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Las Brujas


Enviado por   •  3 de Enero de 2014  •  2.632 Palabras (11 Páginas)  •  222 Visitas

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Junto con Charles Dickens, Lewis Carroll y la actual J. K. Rowling, Roald Dahl es uno de los autores británicos de literatura infantil más conocidos a nivel internacional, como se aprecia en la cantidad de traducciones de sus historias así como en las adaptaciones cinematográficas de muchas de ellas. En este caso, dejaremos a un lado su literatura para adultos, para centrarnos en una de sus obras infantiles más populares: Las brujas (1), una historia inteligente, divertida y sorprendente que se mueve entre dos planos bien diferentes: una trama clásica de brujas malvadas y una historia fantástica de magia y acción de lo más actual. Siguiendo La morfología del cuento de V. Propp, el propósito de este trabajo se centra en separar los elementos de uno y otro modelo y observar cómo Dahl combina tradición e innovación en una historia brillante, ocurrente y muy divertida que hace la delicia de lectores de cualquier edad, época y lugar.

Elementos clásicos

Uno de los componentes más clásico y tradicional de Las brujas es el tema principal de la novela: la lucha del bien contra el mal. Se trata de la típica confrontación entre personajes "buenos" y "malos" que, naturalmente, culmina con la victoria del protagonista bueno sobre las malvadas brujas. Como afirma Cerda Gutiérrez en sus comentarios sobre los cuentos de hadas tradicionales "la fórmula moral se repite en casi todas las historias: los gigantes y personajes de gran corpulencia y estatura siempre son derrotados por personajes más pequeños y débiles pero de mayor habilidad e inteligencia" (Cerda Gutiérrez, 1985: 83-4). En el caso que nos ocupa, el personaje protagonista es un niño convertido en ratón que, con la ayuda de su abuela, consigue vencer no sólo a la Gran Bruja, sino a todo un ejército de ellas. Como en los cuentos clásicos, ni la diferencia numérica, ni la edad, ni el tamaño de los contrincantes impide que el protagonista cumpla sus propósitos. Esta temática central se ve acompañada de otros subtemas clásicos que R. M. Volkov clasificaba de la siguiente manera: "el cuento maravilloso puede tener quince temas, algunos de los cuales son: los inocentes perseguidos, el héroe simple de espíritu, el héroe que combate contra un dragón, la víctima de un encantamiento o de un destino" (Propp, 1992: 20). Aplicando esta definición a Las brujas, encontramos que se cumplen todos los requisitos: el protagonista se ve acosado por unas mujeres malvadas, se trata de un niño pequeño sin mucha complejidad, en este caso concreto no lucha contra un dragón, sino contra otras representantes del mal, las brujas, por cuyos encantamientos es convertido en ratón.

La estructura de la obra es también de corte clásico: planteamiento, nudo y desenlace, esta estructura queda ya expuesta en el índice de capítulos, en el que títulos como "Cómo reconocer a una bruja", "El plan", "El triunfo", indican al lector cómo evoluciona la acción hasta su mismo final en "¡Vamos a trabajar!". Siguiendo a Propp, encontramos que "los cuentos empiezan habitualmente con la exposición de una situación inicial. Se enumera los miembros de la familia, entre los que el futuro protagonista se presenta simplemente mediante la mención de su nombre o la descripción de su estado" (Propp, 1992: 37). En Las brujas, y salvando el primer capítulo introductorio sobre estos personajes maléficos, la acción como tal comienza en un segundo capítulo dedicado a presentar a los protagonistas del cuento, la relación familiar entre ambos y las circunstancias particulares por las que atraviesan; así conocemos cómo el protagonista queda huérfano de padres y vive ahora con su abuela materna. Seguidamente, "hace su entrada en el cuento un nuevo personaje; se le puede calificar de agresor del protagonista (de malo). Su papel consiste en turbar la paz de la familia feliz, en provocar una desgracia, en hacer daño, en causar perjuicio. El enemigo del protagonista puede ser un dragón, un diablo, un bandido, una bruja, una madrastra, etc." (Propp, 1992: 39). En este caso nos encontramos con toda una legión de brujas. La acción continúa cuando "el agresor intenta engañar a su víctima para apoderarse de ella o de sus bienes. El agresor del protagonista, o el malo, empieza tomando un aspecto distinto, actúa utilizando de inmediato medios mágicos o utilizando otros medios engañosos o violentos" (Propp, 1992: 41). Siguiendo con el planteamiento clásico, "el héroe y su agresor se enfrentan en un combate, el agresor es vencido, la fechoría inicial es reparada o la carencia colmada" (Propp, 1992: 64). Aunque hasta este punto Dahl parece haber seguido al pie de la letra este estudio de Propp, es justo al final donde abandona el patrón literario tradicional para presentar un final más abierto, dejando ver que aunque la presente aventura acaba felizmente para los protagonistas, "el héroe vuelve a partir, vuelve a emprender una búsqueda, se le propone una tarea difícil" (Propp, 1992: 64).

En cuanto a los personajes es necesario mencionar que, al igual que en la mayoría de cuentos tradicionales, esta historia la encabeza un protagonista de corte clásico que, con la ayuda de otro personaje "bueno", se enfrenta a uno malvado hasta acabar con él. Es importante señalar que, dejando a un lado la figura del niño-protagonista, son dos personajes femeninos los encargados de mostrar el enfrentamiento entre el bien y el mal. Como afirma Alison Laurie, "en los cuentos de hadas se retrataba una sociedad en la que las mujeres eran tan competentes y activas como los hombres, a cualquier edad y dentro de cualquier clase social... El contraste se mantenía en la edad de la madurez, cuando las mujeres llegaban a ser a menudo más poderosas que los hombres. La ayuda que recibían estos héroes o heroínas provenía la mayoría de las veces de un hada madrina o una mujer sabia, mientras que las dificultades las causaban brujas o madrastras malvadas" (Laurie,1998: 34). Mujer malvada es la Gran Bruja y sus secuaces; mujer, sabia y anciana es la abuela co-protagonista del cuento, sin lugar a dudas, el personaje más interesante de esta historia de brujas, cuyas peculiaridades pasaremos a comentar posteriormente.

Para profundizar en el personaje antagonista, es necesario remontarnos en el tiempo para recordar que "En la Edad Media, época de atraso científico y tecnológico, las brujas se constituyeron en personajes temidos, respetados y muy solicitados, especialmente cuando la ciencia oficial, tan atrasada como privilegiada, se declaraba impotente para ofrecer una esperanza de curación... las brujas poseían conocimientos que tenían por propósitos producir el mal y la muerte, sutiles venenos implacables

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