LITERATURA Y SOCIEDAD “1984”, GEORGE ORWELL

LITERATURA Y SOCIEDAD

“1984”, GEORGE ORWELL

Lo que hace setenta años se pensó como distopía hoy se vuelve realidad. El mundo creado por Orwell es una descripción de nuestro presente, encaminado a ser la Oceanía de 1984.

Enjaulados en barrotes de horarios y uniformes, ya no sólo son los individuos sino también sus propias mentes las que obligatoriamente se someten a un Partido que infunde terror y al que puedes traicionar incluso con el sueño inconsciente. Alterando constantemente el pasado para así asegurar el control del presente, soltando mentiras que venden como verdad bajo el título de “doble pensar” y reduciendo el lenguaje con el fin de minimizar también las perspectivas con el rótulo de “neolengua”, este maquiavélico sistema se encarga de instalarse en las mentes de los habitantes de Oceanía para hacerles creer que aman a un personaje cuya existencia admiten pero no comprueban: exaltan el amor al Gran Hermano y el odio a Goldstein, su opuesto.

Es difícil darse cuenta de la manipulación que impera cuando el contexto siempre cambia a favor del Partido, cuando los enemigos que él mismo genera son diariamente derrotados, cuando todo nos dicta lo contrario, cuando las reglas no dichas se imponen y se hacen cumplir.

Incluso Winston, nuestro héroe, cae víctima del mismo sistema que durante toda su vida repudió. Morir odiándolos es la libertad, pensaba. Sin embargo, termina por traicionarse a sí mismo viendo a O’Brien como su amigo y verdugo, amando al Gran Hermano y aceptando que 2 + 2 no siempre son 4. Quizá fue por la tortura que experimentó o por los métodos que utilizó el Partido para hacerle cambiar de opinión desde las entrañas; o quizá simplemente se rindió, con o sin agentes externos, pero al fin y al cabo fue víctima de su autoengaño y cedió a ser como el resto. El último hombre en pie tropezó y se quedó besando el suelo, dejando morir así a la última generación capaz de rebelarse.

Esta novela que sin duda se adelantó a su tiempo nos muestra el terror que hoy flota, casi invisible, entre nosotros. El poder total que, sin darnos cuenta, le otorgamos a una organización que nos estrangula mientras sostiene en la otra mano el contrato que firmamos, es la causa de nuestra muerte. Mueren las ideas, la libertad, la verdad, la chispa que encendía las sublevaciones, el derecho a opinar. No estamos en Oceanía ni tampoco en el año 1984, pero el relato es para nosotros quizá más propio, nítido y latente que los noticieros por la mañana.

NORA KARINA SÁNCHEZ MEDINA / 216423556

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