LOS LIBROS DE CONTABILIDAD: UN APUNTE HISTÓRICO

LOS LIBROS DE CONTABILIDAD: UN APUNTE HISTÓRICO

La técnica contable tiene sus raíces en la más alta antigüedad, mezclándose con la historia de la economía. En este sentido, se afirma que el mantenimiento de libros o cuentas es contemporáneo de la propia actividad comercial. Por otro lado, la técnica de las cuentas se enriquece con el desarrollo de la vida social, las organizaciones colectivas y las propias comunidades políticas primitivas; de las cuales hablaremos a continuación:

A) BAJA MESOPOTAMIA: Gracias a la arqueología se descubrió que en la Baja Mesopotamia se habían sentado las bases de una civilización económica y que ciertas instituciones comerciales habían alcanzado tal grado de perfección que se acercaban singularmente a nuestras técnicas modernas. El Código de Hammurabi es una pieza excepcional que constituye la colección de leyes más antigua que se conoce en la actualidad. La mayoría de estos registros contables pertenecen a las cuentas del templo y son típicos de una economía agraria. Por lo tanto, esta época se llama el periodo de la economía del templo, porque se sabe que los gobernantes y comisionados en Babilonia estaban obligados a llevar cuentas detalladas de todas las transacciones en las que estaban involucrados como intermediarios. A su vez, los templos se convirtieron en instituciones bancarias donde se realizaban préstamos con intereses, depósitos y diversas actividades de recaudación de fondos.

A pesar de la naciente técnica contable de esta época, llama la atención cómo se distinguían en las estanterías los elementos esenciales de una cuenta: los tipos de artículos entregados, el título de la cuenta, los nombres de los compradores, las cantidades entregadas a cada uno de ellos y el total de esos suministros. Incluso hay muchos tableros que ofrecen elementos de una cuenta moderna: el saldo del período anterior, la serie de partidas positivas y negativas, el saldo final que, sumado a este último, equilibra la cuenta.

B) EGIPTO FARAÓNICO: Se han encontrado documentos de diversa extensión y contenido, en los que se tratan los impuestos de la administración provincial y las tesorerías, la administración patrimonial de poderosas familias nobles y, lo más importante, la contabilidad de los templos. El conocimiento de la contabilidad por parte de los escribas era un imperativo, tanto en la administración de la propiedad privada, en el Tesoro Público y en los templos.

C) EGIPTO HELENÍSTICO: Los papiros de Zenón, nos permiten confirmar todo lo que sabíamos sobre la contabilidad en Grecia, y su adaptación a una economía en la que el sistema monetario no sustituyó por completo al trueque ni a la permuta, por lo que los pagos se realizan de la misma forma en trigo que en dinero. También se conserva los archivos de Heroninos, que contenían extractos mensuales de los gastos e ingresos de una gran propiedad rural, enviados por su mayordomo al noble alejandrino Amelius Apianos.

D) ANTIGUA GRECIA: Los primeros banqueros fueron los sacerdotes y los primeros bancos fueron los templos. Hacia el siglo V se inició la especialización del comercio con dinero. Los banqueros, ahorradores y prestamistas han jugado un papel importante, ya que, a través de sus operaciones crediticias han dado un importante auge e impulso a las transacciones comerciales. Hay fuentes epigráficas y literarias que vislumbran la técnica contable en Atenas. Normalmente se utilizaban dos libros de contabilidad: efemérides o diarios, y trapedzitika grammata o libros de contabilidad. Los banqueros griegos anotaban detalladamente en sus registros todas las cantidades que pasaban por sus manos, cada cliente tenía una cuenta abierta a su nombre. La precisión y la lealtad con que se llevaron los libros les dio un valor probatorio de primer orden.

Es interesante notar cómo Atenas tenía, trescientos años antes de nuestra era, una interesante institución de control de las finanzas públicas, el Tribunal de Cuentas de los Diez o Tribunal de Logistas, y cuya función era auditar las cuentas de los recaudadores públicos y, si es necesario, dar rienda suelta a contables inescrupulosos.

E) ROMA: Las grandes empresas agrícolas, en las que trabajaba mucha gente, requerían una contabilidad detallada. Como dice el manual del agricultor, de Catón el Censor, en el capítulo II: “Se hará la cuenta de la caja, del grano en almacén, del forraje, del vino, del aceite; se tomará nota de lo que se ha vendido, de lo que se ha pagado, de lo que queda por cobrar, de lo que aún falta por vender".

El libro básico era el Codex accepti et expensi, un libro de ingresos y gastos. Otro libro de cuentas es el Kalendarium o libro de préstamos, llamado así porque al igual que la fecha de vencimiento del principal y los intereses, se indicaba el calendario del mes, que era el primer día de cada mes. Los banqueros romanos perfeccionaron estas técnicas contables, partiendo del codex accepti hicieron un verdadero "libro de caja" con dos columnas en las que los ingresos por cuenta del banquero y sus clientes constituían el acceptum o el crédito; las salidas de fondos, el expensum o debe.

Este codex que permanece vigente hasta la etapa de Justiniano, ya que, tenía un valor probatorio superior al de nuestros libros contables actuales.

F) EDAD MEDIA: La contabilidad en sí, se produce con la aparición de la "cuenta". Esto introduce un arreglo sistemático en torno al título que, por sí mismo, implica una apariencia de racionalidad. Tres fases podrían periodizar esta evolución de la técnica contable en la Edad Media:

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