren que ahora no existe y sobre todo aquellas veces que fueron a las corridas de toros, Carmen era una apasionada de las corridas de toros al igual que Don pedro el estar en una corrida de toros les hacía sentirse emocionados y llenos de vida.

Madrid donde compartió toda esa serie de eventos que marcaron su vida y que ahora se tornan en nostalgia al recorrer aquella ciudad que más que alegría le trae nostalgia, le hace recordar que vaga en una ciudad que ahora desconoce y que se encuentra en ese lugar gracias a una estafa que hizo a American Express pidiendo un crédito que jamás pagaria.

El viaje de don Pedro a otro mundo lo llena de nuevas aventuras en las cuales se va revelando poco a poco el misterio de donde se podría encontrar

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